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Escritos desde el páramo

Noveno misterio jocoso: Con la iglesia hemos dado (I)

Viene de aquí
Si los falsos pergaminos son una de las bases que sostienen el tinglado esotérico de Rennes-le-Château, la otra corresponde a la simbología (para algunos extraña) que presenta la iglesia de la Magdalena. Por una vez apenas tendremos que discutir los hechos porque la iglesia sigue existiendo y su decoración también, otra cosa bien distinta es que compartamos las lecturas que quieran hacerse. Sin mayores preámbulos, vamos a citar las afirmaciones esotéricas.
"Allí estaba Asmodeo, con su mirada extraviada y su sonrisa socarrona, impávido al paso de las décadas, guardián del secreto y custodio del tesoro. Sobre él la pila de agua bendita engalanada con dos pequeñas salamandras que se escurrían por los bordes del pedestal, sujetando el frontispicio sobre el que se situaban, coronando este patético conjunto angelical, cuatro figuras vestidas de coloridos ropajes. Y en lo alto, como no podía ser de otro modo, una cruz extraña, burlonamente decorada, artísticamente tenebrosa..." (Págs. 119-120)
"...se podía apreciar, obviando la casualidad, un perfecto ajedrezado de 64 piezas que destacaba sobremanera del resto de baldosas que cubrían la superficie. Y un poco más allá, la figura del Bautista vertiendo el agua santa sobre la cabeza de Jesús, en una pila bautismal ornamentada con las letras alfa y omega, marcando el comienzo de un periplo cuando menos singular." (Pág. 120)
"...estaba presidido por un relieve de María Magdalena junto a un libro, una cueva, y una calavera. Curiosa representación." (Pág. 122)
"...la figura de San José observaba con ternura a una María situada justo enfrente de él. Que extraño, ambos sostenían con delicadeza a dos niños de corta edad, ¡aparentemente iguales!" (Pág. 122)
"El Vía Crucis, la obra maestra del histriónico cura de Rénnes, era la pieza principal de un puzzle a través del cual quiso dejar su legado, la clave del secreto." (Pág. 122)
Vamos ahora con las lecturas esotéricas de esas figuras:
"...como se sabe Asmodeo es el diablo que según la tradición ayudó a construir a Salomón el templo. Dentro de la tradición masónica tiene que ver con el edificio sagrado." (Pág. 127)
(Sobre los ángeles) "...sobre los mismos están representados los cuatro colores: el rojo, el verde, el amarillo y el azul, los cuatro que aparecen en todas las tradiciones." (Pág. 129)
"Lo primero que llama la atención es el tablero de ajedrez, auténtico incluso con 64 casillas. No es casualidad; resulta que el tablero de ajedrez ha sido utilizado desde tiempos remotos como una de las metodologías de enseñanza esotérica más importante que existe." (Pág. 126)
"Si te das cuenta sobre la pila se representa algo que no es muy frecuente: el propio bautismo de Jesús, es decir, incluso él dentro de la tradición, él que en ese sentido era, vamos a llamarlo, "maestro", en su momento también se arrodilla delante de alguien para recibir ese magisterio." (Pág. 129)
"...aparece María Magdalena con la calavera. Me da la impresión de que en este tipo de masonería dejaban participar a mujeres, cosa muy poco habitual en aquella época. Tanto la calavera, el libro, la cueva, hacen alusión dentro de esos ritos a la llamada "cámara de reflexión", donde el candidato es introducido en una habitación que recrea una cueva, y donde le ponen una calavera, y unos escritos... y ahí lleva a cabo su "testamento filosófico". (Pág. 130)
(Sobre el Via Crucis) "Yo incidiría en dos cosas: el manto rojo que hasta el paso nueve porta Jesús es el manto del maestro, y hasta podría pesar (sic) que se trata del mapa que había sobre la mesa de Salomón." (Pág. 132) y "Hay una etapa, repito, la nueve, en la que Cristo no se ve, bien porque tenga capucha, bien porque hayan destruido su rostro conscientemente, pero lo cierto es que no se ve la cara. Es la tercera caída, que más que caída parece que se haya desmayado, y en donde se observa que un soldado se lleva el manto." (Pág. 133) y "Con esto lo que planteo es la idea de que en la cruz hubiera muerto otra persona, de que Jesús de Nazaret no muriese en el Calvario, sino que otro muriera en su lugar." (Pág. 133) "Posiblemente un hermano que se parecía mucho a él, Tomás Dídimo." (Pág. 133) "A mí me llama muchísimo la atención que parece que a partir de ese momento que le quitan el manto, en las imágenes siguientes si nos fijamos con detenimiento en el rostro de Jesús parece distinto, no es él. Y segundo y quizás más importante: en las representaciones que hay tras el altar, a izquierda y derecha, de San José y la Virgen respectivamente, vemos que cada uno porta en brazos a un niño y los dos son absolutamente idénticos." (Pág. 133)
¿Qué tenemos que decir a todas estas interpretaciones simbólicas? Pues que por desgracia para los que proponen estas lecturas masónicas, esotéricas... van a tropezar con varios obstáculos. El primero es que el padre Berénger tuvo muy poco que ver con las esculturas que adornan la iglesia. Él las encargó y pagó, pero los modelos no eran suyos (con las posibles excepciones que iremos viendo). Así toda esta historia comienza a fallar por la base puesto que las esculturas, el Via Crucis... eran modelos en serie. Como esto puede sonar extraño, vamos a los documentos:
Aquí pueden encontrar algo de gran importancia para el tema que nos ocupa, la transcripción del contrato entre el Sr. Giscard y el padre Berénger. Dada su transcendencia y puesto que nunca (que yo sepa) se ha vertido al castellano, lo traduciré en su integridad:
Año 1896, 20 de noviembre, entre el Sr. Giscard pintor escultor, residente en Toulouse, calle de la Corona 25, de una parte y el Sr. sacerdote Saunière, párroco de Rennes le Château, cantón de Couiza, Aude, de otra parte, ha sido acordado lo siguiente:
A cambio de la suma de 2.500 Fr., pagadera en anualidades de 500 Fr. a partir del final de diciembre de 1897, el Sr. Giscard, escultor residente en Toulouse, se compromete en el plazo de 4 meses a proveer al Sr. sacerdote Saunière, párroco de Rennes le Château, y a enviarle libre de gastos de transporte y embalaje a la estación de Couiza Montazels los artículos siguientes:
1) Un bajo relieve de gran bulto, en terracota inalterable, ejecución completamente artística e irreprochable, rica policromía, pedrería, ojos esmaltados. Diámetro: 3 metros. Título del bajo relieve: "Venid a mí etc." 11 o 12 personajes.
2) Un Via Crucis en terracota, escena en alto relieve, personajes pintados al natural, vestidos de época, fondos paisajísticos, ejecución irreprochable conforme al modelo enviado cuya altura es de 1,26 m. por 0,60 m. de largo. Rica policromía por todas partes.
3) Las piscinas con un grupo representando el bautismo de N.S.J.C (Nuestro Señor Jesucristo) por S. Juan Bautista en terracota artística, rica puerta en cobre dorado, ejecución irreprochable, policromado como los anteriores; pedrería, ojos esmaltados. Altura del tema 2,90 m. Longitud: 0,80 m. Todo conforme al modelo dado.
4) Siete esculturas, siempre en terracota de 1,30 m. de altura cada una, decoración extra-rica, pinturas Edad Media y en todo, pedrería, ojos esmaltados. Se titulan Sta. María Virgen con el niño Jesús, S. José con el niño Jesús, conformes una y otro con el modelo dibujado. San Antonio de Padua con el niño Jesús de pie sobre el libro, Sta. María Magdalena, patrona de la parroquia, S. Antón Ermitaño, segundo patrón, Sta. Germana con dos corderos y S. Roque. Todas estas estatuas conforme a los modelos decididos e irreprochables en cuanto a su ejecución.
5) Seis pedestales acordes a las dimensiones de las esculturas. Cuatro con dos cabezas de ángeles con los ojos esmaltados: dos pedestales con una única cabeza de ángel con los ojos también esmaltados. Y un séptimo pedestal en forma de columna con cuatro ángeles de pie. Decoración extra-rica y pintura Edad Media. Pedrería, ojos esmaltados, conforme al modelo. La altura de este último pedestal se dará más tarde.
6) Dos pináculos, estilo románico, como por otra parte para todos los demás artículos, para las dos esculturas de la Sta. Virgen y S. José, misma materia, misma ejecución artística y misma riqueza decorativa.
7) Otras tres estatuillas cada una de 0,70 m., ni más ni menos, de alto, decoración extra-rica. Pedrería, ojos esmaltados. Estas tres esculturas son una Virgen románica, un S. José y el Sagrado Corazón de Jesús.
Con todos estos artículos que estarán pintados al óleo de forma que puedan soportar varios lavados, el Sr. Giscard se obliga, por otra parte, a venir sino él, por lo menos a enviar a sus expensas un obrero para la colocación del bajo relieve: "Venid a mí etc." y para lo demás si la asistencia de este obrero fuera necesaria que no creo.
Por su parte, el Sr. sacerdote Saunière, párroco de Rennes le Château, se obliga a su vez a pagar al Sr. Giscard, pintor escultor de Toulouse, la suma de 2.500 Fr. como se ha dicho más arriba en anualidades de 500 Fr. a partir del final de mes de diciembre de 1897. Se obliga también a hacer transportar a sus expensas de Couiza a Rennes todos los artículos de los cuales se ha hablado así como a alimentar y hospedar al obrero enviado.
"En caso de muerte, el Sr. sacerdote Saunière autoriza al Sr. Giscard a llevarse de la iglesia de Rennes le Château los objetos que no hubieran sido pagados, a menos que la comunidad o la fábrica se encargen de pagarlos.
Hecho por duplicado en el presbiterio de Rennes le Château en el mismo día, mes y año antedichos.
Firma de los dos contratantes.
Es decir, de forma tan sencilla se caen todas las afirmaciones relativas a supuestos misterios relacionados con todas esas obras puesto que son modelos industriales. En el plazo de cuatro meses no se pueden hacer, decorar y pintar todas esas obras salvo que sean objetos en serie.
Sin embargo, alguien podrá pensar que el Sr. Giscard era un fiera del trabajo artístico o que recurría a un taller con múltiples ayudantes y que, tal vez así, si sería posible cumplir con el plazo. Puede que sea posible, pero el caso es que el Sr. Giscard era muy conocido e incluso hoy sigue existiendo en Toulouse la fábrica Giscard en la misma dirección de la calle de la Corona. Aparte de que pudiera realizar objetos únicos bajo pedido (que también lo hacía) realizaba terracotas en serie.
Tal vez alguien piense que las referencias a que las esculturas se harán según el modelo, suponga que eran según el modelo que le imponía el padre Saunière al escultor. Sin embargo, era justo al revés, se harían según el modelo que proponía el artista. Para comprobarlo basta con visitar esta dirección donde podrán comprobar cómo en el museo de la fábrica Giscard se conservan piezas idénticas a algunas de las de Rennes.
Por otra parte, en la relación contenida en el contrato se explica la razón de que los niños que tienen en brazos la Virgen y S. José parezcan idénticos, lo parecen porque los dos son el niño Jesús. ¿Dónde está el misterio? Una escultura de San José con Jesús en brazos y una escultura de la Virgen con el Niño no supone que haya dos hermanos. Incluso hay un tercer niño Jesús, el que aparece de pie sobre un libro en la escultura de S. Antonio de Padua (por cierto, aquí podrán encontrar reproducciones de las "misteriosas" representaciones, que mal gusto tienen para dar y tomar, pero la heterodoxia no aparece por ningún lado).
También nos aclara la "obsesión" por las figuras de la Magdalena y S. Antón Ermitaño. La explicación es tan simple como que eran la titular y el segundo patrono de la iglesia.
No obstante hay dos de las representaciones "enigmáticas" que no se mencionan en el contrato, el relieve de la Magdalena en la cueva con libro y calavera y el diablo Asmodeo. ¿Habrá en ellos algún misterio? ¿Y en los restantes motivos decorativos? ¿Qué podremos decir del ajedrezado, de las vidriera que produce las "manzanas azules", de la enigmática inscripción CRISTUS AOMPS que aparece en el pedestal del Crucificado y de la que el Sr. Fernández Bueno se pregunta si significará: "¿Cristus Antiquus Ordo Mysticusque Prioratus Sionis Defendit?" (Pag. 106) Todo ello será objeto de la próxima entrada porque hoy ya les he dado bastante la tabarra, así que
-Continuará-

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