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Escritos desde el páramo

Inauguramos una nueva sección (VI)

 

 

Viene de aquí

Después de esa revisión a las investigaciones sobre la Sindone, le toca el turno al padre Filas en el capítulo (o algo así) VI titulado "Monedas, el Pato Donald y Mickey Mouse". Como el tema, para el autor, parece que da para poco, el título casi es más largo que el capítulo que apenas sobrepasa una cara.

Aparte de enterarnos de que en el portal del Sr. Ares hay mármol y que el autor, mientras espera el ascensor, se dedica a imaginar rostros y figuras en dicha superficie, el Sr. Ares asegura que, ante las fotografías ampliadas del padre Filas,:

"lo único que puede hacer una persona con sentido común es soltar una gran carcajada." (Pág. 65)

Cuando termina de reírse, cita a David Sox, que sostiene que la mayoría de los expertos consideran que lo de poner monedas sobre los ojos de los cadáveres es una práctica pagana y, por tanto, no corresponde a un enterramiento judío, y a Marvin V. Mueller que afirma que en la fotografías del padre Filas cada uno ve lo que quiere ver.

Después de un magnífico ejemplo de preterición:

"Entre ellos están los famosos esposos Alan y Mary Whanger, de los que mejor no hablaré." (Pág. 66)

El Sr. Ares concluye con una frase lapidaria:

"Lo de Filas y las monedas es sencillamente una bobada, pero muchos tontilocos con menos cerebro que un chorlito lo siguen repitiendo, y repitiendo." (Pág. 66)

Comencemos por el final. Creía que este libro más que dirigirse a los que ya consideramos que la Sábana Santa no fue nunca la mortaja de Jesús, se orientaba a los que piensan lo contrario pero, si ése es el caso, se me ocurre que tildar a los creyentes en el tema de las monedas de "tontilocos con menos cerebro que un chorlito" no es la mejor forma de exponer unos argumentos para que consideren si su creencia no es fruto de un error.

Francamente, cuando alguien considera que se le está insultando (y lo de "tontilocos..." no me parece que sea un halago, precisamente) no suele estar dispuesto a la reflexión sosegada. Por ello, el empleo de ese lenguaje dirigido a las personas que, de buena fe, creen algo por muy absurdo que nos parezca es estratégicamente inadecuado y éticamente deplorable como cualquier otro insulto.

Ahora ya puedo regresar al principio para contar todo lo que el Sr. Ares no dice. A raíz del trabajo de Jackson y Jumper (del que ya hablamos en la anterior entrega de esta serie) pudo apreciarse que, entre otras deficiencias de la imagen tridimensional obtenida, los ojos del cadáver estaban muy abultados. Como el parentesco del supuesto Jesús con Martin Alan Feldman no parece probable, el padre Filas S.J. imaginó que eso se debía a la existencia de sendos objetos sobre los párpados del cadáver. Comenzó a trabajar con ampliaciones de las antiguas fotografías de Giuseppe Enrie y encontró esto (como, la verdad, es que no está nada claro, una imagen mejorada la tienen aquí, a la izquierda la imagen tridimensional, a la derecha se marca lo que, supuestamente, debemos ver).

Imagino que estarán pensando qué demonios se supone que es eso. En opinión del padre Filas es la huella dejada por un leptón (olvídense de la Física porque estos leptones nada tienen que ver con esos leptones excepto su etimología). En Numismática se conoce con ese nombre a las monedas del mundo griego de poco valor (leptón significa pequeño). En este caso concreto, supuestamente se trata de uno de los llamados leptones de Poncio Pilato por haber sido acuñados en Judea cuando Pilato ejerció allí la prefectura (26-36 D. de C.).

Este tipo de leptones (que no son los únicos que se acuñaron bajo Pilato como ahora veremos) presenta el lituus (cayado del augur) con la inscripción en letras griegas mayúsculas TIBEPIOY KAICAPOC (De Tiberio César). Según el padre Filas lo que aparece en la imagen es el cayado y las letras Y CAI por un error ortográfico cometido en la ceca en vez de Y KAI. Existen, en efecto, leptones de Poncio Pilato con ese error ortográfico pero los que conozco (lo que no quiere decir que no existan otros y yo no los conozca) son del tipo leptón simpulum así llamados porque presentan el simpulum (una especie de cucharón ceremonial).

No obstante, puesto que existen los leptones de tipo lituus y está documentado el error ortográfico (por no hablar de que los leptones de Poncio Pilato son un horror en cuanto a la acuñación con frecuencia defectuosa) podemos conceder que existan ejemplares en los que ambas características aparezcan simultáneamente. El problema no es ése. Veamos unas declaraciones al respecto de Barrie Schwortz, que tomó las fotografías de la Sábana Santa durante la investigación protagonizada por el STURP:

"Lo que el Padre Filas vio como inscripción, yo lo veo como efectos de azar y de ruido... Me dijo a mí (sic en el original) que no había conseguido ni siquiera iguales resultados con las fotos de 1978. Desgraciadamente, las fotos de 1933 habían sido copiadas y recopiadas... se produjo un crecimiento de los granos respecto a la primera generación de fotos, cosa muy común" (Las declaraciones de Schwortz pueden encontrarlas aquí.

Si el supuesto parecido entre la impronta en el Sudario y el leptón sólo aparece en las copias sucesivas en blanco y negro y no lo hace con los originales en color y alta resolución tenemos que dar la razón a Mr. Schowrtz, es un mero ejemplo de "ruido" sumado a la Pareidolia.

No obstante, todavía podemos comentar alguna cosa más sobre este tema. Por ejemplo, ¿existía o no un rito funerario judío consistente en colocar monedas sobre los ojos de los cadáveres? Conocemos el óbolo de Caronte (la moneda que se colocaba en la boca de los difuntos para que éstos pudieran pagar al barquero Caronte el viaje a la otra orilla de la laguna Estigia) pero eso es, indudablemente, un rito grecolatino, no judío.

Sin embargo, sí se han encontrado evidencias arqueológicas de la presencia de monedas en osarios judíos pero ¿estaban sobre los ojos? En esta dirección podrán encontrar un debate entre Lombati y Alan Whanger al respecto. Mi opinión es que resulta inconcebible que sobre el cadáver de un judío respetuoso de la Ley (entiéndase de la ley mosaíca) se colocasen monedas con símbolos páganos como el lituus. ¿Y las monedas por qué aparecen? La respuesta (de forma simplificada, que no hay evidencia que relacione esas monedas con los enterramientos) pueden encontrarla en el artículo "Was the Coin-on-Eye Custom a Jewish Burial Practice in the Second Temple Period?" por Rachel Hachlili & Ann Killebrew. The Biblical Archaeologist, Vol. 46, Nº 3 (Verano, 1983). Págs. 147-153. (La primera página del artículo pueden encontrarla aquí)

Este Whanger es, evidentemente, uno de los miembros del matrimonio Whanger, ése del que en opinión del Sr. Ares "mejor no hablaré". Como no comparto para nada que sea mejor silenciar algo que hablar sobre ello, en los mensajes antes enlazados podrán notar que las afirmaciones de los Whanger son que no sólo aparece la impronta de las monedas en el Sudario sino también la de un amuleto y la de diversos objetos relacionados con la Pasión como los clavos, las tenazas, el martillo... que nadie ve más que ellos y eso después de haber tratado las fotografías digitalmente. También debemos al matrimonio Whanger la curiosa explicación del porqué se colocaron monedas sobre los ojos de Jesús, para mantener cerrados los ojos del cadáver y que no se entreabieran por el rigor mortis. El único problema es que los leptones pesan unos dos gramos lo que les convierte en inútiles a esos efectos.

Si el matrimonio Whanger al menos es citado aunque sólo sea para decir que mejor no hablar de él, no tiene esa suerte Aldo Marastoni el autor de la afirmación de que en la Sábana Santa aparecen letras en tres alfabetos distintos, latino, griego y hebreo. (Una imagen de dónde aparecen -supuestamente- pueden encontrarla aquí). Como verán por esa imagen, las supuestas letras se encuentran sobre o cerca del "rostro". ¿Las llevaba tatuadas? No. Según explica el profesor Marastoni procederían de una especie de capucha en la que se escribió lo mismo (o parecido) que en el INRI. Por efecto del sudor, la tinta fresca traspasó la tela y acabó sobre el rostro de Jesús. Aparte de que, nuevamente, tales imágenes sólo aparecen después de filtrar las fotografías (y ni siquiera entonces están claras), no existe la menor prueba de que los romanos emplearan tal práctica en sus ejecuciones.

Hemos visto cómo las afirmaciones sobre impronta de monedas, instrumentos de ejecución y letras en la Sindone deben ser puestas en duda, pero ni me parece que sean motivo de risa ni, mucho menos, para tratar a sus autores o a las que personas que las crean como "tontilocos".

-Continuará-

 

 

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