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Escritos desde el páramo

Fiesta (o no)

Hoy es 21 de octubre (después de este descubrimiento me habría quedado calvo si no fuera porque lo soy desde que nací). Tal día como hoy, pero hace cuatro años, perpetré esta entrada con la que declaré inaugurado este boboblog, es decir, que esta bitácora está de cumpleaños. Cuatro años puede parecer poco (si, como reza el tango, "veinte años no es nada" y cuatro es la quinta parte de veinte...) o mucho. Por el trabajo que me queda por realizar apenas he empezado el viaje, por lo cansado debe estar a punto de llegar al monte do Gozo. El único problema es que no sé dónde voy ni tan siquiera si deseo llegar a algún lado. Tengo algo de buhonero, de vagabundo impenitente que aprecia el camino por lo que es y no por el destino al que me lleve porque, a fin de cuentas, todos los viajes que queramos emprender a lo largo de nuestra vida tienen un único final y, hasta entonces, erramos por este valle de lágrimas y de risas haciendo caminos al andar.

Cuatro años ya, y parece que fue ayer. La nostalgia del pasado parece obligada, pero prefiero mirar al futuro. ¿Qué puedo anunciarles? Afortunadamente ya estoy acabando con la Sábana Santa (y les aseguro que el alivio que puedan sentir Vds. no es nada con el que experimentaré yo cuando termine con él) así que podemos volver con lo que estábamos haciendo, es decir, con la crítica al libro "En busca de la Edad de Oro" de D. Javier Sierra, peor también quiero empezar con una serie de artículos cortos (ya saben que eso significa el equivalente a cuatro o cinco páginas) sobre algunos temas históricos que son, con frecuencia, tratados mal por los escritores esotéricos. Así que les adelanto que el rey Arturo, el Mutus Liber, rosacruces, masones... vendrán a visitarnos. Espero que ello sea de su agrado.

 

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