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Escritos desde el páramo

En busca del chocolate del loro: Introducción a la crítica

La noticia, que ya vimos en la anterior entrega de esta bitácora, de que Planeta-DeAgostini va a reeditar e incluir en una de sus colecciones la obra "En busca de la Edad de Oro" de Javier Sierra me hizo ver los cielos abiertos de par en par. Después de haber pasado revista a las afirmaciones pseudohistóricas relacionadas con Jesús, templarios, cátaros, griales... quería hacer lo mismo con el otro "filón" de los escritores esotéricos, los supuestos misterios de las civilizaciones perdidas. Sin embargo, hoy en día no es un tema de excesiva actualidad puesto que los lectores de este género de obras (entre lo que, evidentemente, me encuentro -sí, tengo un extraño sentido del humor-) ya están un poco hartos de que les cuenten una y otra vez las mismas pavadas.
Lo de "renovarse o morir" no funciona en el campo esotérico. Al contrario, la vinculación a la Tradición lo es todo como ya hemos visto en reiteradas ocasiones, y el libro del Sr. Sierra no iba a ser una excepción. Por mucho que asegure que sus afirmaciones son revolucionarias, que modifican nuestro conocimiento... en realidad su búsqueda de la Edad de Oro huele a naftalina rancia comenzando por el propio concepto de Edad Áurea. Todo ello supone un callejón sin salida para el escritor esotérico que, por un lado, debe transitar por los lugares comunes de la Tradición pero, por otro, tiene que aparentar que lo que escribe es novedoso para evitar el cansancio del público... hartazgo que siempre termina por producirse. De ahí que muchos terminen tocando todo tipo de palos, de ufólogos pasaron a "dänikenianos" para tornarse "misteriólogos históricos"... mientras otros se reconvierten en novelistas algo lógico considerando que la ficción siempre fue parte fundamental de sus trabajos.
La obra de D. Javier es paradigmática en cuanto a esa dualidad Tradición-modernidad. Aparecen temas muy conocidos como los Dogones, las Pirámides, Tihaunaco... junto a otros que se pretenden novedosos como el cronovisor o el sputnik de Montalcino, pero la base del libro, la pretensión de demostrar que en el pasado existió un periodo, la Edad de Oro, en la que la humanidad poseyó unos conocimientos hoy insospechados, no hubiera causado la menor sorpresa a, por ejemplo, madame Blavatsky.
Así pues, pueden irse preparando porque nos espera una larga temporada de dedicación preferente (no va a ser exclusiva) a la crítica de "En busca de la Edad de Oro. Los tesoros ocultos de las civilizaciones perdidas" de Javier Sierra. Edición del Círculo de Lectores por cesión de Grijalbo Mondadori S. A. Barcelona, 2001. 318 Págs. Avisados quedan.

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