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Escritos desde el páramo

Inauguramos una nueva sección (IX-y e)

Viene de aquí

Una de las cuestiones más sorprendentes sobre la Sábana Santa es la facilidad con la que algo que hoy se considera una verdad absoluta pasa a ser negado mañana. Nada tengo que objetar (todo lo contrario) a ello cuando esa mudanza esté basada en pruebas. Me parece mucho más sospechoso cuando estas nuevas se parecen demasiado a un intento de que resucitar un tema que está ya muerto y en avanzado estado de descomposición aunque sus fieles se muestren irreductibles a la hora de reconocerlo así mostrando un ardor en su defensa digno de mejor causa (aquello tan cidiano de "qué buen vasallo si tuviera bien señor", algo de lo que los castellanos sabemos un rato).

Así, después de llevar unos cuantos años escuchando que la imagen que muestra la Sindone es superficial y que sólo aparece en una de sus superficies (con excepción de las manchas de sangre), en 2004 los profesores Giulio Fanti y Roberto Maggiolo encontraron una segunda cara en el anverso de la tela y publicaron este trabajo al respecto. Bueno, si vemos la fotografía de esta supuesta repetición de la Santa Faz tal vez se sientan desilusionados o un pelín irónicos como Fernando L. Frias en el artículo anterior al que no tengo demasiado que añadir. Sencillamente, yo sólo veo manchas que pueden interpretarse como quieran. De hecho, aprecio un rostro fragmentado en la esquina inferior izquierda (desde el punto de vista del espectador) de la fotografía de la Cara B (¿no ven Vds. los ojos, la nariz y el arranque del bigote?) pero no el que según ambos profesores existe.

No deja de ser una pena. ¿Por qué? Aceptemos como mera hipótesis que aparece ese segundo rostro y veamos qué posibilidades abre eso. Primera, la imagen no es superficial así que atraviesa la tela y sale por el dorso. Esto significaría que todas las personas que han investigado la Sábana Santa eran unos mentirosos. Por muy divertida que parezca esa posibilidad, debemos olvidarla porque los profesores Fanti y Maggiolo afirman también que ambas imágenes son superficiales. Segunda, ambas Faces se formaron de forma simultánea, es decir, que por alguna extraña razón, el mismo proceso que creó la Cara A alterando superficialmente el lino de la superficie frontal atravesó la tela sin causar ningún efecto en ella y alteró de forma mucho más débil el lino de la superficie dorsal para crear la Cara B. Esto me suena a cuento chino pero que opinen los que sepan del tema si esto, a priori, es posible o no porque aún recuerdo a un divulgador científico asegurando que: "alguna vez, muy ocasionalmente, su coche atraviesa espontáneamente la pared de ladrillo del garaje y a la mañana siguiente lo encuentra en la calle." (por si no reconocen la cita, vean la página 291 de este libro). Desde entonces, la Ciencia no es para mí una luz en la oscuridad y sí un cachondeo porque si es capaz de afirmar que mi coche atraviesa espontáneamente una pared de ladrillo puede justificar cualquier cosa más que nada porque no tengo coche. En cualquier caso, no tiene demasiada importancia porque en su presentación ante los medios de comunicación, el profesor Fanti reconoció que existían diferencias entre ambas figuras (por ejemplo, que en la Cara B las fosas nasales eran iguales mientras que en la A no lo eran. Me descubro ante la vista de lince de D. Giulio porque yo no veo ni las narices de la Cara B así que como apreciar el tamaño de las fosas) hasta el punto de que parte de la prensa entendió (seamos buenos con D. Giulio y supongamos que no aseguró realmente tal cosa) que estaba diciendo que pertenecían a dos hombres diferentes, así que tampoco se formaron simultáneamente. ¿Qué queda? Pues una tercera opción, la de que se crearan en dos momentos distintos y eso, se ponga el profesor Fanti como se ponga y afirme lo que quiera, apoya la hipótesis artística y no la de su autenticidad. Sencillamente, un artista empieza a esbozar la figura por un lado del lienzo, no queda satisfecho del resultado, da vuelta a la tela y comienza a trabajar por el otro lado. ¿Es eso más o menos creíble que un fenómeno extraño que sucede dos veces y que entre una y otra provoca un cambio en las fosas nasales del supuesto cadáver? Por desgracia, al segundo rostro le pasa más o menos lo mismo que a los leptones del padre Filas, a las figuras en el ojo de la Virgen de Guadalupe, o a la Cara de Marte, que sólo las ven los que creen en ello. Una lástima porque nos vendría de "perlas" que existiera realmente.

El tema del segundo rostro no da para más hasta el punto de que sospecho que el Sr. Ares sólo lo menciona como un posible apoyo a la teoría tan cara para él del tostado:

"Aunque es un tema que no he estudiado a fondo, resulta muy sugerente pensar que el falsario realizó una prueba con la plancha del bajorrelieve demasiado fría y le quedase como señala Fanti: una imagen muy débil, borrosa, en la que sólo se ve lo más importante, es decir, la nariz, los ojos, el pelo y la barba. Fanti no lo dice, pero es evidente que lo que está más cerca de la tela es lo que ha quedado grabafo. Todo apunta a una prueba fallida: como la imagen era tan débil, al artista no le importó usar la otra cara del lienzo. Quede claro que esto último no es nada más que una especulación." (Pág. 104)

Como verán, D. Félix no pone en ningún momento en duda la existencia del segundo rostro. Si acepta el trabajo de los profesores Fanti y Maggiolo tendría que haberse dado cuenta de que no puede pretender eso ni siquiera a nivel de especulación por las diferencias entre ambos rostros. No resulta demasiado creíble que el escultor hiciera una prueba, no le quedara bien, rehiciera el relieve y probara de nuevo a ver si esta vez lograba un mejor resultado. Si el Sr. Ares no ha estado precisamente acertado a la hora de hablar sobre este tema, sí lo está al hablar del tema de Max Frei y sus pólenes.

Otra de las cosas que llaman mi atención en el mundillo que rodea la Sábana Santa es la capacidad de repetir afirmaciones inciertas cuando no sólo han sido desmentidas por los hechos sino que ni siquiera fueron jamás veraces. El caso de los pólenes de Max Frei es un maravilloso ejemplo de ello. Si hacen una búsqueda en Internet con las palabras Sábana Santa y polen (limitémonos a nuestro idioma) encontrarán miles de páginas en las que aparecen esos términos. Una gran cantidad de ellas se dedican a afirmar cosas como: "...se encontraron pólenes propios de Judea del siglo I..." "Max Frei, estudiando el polen de la Sábana Santa, afirma que el lienzo estuvo en Palestina en el siglo I..." u otras parecidas. Sus autores están convencidos de que los pólenes no sólo pueden situar un objeto en un ámbito geográfico sino también cronológico. Lamento comunicar a todas esas personas que la palinología no es un sistema de datación. No permite hacer afirmaciones de ese tipo que no resultarían más absurdas si en vez de mencionar la palinología hablaran del estudio de las piruletas. No obstante, no tengo la menor esperanza en que ese tipo de aseveraciones dejen de multiplicarse por Internet que, a veces, parece una competición por ver quién suelta la parida más gorda. Vamos a ver si podemos contribuir a desfacer este entuerto.

La palinología, en el mejor de los casos, puede dar una datación ante quem. Para ello es preciso que aparezcan pólenes de una planta extinguida y de la que se sepa con certeza la fecha de su desaparición. Por ejemplo, supongamos que en la Sábana Santa apareciera el polen de la rosa de Jerusalén (planta que me acabo de inventar y que espero que no exista). En la estratigrafía, el polen de esta rosa deja de aparecer en el S VII de nuestra era. Por tanto, la Sindone debe ser anterior al S VII pero no podríamos precisar si es del S IV de antes de nuestra era, del I, el IV, el VI o el VII. Para poder afinar, tendríamos que disponer de otros indicios que nos permitieran acotar las fechas. ¿Algo de esto, no obstante, es de aplicación en el caso que nos ocupa? No, porque ninguno de los pólenes que supuestamente Max Frei encontró en el Sudario pertenece a especies extintas. Si Vds. sostienen lo contrario porque lo hayan leído en algún libro, artículo u opúsculo al uso, pueden preguntar al autor cuál de las variedades de plantas que, según el Sr. Frei, aparecen en la tela han desaparecido en la actualidad. Obtendrán la callada por respuesta o una mentira de libro porque, en realidad, el Sr. Frei jamás pretendió que la palinología pudiera datar la Sábana Santa en el S I y, además, negó que en ella hubiera pólenes que procedieran de especies extinguidas. Ya, ya sé que supuestamente declaró todo lo contrario en una entrevista publicada en la Gazzeta del Popolo el 8 de marzo de 1976, pero esto fue posteriormente negado de forma tajante por el propio Sr. Frei:

"Podríase un día obtener una datación más precisa si encontramos el polen de una planta que se extinguió en los últimos dos milenios. Contrariamente a algunas noticias sensacionales infundadas, pero aparecidas en la prensa, hasta ahora no he tenido la fortuna de encontrar tal planta en mis investigaciones." (Fuente: Este texto de J. L. Carreño Etxeandía)

No, no es cuestión de ponernos a discutir si el periodista de la Gazzeta tenía una imaginación calenturienta o las mismas entendederas que la pared de un frontón, si el Sr. Frei hizo unas declaraciones sensacionalistas que, después de haber atraído la atención pública hacia su trabajo, negó haber pronunciado o cualquier otra posible explicación que se les pueda ocurrir porque esto será algo que les interese mucho a los especialistas en deontología periodística pero, es esta ocasión, sólo me provoca la activación de las glándulas sudoríparas del miembro viril o, dicho de una forma menos eufemística, me suda la p...a porque lo realmente importante es que en ninguno de los trabajos, ponencias... presentados por el Sr. Frei hay la menor mención a ese polen supuestamente proveniente de plantas extintas que permitirían una datación de la Sábana Santa en (o antes de) el S I de nuestra era.

Una vez que ya sabemos que así no hablaba el Sr. Frei vamos con lo que sí defendía, que la palinología probaba que la Sábana Santa había estado al aire libre en Palestina, en Turquía, en Francia y en Italia porque había pólenes de plantas endémicas de estos lugares. Comencemos por suponer que eso fuera cierto ¿significa algo en términos de autenticidad de la Sindone? Pues no, porque entonces, al igual que ahora, existía algo llamado comercio. Tejidos de procedencia oriental se vendían en Europa como sabemos por los ejemplos del Santo Sudario de Cadouin o del sudario de doña Mencía de Lara en el monasterio de san Andrés del Arroyo (Palencia). También había un curioso fenómeno llamado peregrinación. Si esa tela (con o sin figura) hubiera formado parte del equipaje de un peregrino que hubiera visitado Tierra Santa y Constantinopla podríamos esperar esos mismos resultados. Como vemos, el aceptar ese marco geográfico no supone la autenticidad de la supuesta reliquia.

Todo ello incluso si aceptásemos los resultados de Max Frei que, la verdad sea dicha, va a ser que no. Veamos el porqué son inasumibles. El Sr. Frei tomó muestras de la Sábana Santa en dos ocasiones, en 1973 y en 1978. En cada una de ellas, colocó sobre la tela pedazos de cinta adhesiva que al levantarse atrapaban el polen (junto con otros restos) que estaban sobre ella. De las primeras muestras, el Dr. Frei obtuvo (según sus propios informes) 44 clases de pólenes identificables. De ellos, 34 pertenecían a variedades endémicas de Palestina y Turquía y sólo 6 a plantas italianas y francesas (los otros 4 podían ser de cualquiera de estas localidades al pertenecer a especies comunes a todos ellos). Esta ya de por sí resulta muy raro porque la Sindone lleva más de 600 años por tierras francesas e italianas (además de su gira por Bélgica de la que no debió quedar ningún recuerdo palinológico por lo que se ve). ¿Sólo 10 (en el mejor de los casos) de las especies de pólenes procedían de los lugares en los que llevaba los 6 últimos siglos frente a 34 (en el peor de los casos) representativos de plantas de lugares que no la habían visto en más de 600 años? Suena muy raro, tanto que resulta casi increíble.

Si esto ya suena muy raro, después (con los resultados de las muestras tomadas en 1978) el Sr. Frei elevó a 54 (¡de 57 especies de pólenes identificables!) las especies endémicas de Palestina y Turquía que habían dejado sus restos en la Sábana Santa.

También resulta muy extraña la distribución de los pólenes en las cintas. Walter McCrone (sí, el mismo profesor McCrone del que hemos hablado largo y tendido) tuvo ocasión de examinar las 26 cintas que había tomado el Sr. Frei en 1978. Encontró que en 25 de ellas había muy pocos pólenes (una media de uno por centímetro cuadrado lo que supone 5 por cinta ya que éstas medían unos 5 centímetros cuadrados) mientras que en una sola, la marcada como 6-B/d, había decenas de granos (véase al respecto este artículo del profesor Schafersman). Esto rompe de tal forma la distribución aleatoria que McCrone, de forma harto bondadosa, habló de contaminación mientras el profesor Schafersman, de forma nada benevolente, lo tilda de fraude.

Razones no le faltan al profesor Schafersman para pensarlo. Aparte de lo sumamente raro que resulta todo el asunto, el Sr. Frei no fue el único que tomó muestras de la Sábana Santa con cintas adhesivas. El STURP hizo lo propio y ¿lo adivinan? En ninguna de ellas aparece nada comparable a lo que muestra la cinta 6-B/d del Sr. Frei. Para más INRI, el escaso polen que aparece en las cintas del STURP está cubierto de calcita (posiblemente por la acción de algún lavado de la Sábana) mientras que el polen que aparece en las diapositivas con las que el Sr. Frei ilustraba sus conferencias era polen fresco, en perfecto estado de conservación. El Sr. Frei acabó reconociendo a Bonnet-Eymard (sindonólogo y no precisamente de los escépticos) que no era polen procedente de la Sindone sino muestras frescas de los mismos tipos que aparecían en la Sábana Santa, algo de lo que jamás advirtió a su público.

Volvamos atrás. Supongamos que la cinta 6-B/d sufriera una contaminación accidental o fuera directamente fraudulenta (sospechas abonadas porque en ella aparecían restos del guante de algodón que empleó el Sr. Frei en la toma de muestras que, por supuesto, jamás debió entrar en contacto con esa superficie de la cinta). Si eliminamos esa cinta quedan 25 con una media de 5 granos de polen en cada una, es decir, unos 125 granos en total. Con esos restos es imposible identificar 57 especies distintas de plantas como pretendió hacer el Sr. Frei. ¿Por qué? Porque siempre hay mucho polen redundante, se repite el polen de las especies predominantes en la zona que sea. Además, hay polen que sólo permite identificar las familias pero no las especies y, además, habrá polen deteriorado que no permite ninguna identificación. Incluso si aceptásemos la cinta 6-B/d, la cantidad de granos es demasiado escasa para pretender esos resultados salvo que se seleccionaran los pólenes de alguna manera, algo tanto más probable cuanto que 32 de las 57 especies que identificó Max Frei son polinizadas por los insectos. Su polen no viaja por acción del aire y es, por tanto, mucho más improbable que aparezca por mero azar sobre un objeto cualquiera.

Recapitulemos lo dicho. En 25 de las cintas tomadas en 1978 había una media de 5 granos de polen. Esto coincide con la media de las muestras tomadas por el STURP de aproximadamente un grano por centímetro cuadrado de cinta adhesiva. En una única cinta (y sólo en uno de sus extremos) hay decenas de granos. Esta cinta presenta, además, contaminación procedente (siendo benévolos) de una incorrecta manipulación durante la recogida de muestras. Con tan poco granos, Frei (siempre según sus declaraciones) fue capaz de identificar 57 especies distintas, de las cuales 54 correspondían a plantas autóctonas de Palestina y Turquía lugares en los que la Sábana Santa llevaba (en el caso de que alguna vez hubiera estado allí) más de 600 años sin aparecer y sólo 3 a plantas autóctonas de Francia e Italia, lugares en los que la Sindone ha estado (salvo una breve estancia en Bélgica) durante los últimos 6 siglos (y pico). Además, de esas 57 especies, 32 pertenecen a especies que polinizan por acción de insectos y que, por tanto, su polen no se dispersa por el aire. Es decir, si hacemos caso a las afirmaciones del Sr. Frei tendríamos que la Sábana Santa es el único objeto del mundo en el que el polen se concentra de forma selectiva porque no sólo elige una zona muy limitada para aparecer en gran número sino que, además, se limita a uno o dos ejemplares de cada especie. Además sería el único objeto del mundo en el que el polen antiguo es muchísimo más abundante que el reciente sin que exista una razón para ello y, además, sería el único objeto del mundo en que hay más polen que sólo se transporta por la acción de insectos que polen que es arrastrado por el aire. Francamente, son demasiadas cosas extrañas para aceptarlas.

Sólo disiento (en este tema en concreto) del Sr. Ares en una cuestión, las referencias a la persona de Max Frei. Si, como hemos visto, sus afirmaciones son increíbles y, además, existe la sospecha de fraude en el peor de los casos o de torpeza en la recogida de muestras en la hipótesis más favorable para la honorabilidad del Sr. Frei, no tiene demasiado sentido realizar las siguientes afirmaciones:

"Debemos también añadir que Frei era una persona que confundía sus deseos con las realidades. Una de las pruebas más palpables de ello la tenemos en el supuesto Diario de Hitler aparecido en 1978. Max Frei aseguró que era auténtico, pero poco después se descubrió que era un engaño. Y no sólo eso, sino un fraude muy fácil de descubrir. Max Frei no era una persona profesionalmente fiable." (Pág. 111)

Veamos, por de pronto se me escapa qué deseo sentía el Sr. Frei sobre que el Diario de Hitler fuera auténtico porque si la "acusación" es que el Sr. Frei confundía sus deseos con la realidad y la prueba es que afirmó que el Diario era auténtico cuando era un fraude (y muy malo)... Tampoco pillo qué tiene que ver su incompetencia como perito calígrafo (que es lo que guardaría relación con su fallo -nunca mejor dicho- sobre este caso) con la Sábana Santa. ¿Creen Vds. que sería de recibo la pretensión de descalificar la teoría de la evolución por selección natural por el hecho de que uno de sus co-descubridores era espiritista? Cualquier de nosotros en un incompetente en múltiples áreas de la vida (no vean lo "bien" que dibujo, que hago encaje de bolillos, que diserto de mecánica cuántica, que traduzco del chino mandarín...) y lo que podamos liar si nos metemos en ellas no supone que seamos igualmente torpes en todo lo que hagamos. Por tanto, esa pretensión de que añade algo al asunto de los pólenes el que Max Frei fuera un perito calígrafo incompetente en el caso del Diario de Hitler está fuera de lugar, es un ad hominem y, como tal, no es admisible.

"Hay otro detalle que casi nunca se indica: Max Frei no era un experto en pólenes." (Pág. 111)

Esto ya resulta más procedente, pero el que no fuera un experto en palinología no quiere decir que sus afirmaciones sean necesariamente erróneas. A fin de cuentas y como reza el viejo dicho: "Hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día". Dado que D. Félix se queda en este punto tenemos que añadir alguna cosa más sobre el tema. ¿Les suenan de algo los nombres de Avinoam Danin y Uri Baruch? Por si acaso es que no, el primero es un botánico y el segundo un palinólogo ambos especialistas en la flora israelí (esto último era fácil suponerlo por los nombres). Pues bien, ambos aseguran lo mismo que Max Frei sin tener nada que ver con el caso del fraude del Diario de Hitler y siendo peritos en sus respectivos campos. ¿Supone eso que tengan razón? Pues no y no precisamente por su asociación con el matrimonio Whanger que, por si lo han olvidado, es la pareja que veía en la Sábana Santa improntas causadas por los instrumentos de la Pasión y, también, huellas de plantas como un crisantemo que yo no veo por ningún lado y eso que la imagen se ha tratado para que se "vea" con mayor claridad. La razón de que no tengan razón es que emplearon las mismas cintas tomadas por Max Frei y que, como ya vimos, resultan de lo más sospechosas y ahora aún más porque dicen en el artículo antes enlazado:

"On some of the tapes, he found more than ten grains in an area less than 5x1 cm."

lo que supone la multiplicación de los granos de polen desde que las examinara McCrone salvo que en otras cintas no hubiera ningún grano, algo que nadie dice. Todo esto huele muy mal como también la nueva explicación de su presencia en la Sindone. Ya no serían fruto de la acción del aire y sí de la colocación de flores sobre el Santo Sudario. El problema, como ya señaló irónicamente el profesor Schafersman, es que eso tampoco explica el desprendimiento de polen de flores que precisan de la acción de insectos para su reproducción:

"The overreaching quality of this simple-minded explanation appears to be lost on Dr. Maloney, who would have us believe that Shroud celebrants in Palestine, Anatolia, and Byzantium placed desert and salt-soil plants (most of the Middle Eastern species were xerophytes and halophytes) directly on the Shroud at the exact time all of these species were pollinating, and then pollinating insects came and removed and fortuitously dropped the pollen on the Shroud fibers (because the pollen of entomophilous flowers just doesn't fall out--the pollen must be physically removed by some mechanism, either insect or human!). Perhaps part of Shroud liturgical rituals in the first millennium involved the scrapping of pollen from flowers directly onto the Shroud."

Por último, pueden leer una crítica al trabajo de estos autores en este número de Palynos en las páginas 11-15.

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