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Escritos desde el páramo

La Suisse, dix points

 

 

Reconozco que cada uno es libre de conferir credibilidad a un país de acuerdo con sus propios criterios. Si, por ejemplo, considera Vd. que un país es serio si deja fuera las pseudoterapias del sistema de salud, la Confederación Helvética es un monólogo del genial Gila mientras que España sería el Retrato del caballero con la mano en el pecho y con unas almorranas XXL en el... No obstante, mi criterio no va por ahí más que nada porque me importa un bledo si alguien pretende curarse de una enfermedad rezando al santo de turno, tomando agua dinamizada o convirtiéndose en un acerico humano. La libertad no acaba donde empieza la estupidez, al contrario, sólo somos libres si podemos elegir entre varias opciones incluso si alguna de ellas es absurda. En último término y contraponiendo dos célebres frases bíblicas, yo no soy (ni puedo serlo) el guardián de mi hermano, todo lo más soy una voz que clama en el desierto. ¿Y no me subleva el hecho de que esas pseudoterapias se financien con fondos públicos? No me gusta, pero los fondos públicos son de todos y, por tanto, los criterios con los que se gasten no pueden (ni deben) ser impuestos por este servidor de Vds. sino que deben nacer del acuerdo de todos (o de la mayoría, siendo realistas). Cuando hablamos de un acuerdo mayoritario, excluimos que pueda vetarse algo porque sea ilógico, inútil... porque podemos decidir subvencionar lo inútil, lo ilógico... como hicieron en Suiza mediante referéndum con el 67% de los votos emitidos a favor del mantenimiento de las pseudoterapias en la sanidad pública. Si están pensando que la Ciencia no es democrática tienen toda la razón del mundo. Lo que esos votantes acordaran no supone que esas pseudoterapias dejen de serlo (podemos seguirlas considerando así mientras no demuestran una eficacia superior al efecto placebo "como Dios manda" es decir, con ensayos rigurosos mediante procedimiento doble ciego) pero yo sí soy demócrata y cuando el pueblo decide no tengo nada más que decir (vox populi, vox Dei). Claro que no tenemos que irnos muy lejos para ver cómo la mayoría de ciudadanos puede acordar algo inútil e ilógico y que, además lo paguemos entre todos. Por si se les ha olvidado, España es una monarquía.

Pese a esta introducción, este post no va a tratar de pseudoterapias, del uso de fondos públicos o de la III República sino de un país serio como Suiza. Todos recordamos esta escena de El Tercer Hombre en la que el personaje interpretado por Orson Welles reduce la participación suiza a la cultura universal a la invención del reloj de cuco. Como gracieta vale, pero en Suiza nacieron Füssli, Angelica Kauffmann, Rousseau, Le Corbusier, Giacometti... así que algo más debemos a los suizos que el p..o reloj de cuco (invención diabólica que, por cierto, ni siquiera es suiza). Sin embargo, aunque ninguno de esos artistas, filósofos, escritores... hubiera nacido en la Confederación Helvética y sí hubieran inventado el p..o reloj de cuco (¿se han percatado de que me gustan tan poco como los "jipíos" de un "cantaor" flamenco?) la frase seguiría siendo una soplapo... una tontería.

Supongo que ninguno de Vds. tiene idea de qué es el FASS 90. Sencillamente, es el fusil de asalto del ejército suizo, un arma que los ciudadanos helvéticos al terminar su servicio militar se llevan a su casa. Por si no se han dado cuenta de lo que acaba de decirles, en muchos hogares suizos existe un arma de fuego capaz de hacer fuego automático con una gran precisión. Si esto les suena raro, el ejército puedo prestárselo a jóvenes desde que tienen 10 (diez, no es que me haya equivocado al escribirlo) años de edad para que participen en concursos de tiro. De hecho una de las grandes "movidas" de Zúrich tiene lugar cada segundo fin de semana de septiembre cuando miles de "jóvenos" y "jóvenas" (¿creían que no soy capaz de ser tan gilip... tan políticamente correcto como nuestros egregios y egregias ministros y ministras?) compiten para ser elegido rey (o reina) de los tiradores (y pese a que hablemos de Suiza, no disparan con ballestas como el legendario Guillermo Tell sino con armas modernas como la antedicha).

¿Se imaginan lo que pasaría en España si se hiciese algo de todo eso? Sí, yo también emigraría a Francia de no ser porque está demasiado cerca de España y podrían llegar las balas perdidas. Sin embargo, las calles de Zúrich no son un remedo de Tombstone el 26 de octubre de 1881. El país está plagado de armas (más de 2 millones para una población que no llega a los 8 millones de habitantes) que muchos saben manejar a la perfección y, sin embargo, hay poquísimos incidentes con ellas. La gran lección que podemos aprender de Suiza es, evidentemente, el respeto a la ley. Para la inmensa mayoría de sus habitantes es inimaginable el que emplearan esas armas para un fin diferente al previsto, sea éste deportivo o de defensa nacional. Es así de sencillo... o de complicado si observamos nuestro propio país en el que el pasarse la ley por el "arco del triunfo" es un deporte nacional.

Este rollo nos lleva, por fin, al tema que quería tratar. El Sr. Polanski fue detenido el pásado sábado en Suiza por estar fugado de la justicia norteamericana desde 1978. En el caso improbable que no sepan de qué va esa historia, no crean que el Sr. Polanski está fugado por un delito de opinión u otra nimiedad semejante. Se declaró culpable (así que voy a ahorrarme el empleo del presunto) de haber tenido relaciones sexuales en 1977 con una joven de trece años de edad (según el relato de ésta la emborrachó, la drogó y la violó, pero eso no fue aceptado por el Sr. Polanski que "sólo" confesó el acto sexual que, según él, fue consentido por la joven) pero huyó del país antes de que se leyera la sentencia así que desde entonces está en búsqueda y captura. Las autoridades suizas supieron que el Sr. Polanski iba a visitar su país para recibir un premio del festival de cine de Zúrich, Suiza tiene tratado de extradición con los EEUU e hicieron lo que tenían que hacer, detener al cineasta.

¿Dónde está el problema? Pues yo puedo prometer y prometo que no lo veo por parte alguna. En caso de que se proceda a su extradición a los EEUU el Sr. Polanski será conducido a un país en el que existen plenas garantías legales para que responsa de sus actos. Lo sorprendente es que algunos crean que existe algún problema. No tengo claro si es que consideran que los grandes directores de cine están por encima de esas pequeñas cosas como la Ley o si, sencillamente, consideran que tener relaciones sexuales con una joven de trece años es un acto que no merece ningún reproche legal. Tal vez esos señores tengan a bien aclararnos cuál de esas dos opiniones subscriben o, en caso contrario, por qué demonios piden la puesta en libertad del Sr. Polanski. Bueno, en algún caso sí lo sabemos porque lo han dicho:

"Estoy escandalizado. Los suizos hablan de una ley encaminada a combatir el tráfico de drogas, el secreto bancario o la evasión fiscal y la primera víctima que encuentran es... ¡un artista! Esto prueba dos cosas: que Polanski no tenía cuentas en Suiza y que los festivales de cine son menos seguros que las iglesias en la Edad Media".

Esa "joyita" se la debemos a Bertrand Tavernier y es una palpable demostración de que la capacidad de dirigir grandes películas no tiene nada que ver con la inteligencia. Fíjense, este señor ha necesitado que detuvieran al Sr. Polanski para descubrir que en los festivales de cine no existe el derecho de asilo que sí había en las iglesias. Fastuoso. Supongo que ahora también se habrá enterado que los cineastas no gozan de inmunidad diplomática... Por cierto, no sé si el Sr. Polanski tiene cuentas en Suiza o no, pero sí tiene un chalet en el que ha residido ocasionalmente (y el único reproche que puede hacerse al gobierno suizo es, precisamente, que no detuvieran antes al Sr. Polanski).

No quiera dar la impresión de que los cineastas (como conjunto) han aplicado aquello de que al oír el grito "¡A mí la Legión!" los caballeros legionarios debían acudir a prestar su auxilio al solicitante con independencia de que éste tuviera o no razón. La verdad es que sería divertido que alguno de los firmantes que se presentan como adalides de la progresía cayeran víctimas de un espíritu corporativo que la propia Legión desestimó hace años por obsoleto. No obstante, si ese apoyo no se debe a un corporativismo ciego, los firmantes deberían esforzarse por explicar su postura desde afirmaciones que no sean que el Sr. Polanski es un maravilloso director de cine. Eso sería un argumento para su defensa si la acusación fuera que el Sr. Polanski es tan mal director de cine como el Sr. Boll pero puesto que la acusación nada tiene que ver con su carrera como cineasta su defena no puede basarse en ella.

Así lo han entendido otros cineastas como el Sr. Cuerda que ha declarado:

""Nadie es culpable o inocente por su nombre y si la busca y captura es legal, da lo mismo que te pille en un festival que cagando en tu casa."

o la Sra. París que ha dicho:

"Si Polanski violó a una menor (una chica de 13 años que, por lo que he leído, declaró haberse negado a mantener relaciones sexuales) no veo por qué debe recibir un trato diferente. Los artistas son tan responsables de sus actos como cualquiera. Otro tema es si en la detención respeta la legalidad internacional".

(Fuente para ambas citas, este artículo).

Podemos intentar distorsionar este caso con la extraordinaria calidad como cineasta del Sr. Polanski, con su peripecia vital jalonada de tragedias... porque todo esto es mucho más sencillo. En palabras de la ministra suiza Doris Leuthard:

"Una persona sobre la que pesa una orden de arresto internacional debe ser detenida independientemente de que sea rica o pobre, célebre o desconocida".

Pero la seriedad de considerar que toda actuación debe atenerse única y exclusivamente a la Ley es patrimonio de unos pocos países... entre los que no nos contamos.

 

 

 

 

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