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Escritos desde el páramo

El santo Job y los dinosaurios

 

Lo malo de frecuentar blogs es que, de vez en cuando, se topa uno con una tontería tamaño Apatosauro. Una de las más llamativas se produjo en un comentario en el blog el PaleoFreak de D. Ernesto J. Carmena. En una entrada dedicada a Los dinosaurios de Ica uno de los comentaristas empleando el pseudónimo Sigillaria dijo lo siguiente:

"Un ejemplo: Los creacionistas siempre hemos sabido de la existencia de los dinosaurios antes de Owen y toda esta gente.
Están citados en la Biblia dos de estas especies: Un saurópodo (Behemot)y uno marino o más bien muy estrechamente relacionado con esta facie. Pero claro... siempre se nos acusa como tú de decir extravagancias, que si creíamos en dragones...etc (y el desprestigio nos condenó mucho tiempo al anonimato entre ciertos círculos)."

(Si por ventura sospecharan que estoy de guasa, el mensaje original está aquí)

Puesto que el Sr. Carmena ha pedido que no se responda a esa imbecilidad en su blog y dado que cada uno en su casa pone las normas que quiere (y el que no esté de acuerdo que se vaya a otro lado) traigo la respuesta a esta bitácora no porque vaya a servir de nada ante Sigillaria (alguien que hoy en día se declara creacionista es capaz de hacer oídos sordos a cualquier argumentación que yo pueda hacer) sino porque esto mismo ya lo había oído en otros lugares y no considero conveniente dejar esas afirmaciones sin respuesta porque siempre puede haber alguien que las crea de buena fe.

Comienzo pues con una declaración previa. Ya saben que soy ateo, pero defiendo el respeto a las creencias religiosas ajenas. Yo no creo en Dios (o dioses) alguno, no creo en la existencia de un alma inmortal, no creo en la existencia de una vida después de la muerte... pero si Vd. si cree en alguna o en todas esas cosas, eso es algo en lo que no voy a entrar mientras Vd. lo mantenga en el ámbito de la creencia. Si, por el contrario, Vd. sostiene que existió realmente el Diluvio Universal, que en la Biblia existe la descripción de dos dinosaurios... entonces si tengo algo que decir.

Discutir sobre lo que Vd. cree (o sobre lo que yo creo, por ejemplo, que el Atlético de Madrid es el mejor club del mundo mundial) no tiene ningún sentido. Vd. cree unas cosas, yo otras... y eso nos convierte en individuos únicos y hace del mundo un lugar mucho más divertido... mientras no pretendamos imponer nuestras creencias a los demás. Sin embargo, cuando intentamos el paso del mundo de las creencias al mundo real la cosa puede cambiar. Pretender la existencia fáctica de un Dios (o un alma) inmaterial, indetectable... nos deja como estábamos. No obstante, si alguien pretende demostrarlo aduciendo pruebas podemos evaluar éstas y exponer porqué no las aceptamos.

Por eso, personas como el difunto Stephen Jay Gould defendieron NOMA (Non Overlapping Magisteria, Magisterios No Solapados). No puede haber una colisión real entre ciencia y religión porque se ocupan de campos distintos, la ciencia de lo observable, mensurable... la religión de algo que no puede ser observado, medido... Como principio general, estoy completamente de acuerdo, pero no podemos olvidar que sí existen casos en los que se produce solapamiento, cuando alguien pretende hacer ciencia religión en ristre o cuando alguien pretende hacer religión ciencia en ristre.

Dicho esto, ¿en la Biblia se menciona algo llamado Behemot? Sí, pero ¿es éste un dinosaurio saurópodo? Para comprobarlo, vamos con el Libro de Job concretamente al capítulo 40, versículos 15-24:

"Mira ante ti a Behemot: él se alimenta de pasto como un buey.
¡Cuánta fuerza hay en sus riñones, qué vigor en los músculos de su vientre!
Endereza su cola como un cedro, los nervios de sus muslos están bien entrelazados.
Sus huesos son tubos de bronce: sus miembros, como barras de hierro.
Es la primera de las obras de Dios, que lo convirtió en el adalid de sus compañeros,
porque las montañas le aportan un tributo, y también las fieras que retozan en ellas.
Él se recuesta bajo los lotos, en lo oculto de los cañaverales y pantanos.
Los lotos lo cubren con su sombra, los sauces del torrente lo rodean.
Si el río se enfurece, no se perturba; está sereno, aunque un Jordán le llegue a la garganta.
¿Quién podrá tomarlo por los ojos o taladrar su nariz con un punzón? "

"Se recuestra bajo los lotos" "Los lotos lo cubren con su sombra" Pues va a ser que no, que ésa no es la descripción de un dinosaurio saurópodo porque los lotos precisan de dos cosas, aguas tranquilas y poco profundas. Si los lotos sólo pueden vivir an aguas poco profundas ¿cómo puede un animal del tamaño de un dinosaurio saurópodo ser cubierto por ellos? ¿Cómo puede recostarse bajo ellos? No puede y, por tanto, esa descripción no es la de un dinosaurio saurópodo algo que tampoco puede extrañarnos si pensamos en que le están atribuyendo un hábitat acuático y los saurópodos no vivían en él (lo siento mucho, pero hoy prácticamente nadie suscribe esas imágenes tradicionales de saurópodos medio sumergidos en un lago -o río- y comiendo plantas acuáticas. Su anatomía no estaba adaptada para ese medio).

Si el Behemot no "cuela" como dinosaurio saurópodo, ¿hay más suerte con ese "y uno marino o más bien muy estrechamente relacionado con esta facie"? Por de pronto no tenía noticia de la existencia de los dinosaurios marinos ya que lo que mucha gente cree que eran tales (animales como ictiosaurio, mosasaurio, plesiosaurio...) no lo son en realidad. En segundo lugar, vamos con la descripción de Leviatán (que es como llama la Biblia al bicho ése). Veamos el libro de Job, capítulo 41, versículos 11-13:

"De sus fauces brotan antorchas, chispas de fuego escapan de ellas.
Sale humo de sus narices como de una olla que hierve sobre el fuego.
Su aliento enciende los carbones, una llamarada sale de su boca."

¿Necesitan algo más para clasificar a Behemot y Leviatán no entre los dinosaurios sino entre los animales míticos? Pues nada, que algunos no se enteran. Será cosa de tener con ellos más paciencia que el santo Job aunque éste nada tuviera que ver con los dinosaurios.

 

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