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Escritos desde el páramo

En busca del chocolate del loro: Crítica a la introducción (II)

Viene de aquí
Si hasta el momento la cosmogonía Dogon según Ogotemmêli (de acuerdo con Griaule) era muy compleja no tardaría en embrollarse aún más. Veámoslo: "Ahora bien, las ansias celestes de perfección no se habían saciado. La pareja Nommo, que poco a poco tomaba el lugar de su padre Dios, meditaba las redenciones." (Pág. 28)
"los Nommo bajaron pues a la Tierra y penetraron en el hormiguero, sexo del que habían nacido. Entre otros trabajos debían defender a su madre contra los posibles intentos de su primogénito, el Chacal incestuoso. Con su presencia húmeda, luminosa y parlante, purificaban lo que Dios había mancillado para siempre, pero que podía poco a poco alcanzar la pureza necesaria para la creación de la vida.
En este sexo, el Nommo macho tomó el lugar de la masculinidad excluida antaño en el momento de la excisión del clítoris-termitero. La hembra sustituyó a la feminidad y su matriz ocupó la de la Tierra." (Págs. 28-29)
"En estos brumosos tiempos de la evolución del mundo los hombres no conocían la muerte. Los ocho antepasados nacidos de la primera pareja humana vivieron pues indefinidamente. Procrearon ocho diferentes descendencias reproduciéndose cada uno por sí mismo, ya que cada uno era a la vez macho y hembra." (Pág. 29)
"Pero cuando se cumplió el tiempo, un oscuro instinto llevó al primogénito al hormiguero investido por los Nommo (...) Colocando sus dos pies en el agujero del seno terrestre, se hundió lentamente como en un parto a la inversa." (Pág. 29)
"Liberado de su condición terrestre, el antepasado fue puesto bajo la tutela de la pareja regeneradora. El macho le condujo al fondo de la tierra, a las aguas de la matriz de su compañera. Se replegó como un feto, se redujo como un germen, alcanzó la calidad del agua, semilla de Dios, esencia de los dos genios.
En toda esta tarea era de verbo: el macho acompañaba con la voz a la hembra que se hablaba a sí misma, que hablaba a su propio sexo. El verbo penetraba en ella, se enrollaba alrededor de la matriz en una forma helicoidal de ocho vueltas. Y, al igual que la banda de cobre que rodea al sol le confiere su movimiento diurno, la espiral del verbo daba a la matriz el movimiento regenerador.
Consumado en palabras y agua, el muevo genio, expectorado, subía al cielo.
Los ocho antepasados debían seguir en orden esta transustanciación. Pero cuando le llegó el turno al séptimo, la mutación se vio afectada por un suceso notable.
Efectivamente, el séptimo rango es de perfección. Aunque igual en calidad a los otros, es la suma de la feminidad, cuatro, y de la masculinidad, tres. Es la consecución de la serie perfecta, el símbolo de la unión total del macho y de la hembra, es decir de la unidad." (Págs. 29-30)
"En el seno de la tierra se transformó como los otros en genio y agua. Como los otros, se desarrolló al ritmo de las palabras que pronunciaban los dos transformadores." (Pág. 30)
"Los otros poseían estas palabras en condiciones de igualdad por efecto de su paso por el mismo lugar; pero su rango no era de dominio ni su papel era de explotación. El Séptimo recibió pues el conocimiento perfecto de un verbo -el segundo que oía la tierra- más claro que el primero, no ya reservado a unos pocos como este, sino destinado a la totalidad de los hombres." (Pág. 30)
"Esta palabra eficaz desarrolló el poder de su nuevo portador; para él, la regeneración en el seno terrestre se transformó poco a poco en revestimiento de este seno. Ocupó lentamente todo el volumen del organismo y se dispuso como convenía a sus tareas: sus labios se confundieron con los bordes del hormiguero, que se transformó en boca y se dilató. Surgieron unos dientes puntiagudos. Se contaron siete por cada labio, luego diez, cifra de los dedos, después cuarenta; por fin ochenta, es decir diez por antepasado." (Págs. 30-31)
"Pero una vez más se manifestó el escrúpulo de los genios. El Séptimo no instruyó directamente a los hombres, sino a la hormiga, avatar de la tierra y habitual en el lugar.
Llegado el día, a la luz del sol el Séptimo genio expectoró ochenta hilos de algodón que repartió entre sus dientes superiores, utilizados como los peines del telar. Así formó la serie impar de la urdimbre. Lo mismo hizo con los dientes inferiores para formar la serie de hilos pares. Abriendo y cerrando las mandíbulas, el genio imprimía a la urdimbre el movimiento impuesto por los lizos del telar. Y como toda su cara participaba en la tarea, el adorno de su nariz representaba la polea sobre la que basculan los lizos; el adorno del labio inferior era la lanzadera.
Mientras los hilos se cruzaban y descruzaban, las dos puntas de la lengua bífida del genio empujaban alternativamente el hilo de la trama y la banda de tejido se formaba fuera de la boca, en el soplo de la segunda palabra revelada.
En efecto, el genio hablaba. Como había hecho el Nommo en el momento de la primera revelación, otorgaba su verbo por medio de una técnica a fin de que estuviera al alcance de los hombres." (Pág. 31)
"El genio declamaba y sus palabras rellenaban los intersticios de la tela. Se tejían entre los hilos y formaban un todo con la banda. Eran la misma tela y la tela era el verbo. Esta es la razón de que la tela se llame soy, que significa "es la palabra". Y la misma palabra quiere decir siete, rango del que habla tejiendo." (Pág. 31)
"Hasta el momento de la penetración de los antepasados en la tierra, estos hombres habitaban en hoyos como guaridas en el suelo horizontal. Cuando las escudillas abandonadas llamaron su atención, observaron las formas del hormiguero, que encontraron mejor acondicionado que sus agujeros. Lo imitaron abriendo galerías, construyendo habitaciones al abrigo de la lluvia y comenzaron a almacenar algunas reservas obtenidas del producto de la recolección." (Págs. 31-32)
"Al mismo tiempo, la hormiga divulgaba las palabras y los hombres las repetían. Así se reconstituyó sobre los labios de la tierra el clima de vida en movimiento, de fuerzas traspuestas, de soplos eficaces que el Séptimo antepasado había creado." (Pág. 32)
Resumamos lo que llevamos visto hasta el momento. El dios Amma crea la Tierra con arcilla y copula con ella dos veces. De la primera coyunda nace el Chacal y de la segunda los Nommo. Éstos ascienden al cielo y desde allí contemplan la desnudez de su madre por lo que descienden para cubrirla con fibras de plantas. El Chacal viola a su madre, la Tierra, por lo que Amma crea a la primera pareja humana sin su concurso. Esta primera pareja engendra ocho descendientes hermafroditas que, a su vez engendran diez descendientes cada uno y que son los antecesores de los Dogon.
Los Nommo, por su parte, restauran parcialmente la capacidad generadora de su madre y van convirtiendo en su seno a los ocho descendientes hermafroditas en genios que ascienden a los cielos mientras sus descendientes reciben el conocimiento de la hormiga, avatar de la Tierra que, a su vez, había recibido el verbo de los Nommo primogénitos.
Con esto podría haber terminado el relato cosmogónico... pero no lo hace. Ogotemmêli (siempre según el relato de Griaule) comienza a explicar qué pasó con los ocho nuevos Nommo:
"Es seguro que los ocho, abandonando la tierra al terminar sus tareas alcanzaron las regiones donde reinaba la pareja primogénita, autora de su transformación. Los primogénitos tenían preeminencia sobre los otros y pronto les impusieron una organización y unas reglas de vida.
Pero nunca estuvo claro por qué el mundo celeste se trastornó hasta la ruptura ni por qué estos desordenes implicaron la reorgización del mundo humano, que no tenía nada que ver con estas querellas. Finalmente los ocho volvieron a descender a la tierra con un gigantesco cargamento de símbolos, portadores de una tercera y definitiva palabra necesaria para el funcionamiento del mundo moderno." (Pág. 33)
Ogotemmêli comienza explicando que la primera norma que tuvieron que acatar los ocho es que nunca podrían reunirse. La vulneración de esa regla no fue la única que se produjo:
"Dios había concedido a los ocho un conjunto de ocho granos para su alimentación, de la cual era responsable el Primer antepasado. De estos ocho granos, el último, la Digitaria, había sido públicamente despreciado por su destinatario con el pretexto de su pequeñez y de lo engorroso de su preparación. Había incluso llegado a jurar que no lo comería nunca.
Sin embargo, llegó una época crítica en que se agotaron todos los granos excepto el último. Los antepasados Primero y Segundo, que habían roto ya la prohibición de juntarse, se reunieron para consumir la última provisión." (Págs. 33-34)
"Por este hecho ambos antepasados se convirtieron en impuros para el mundo de los cielos, es decir de una esencia incompatible con la vida celeste. Resolvieron entonces abandonar las regiones donde se sentían extraños y los otros seis, solidarios, apoyaron las mismas resoluciones. Además, querían huir llevando consigo todo lo que pudiera ser útil para los hombres que iban a reencontrar." (Pág. 34)
Seguidamente Ogotemmêli dedica mucho tiempo a explicar cómo se construyó el "vehículo" empleado en el viaje de retorno, los símbolos que trajo consigo el Primer antepasado, cómo fue el viaje... Dado que estos datos son con frecuencia tergiversados para hacer una lectura ufológica del texto (algo que es un disparate mayúsculo como veremos) es necesaria la cita de lo que realmente Griaule pone en boca del antiguo cazador Dogon:
"Recibió una cesta trenzada con la abertura circular y el fondo cuadrado, que debía servir para transportar la tierra y el adobe necesarios para la edificación de un sistema del mundo del que iba a ser uno de los monitores. Esta cesta sirvió primero de modelo para otra cesta de grandes dimensiones; el antepasado la construyó en posición invertida, con el fondo cuadrado de ocho codos de largo formando la terraza, la abertura de veinte codos de diámetro apoyada contra el suelo y una altura de diez codos.
Sobre esta estructura se aplicó el adobe hecho de tierra celestial y, en su grosor y partiendo del centro de cada lado del cuadrado, se colocó una escalera de diez peldaños orientados hacia uno de los puntos cardinales. En el sexto escalón de la escalera norte se abrió una puerta que daba acceso al interios, donde se distribuían ocho compartimientos en dos pisos.
Simbólicamente, el edificio así construido tenía el significado siguiente:
-La base circular representaba al sol.
-La terraza cuadrada recordaba al cielo.
-Un círculo en el centro de la terraza era la luna.
-Cada escalón horizontal era hembra y cada contra-escalón macho; el conjunto de las cuatro escaleras de diez peldaños prefiguraba las ocho decenas de familias nacidas de los ocho antepasados.
Cada escalera acogía una categoría de seres y estaba en relación con una constelación:
-La escalera septentrional, correspondiente a las Pléyades, era la de los hombres y los peces.
-La escalera meridional, tahalí de Orión, albergaba a los animales domésticos.
-La escalera oriental, Venus, estaba ocupada por los pájaros.
-En la escalera occidental, una estrella llamada "de la gran cola" estaban los animales salvajes, las plantas y los insectos." (Págs. 34-36)
Lo del (p)UFO hecho de adobe me ha llegado al alma. ¿Es demasiado pedir a los "investigadores" esotéricos que se den cuenta de que ese texto es alegórico y no real? (Más adelante veremos quién es, realmente, el autor de esa simbología)
"La escalera occidental estaba ocupada por los animales salvajes. Desde el primer peldaño superior hasta el último inferior estaban los antílopes, las hienas, los felinos (en dos escalones), los reptiles y saurios, los monos, las gacelas, las marmotas, el león y el elefante.
A partir del sexto peldaño aparecían los árboles, desde el baobab hasta la Lannea acida, y en cada una de esas plantas estaban los insectos que se encuentran comúnmente hoy en ellas.
En la escalera meridional se situaban los animales domésticos: en primer lugar las gallinas, luego los óvidos, cápridos, bóvidos, équidos, cánidos y gatos.
En el octavo y noveno nivel estaban los quelonios: las grandes tortugas, que en cada familia reemplazan hoy a los patriarcas durante sus ausencias, y las pequeñas, a las que se da muerte lentamente en los sacrificios de purificación territorial.
En el décimo lugar aparecían los ratones y ratas de las casas y del campo.
La escalera oriental estaba ocupada por los pájaros: en el primer nivel las grandes rapaces y los cálaos; en el segundo los avestruces y las cigüeñas; en el tercero las pequeñas avutardas y avefrías; en el cuarto los buitres. A continuación las pequeñas rapaces y después las garzas. En séptima posición las palomas, en octava las tórtolas, en novena los patos y finalmente las grandes avutardas negras y blancas.
La escalera septentrional era la de los hombres y los peces. (...)
Pensaba que los hombres eran bozo, esos primeros pobladores del río Níger, aún hoy reconocidos por todos los pueblos del meandro como únicos pescadores verdaderos. (...)
En cada uno de los dos primeros peldaños había un varón bozo con un pez sujeto al ombligo y colgando entre las piernas. (...)
En cada uno de los escalones siguientes se situaban dos mujeres bozo igualmente sujetas a un pez.
En el quinto escalón, una mujer bozo estaba sola.
Finalmente, los cinco últimos peldaños estaban vacíos." (Págs. 37-38)
A continuación Griaule pregunta a Ogotemmêli que dónde estaban los demás animales no incluidos en esa relación, a lo que el Dogon contesta que estaban junto a los que fueran más similares. El antropólogo solicita una explicación de cómo podían caber todos los animales en unos escalones tan pequeños a lo que Ogotemmêli replica que lo que había en esos escalones era el símbolo de los animales, no el animal en sí.
Después de esa descripción tan detallada del exterior, Ogotemmêli asegura que los graneros Dogon se construyen a imagen y semejanza del "edificio-vehículo" por lo que Griaule solicita que le enseñen el interior de uno lo que da pie a que el cazador Dogon proceda a la descripción de las "interioridades" del "granero del Señor de la Tierra Pura":
"Está dividido en ocho compartimentos, cuatro abajo y cuatro arriba. La puerta se abre al norte, en el sexto escalón. Es como la boca; y el granero es como el vientre, el interior del mundo." (Pág. 39)
Por si acaso no está lo bastante claro, Griaule precisa:
"Los cuatro compartimentos inferiores de un granero dogon están separados por dos tabique en cruz cuya unión forma una cúpula de tierra destinada a sostener una vasija esférica. Esta vasija, que contiene grano u objetos preciosos, forma el centro del conjunto de la construcción." (Pág. 40)
"Por encima de la puerta se sitúa el piso con las otas cuatro divisiones. Dos de ellas, contiguas, ocupan la pared del fondo; las otras dos, más alargadas, se encuentran en las paredes laterales." (Pág. 40)
"En el edificio celeste estos compartimentos tenían un orden: el primero era el de la derecha de la entrada en el piso inferios; el segundo el del fondo y derecha y así sucesivamente. El quinto era el de la derecha del piso superior, y así hasta el octavo que era el de la izquierda.
Cada uno de ellos guardaba uno de los ocho granos otorgados por Dios a los ocho antepasados, según este orden: el mijo pequeño, el mijo blanco, el mijo de sombra, el mijo hembra, la judía, la acedera, el arroz y la digitaria." (Pág. 40)
"Eran también la imagen de los ocho órganos principales del genio del agua, comparables a los de los hombres, añadiendo la molleja, puesto que el genio posee la velocidad de los pájaros.
Los órganos se repartían en el siguiente orden: estómago, molleja, corazón, hígado pequeño, bazo, intestinos, hígado grande y vesícula biliar.
En el centro, una vasija esférica simbolizaba la matriz; otra, de forma parecida pero más pequeña, la obturaba. Contenía el aceite de Lannea acida y representaa el feto. A su vez estaba obturada por otra menor llena de perfume. Sobre esta última se encontraba una cúpula doble.
El conjunto de estos órganos se sostenía mediante las paredes y tabiques interiores que simbolizaban el esqueleto. Los cuatro largueros que, terminaban en los ángulos del cuadrado de la terraza, eran los cuatro miembros. El granero era como una mujer, tumbada sobre la espalda que era el sol; los brazos y piernas levantados sosteniendo la terraza, imagen del cielo. Las dos piernas se situaban en el lado norte y el sexo estaba señalado por la puerta del sexto escalón." (Pág. 41)
Pues esto es lo que algunos quieren vender como la descripción de un OVNI (si ya decía yo que era igualito, igualito que el difunto de su agüelico). En fin, queda para la próxima entrega el portentoso viaje del (p)UFO hasta la Tierra, sin duda inspirado en un viaje interplanetario real (la ternilla por los suelos).

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