Nueva concesión del premio Favila el Osado (mayo 2008)
Hay días en los que me siento como Edgardo, tentado de no volverme a levantar de la cama. No, no es fruto de ningún contratiempo amoroso motivado por Clotilde ni por ninguna otra mujer de nombre más eufónico aunque, en última instancia, todos los desengaños son iguales sea cual sea la causa que los motiva. En fin, que ignoro si Eloísa está debajo de un almendro pero sí sé que los medios de comunicación españoles están en la higuera.
Francamente (perdón, juancarlasmente que se me había ido el santo al Valle de los Caídos) uno creía estar curado (sin necesidad de productos homeopáticos) de espanto. Después de ver como la PedroJotaySardana Gazette se tragó una falsa predicción de Nontragamus (que sí, que se tragaron el anzuelo, la plomada, el flotador, la caña y hasta al pescador Martín), después de ver como en CuartoymitaddeMilenioantesdeFríker se fagocitaron a un cosmonauta soviético con acompañamiento de vodka Stolinskaya y de polvorones de Estepa (estepa rusa, por supuesto)... ya uno está dispuesto a creerse casi cualquier cosa de la nula capacidad de los medios (el día que crezcan serán enteros, supongo) patrios para discriminar la información veraz de la parida de turno. Sin embargo, siempre pueden dar una nueva vuelta de tuerca y terminar de agarrotar al reo que, la verdad, puede que esté feliz por abandonar de una vez este valle de lágrimas y hundirse en la nada que tiene la inmensa ventaja de que allí no hay periódicos, radios, televisiones... y demás instrumentos de tortura.
Sé que en esta ocasión picaron la Radio Nacional de la Nación de Naciones, OlaCeroenconducta... y medios digitales como Libertaddedal entre otros. La repercusión en los periódicos se me escapa porque hace mucho que tomé la decisión de que los árboles no merecen el triste fin de convertirse en soporte de chorradas pudiendo transformarse en cambio en algo mucho más digno y útil como el papel El Elefante (espero que, por su edad, no sepan de qué estoy hablando. Una parte de su anatomía se lo agradecerá). En fin, abandonemos el tono escatológico (¿o era scatológico?) y burlesco (que es la mejor armadura contra el sinsentido) para ponernos serios.
La agencia EFE distribuyó la siguiente carnaza a los medios que se apresuraron a tragársela entera:
"ALEMANIA-ARQUEOLOGÍA ENCUENTRAN EL PALACIO DE LA REINA DE SABA EN ETIOPÍA [R] 496 Palabras 08/05/2008 11h 39 Berlín, 8 may (EFE).- Arqueólogos alemanes han encontrado los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la localidad de Axum, en Etiopía, y desvelado con ello uno de los mayores misterios de la antigüedad, según anunció hoy la Universidad de Hamburgo. "Un grupo de científicos bajo la dirección del profesor Helmut Ziegert ha encontrado durante una investigación de campo llevada a cabo esta primavera el palacio de la reina de Saba , datado en el siglo X antes de nuestra era, en Axum-Dungur", señala un comunicado de la citada universidad. La nota subraya que "en ese palacio pudo estar custodiada durante un tiempo el Arca de la Alianza", donde, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las tablas con los Diez Mandamientos que Moisés recibió de Dios en el monte Sinaí. Los restos de la residencia de la reina de Saba fueron hallados bajo el palacio de un rey cristiano. "Las investigaciones han revelado que el primer palacio de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado hacia la estrella de Sirius", destacan los arqueólogos de la Universidad de Hamburgo. Estos presumen que Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalén, fue quien ordenó levantar el palacio en su lugar final. Los arqueólogos alemanes destacan que en ese palacio había un altar, en el que probablemente reposó el Arca de la Alianza, que según la tradición era un cofre de madera de acacia recubierto de oro. Las numerosas ofrendas que los científicos germanos encontraron en torno al lugar donde debió de estar el altar han sido valoradas por los expertos como una clara señal de que la especial relevancia del lugar se ha transmitido a lo largo de los siglos. El equipo en torno al profesor Ziegert estudia en Axtum desde 1999 la historia de los principios del reino de Etiopía y de la iglesia ortodoxa etíope. "Los resultados actuales indican que, con el Arca de la Alianza y el judaísmo, llegó a Etiopía el culto a Sothis, que se mantuvo hasta el siglo VI de nuestra era", afirman los arqueólogos germanos. Dicho culto, relacionado con la diosa egipcia Sopdet y la estrella Sirius, traía consigo que "todos los edificios de culto se orientasen hacia el nacimiento" de esa constelación, comenta la nota universitaria. Finalmente revela que "los restos encontrados de sacrificios de reses vacunas son una característica también" del culto a Sirius practicado por los descendientes de la reina de Saba ."
Para miccionar y no echar gota, vamos. Pasemos por alto burradas como que Sirio es una constelación cuando en mi pueblo (no nos hagan mucho caso que somos un poco brutos) es una estrella (bueno, ya saben lo de Sirio A, Sirio B... tema con el que le aburrí de lo lindo en otra ocasión), esa afirmación de los sacrificios de vacuno que relacionan con la diosa Sopdet (me pregunto qué creerán que se sacrificaba -supuestamente- en el templo de Jerusalén ¿caracoles, lombrices?) o esa improbable mezcolanza de judaísmo y culto a Sopdet que además no precisa (si es que es cierto lo del culto a la diosa egipcia) de viajes de la reina de la Saba para confraternizar con su colegui Salomón porque Sopdet estaba relacionada con la crecida del Nilo río que, casualidades de la vida, nace (el Nilo Azul) en Etiopía.
No, lo que realmente me indigna es esa visión acrítica de la Historia que destila toda la noticia. Comencemos por el principio. Si son Vds. lectores de la Biblia bien porque sean creyentes judíos o cristianos bien porque gusten de las buenas historias no precisan que les diga quién era la Reina de Saba o Sabá. Si no es el caso, pueden encontrar la crónica de su supuesta visita en el Libro primero de los Reyes, 10, 1-13. ¿Qué dice? Pues que la reina de Sabá, conociendo la sabiduría de Salomón, acudió de visita a Jerusalén acompañada de una caravana de camellos para proponerle varios enigmas que, por supuesto, el sabio rey solucionó sin despeinarse. Encantada por la inteligencia de su colega en reinados, la reina de Sabá le regaló una propinilla sin importancia de 120 talentos de oro (se considera que en el AT un talento equivalía a 34 kilogramos, es decir que fueron algo más de 4 toneladas de oro) además de perfúmenes en gran cantidad (ignoro si se escondía en ello alguna alusión a la higiene personal del egregio Salomón) y unas cuantas piedras preciosas para que no se diga que lo de Sabá eran unos tacaños. Salomón (para que luego digan las malas lenguas que si los judíos...) la hizo regalos de gran valor y después la reina de Sabá se volvió a su casa. La segunda versión de la visita regia que se encuentra en el Libro segundo de las Crónicas, 9, 1-13 es igual a la de 1R. ¿Algo de todo ello es cierto? Presumiblemente, no.
Existen dudas muy fundadas de que el rey Salomón (si es que existió, que ni siquiera eso es seguro) alcanzara el grado de prosperidad que la Biblia le atribuye ni cosa que se le parezca siquiera lejanamente. En su supuesta capital, Jerusalén, y en su supuesta época (S. X a. de C.) no aparecen restos arqueológicos de grandes construcciones (incluido el famoso templo) ni señal alguna de que estemos ante una época de desbordante vitalidad económica. Que una supuesta reina de una riqueza extraordinaria acudiera a visitar a un rey poco importante y le hiciera presentes de un valor inimaginable roza la categoría de cuento chino (o judío, en este caso). Además, todo el episodio se muestra tan inconcreto que parece extraído de la crónica rosa de cualquier revista del corazón y los cataplines de nuestros días. Nada se dice del nombre de la reina, nada de dónde estaba su país, nada acerca de qué enigmas son los que planteó a Salomón, nada de las respuestas de éste, nada acerca de qué regaló Salomón a la reina (se limitan a decir que fueron acordes con su regia munificencia, es decir, que fueron la leche en verso), nada de cuánto tiempo duró la visita... parece que la única intención del cronista es apuntalar la fama de sabiduría del rey Salomón y su riqueza. Esto se acerca demasiado a la intención de presentar el reinado de Salomón como una Edad de Oro (tanto literal como metafóricamente) como para que resulte creíble.
No obstante supongamos que hay un leve fondo de verdad en toda la historia. Que si bien Salomón no fue el gran monarca que nos pinta la Biblia (y hay pocas dudas de que no lo fue) sí pudo ser visitado por una reina por algún motivo aunque su estancia en Jerusalén tampoco tendría presumiblemente demasiado parecido con la narración bíblica. Supongámoslo. ¿Encuentran algo que nos permita señalar dónde puñetas está Sabá? País rico (posiblemente muy exagerado), piedras preciosas, perfúmenes, camellos... Pues va a ser que pueden ser varios. De hecho, la mayoría de estudiosos del tema se inclinan a pensar que si hay algo de cierto en esta historia (que creo que no) un buen candidato a Sabá sería el actual Yemen. No obstante, con las maderas que tenemos podemos construir bancos distintos sin problemas.
Prescindamos de todo ello porque hoy estoy la mar de generoso (cosa de cumplir años y tal y tal). ¿Han leído Vds. algo acerca de que la reina se llevara debajo del brazo el Arca de la Alianza? ¿Quién puñetas es ese Menelik I, hijo de la reina de Saba y de Salomón? La respuesta no sé si estará en el viento, pero en la Biblia seguro que no. Pese a que la Biblia tenga a bien contarnos (al menos sugerirnos) muchas historias acerca de los reales polvos salomónicos (Cantar de los cantares incluido), el que supuestamente se liara con su majestad de Sabá no está entre las bíblicas indiscreciones sexuales. La respuesta tenemos que buscarla en el Kebra Nagast, la gloria de los reyes. ¿El qué? El Kebra Nagast es un libro etíope escrito en ge´ez (al menos en la versión que conocemos) y que se cree escrito en el S XIV (por supuesto después de Cristo), es decir, 2400 años después de los supuestos hechos. Aquí es donde encontraremos la historia del asuntillo entre Salomón y la reina de Sabá (que, por supuesto, es etíope) del que nacería (cuando la mamá ya había abandonado Jerusalén) un hijo, Menelik que, con el pasar de los años, iría a visitar a papá Salomón y que es el que se trajo de recuerdo turístico el Arca de la Alianza que, según la tradición etíope se conserva en la actualidad en la iglesia de Santa María de Sión en Aksum (o Axum) y que participa (cubierto de velos) en la fiesta del Timkat. Aparte de esa fiesta, nunca abandona el santuario y no se permite verlo a nadie (lo de estudiarlo para verificar su autenticidad -me da la risa- ni se plantea).
Si la historia bíblica de Salomón y la reina de Saba no es que merezca mucho crédito, lo del creerse el Kebra Nagast es de nota salvo que uno sea Bob Marley. La intención de ese escrito es evidente, porporcionar unos orígenes "pata negra" a la monarquía etíope con la pretensión, ni más ni menos, que presentarla como descendiente por vía directa de Salomón y, por tanto, de David algo tan creíble como que la dinastía Julio-Claudia descendía de Venus.
Pues bien, los medios españoles (tan críticos y bien informados como en ellos es habitual) no se han enterado de nada y han dado crédito a esta historia sin pararse a hacer unas preguntas básicas:
1- ¿Qué prueba que la reina de Sabá existiera?
2- ¿Qué prueba que fuera etíope?
3- ¿Qué prueba que el palacio de Aksum tuviera nada que ver con ella?
4- ¿Qué prueba que tuviera un hijo con Salomón?
5- ¿Qué prueba que el Arca de la Alianza existiera realmente?
5- ¿Qué prueba que la reina o su hijo tuvieran nada que ver con el Arca de la Alianza?
La respuesta a estas preguntas ya la conocen Vds. La Biblia y el Kebra Negast. Pues vale.
Así por obra y gracia de unos arqueólogos con bastante poco criterio y de unos medios que no se enteran de por dónde van los tiros, héte aquí que una noticia que podría ser interesante por sí misma (encuentran los restos de un palacio del S X A. de C. en Etiopía) se convierte en un disparate.
Permítanme una pregunta maliciosa: si hacen esto con una noticia que no va a cambiar la vida de nadie ¿qué pueden hacer con cuestiones realmente importantes para la vida de todos nosotros?
Francamente (perdón, juancarlasmente que se me había ido el santo al Valle de los Caídos) uno creía estar curado (sin necesidad de productos homeopáticos) de espanto. Después de ver como la PedroJotaySardana Gazette se tragó una falsa predicción de Nontragamus (que sí, que se tragaron el anzuelo, la plomada, el flotador, la caña y hasta al pescador Martín), después de ver como en CuartoymitaddeMilenioantesdeFríker se fagocitaron a un cosmonauta soviético con acompañamiento de vodka Stolinskaya y de polvorones de Estepa (estepa rusa, por supuesto)... ya uno está dispuesto a creerse casi cualquier cosa de la nula capacidad de los medios (el día que crezcan serán enteros, supongo) patrios para discriminar la información veraz de la parida de turno. Sin embargo, siempre pueden dar una nueva vuelta de tuerca y terminar de agarrotar al reo que, la verdad, puede que esté feliz por abandonar de una vez este valle de lágrimas y hundirse en la nada que tiene la inmensa ventaja de que allí no hay periódicos, radios, televisiones... y demás instrumentos de tortura.
Sé que en esta ocasión picaron la Radio Nacional de la Nación de Naciones, OlaCeroenconducta... y medios digitales como Libertaddedal entre otros. La repercusión en los periódicos se me escapa porque hace mucho que tomé la decisión de que los árboles no merecen el triste fin de convertirse en soporte de chorradas pudiendo transformarse en cambio en algo mucho más digno y útil como el papel El Elefante (espero que, por su edad, no sepan de qué estoy hablando. Una parte de su anatomía se lo agradecerá). En fin, abandonemos el tono escatológico (¿o era scatológico?) y burlesco (que es la mejor armadura contra el sinsentido) para ponernos serios.
La agencia EFE distribuyó la siguiente carnaza a los medios que se apresuraron a tragársela entera:
"ALEMANIA-ARQUEOLOGÍA ENCUENTRAN EL PALACIO DE LA REINA DE SABA EN ETIOPÍA [R] 496 Palabras 08/05/2008 11h 39 Berlín, 8 may (EFE).- Arqueólogos alemanes han encontrado los restos del palacio de la legendaria reina de Saba en la localidad de Axum, en Etiopía, y desvelado con ello uno de los mayores misterios de la antigüedad, según anunció hoy la Universidad de Hamburgo. "Un grupo de científicos bajo la dirección del profesor Helmut Ziegert ha encontrado durante una investigación de campo llevada a cabo esta primavera el palacio de la reina de Saba , datado en el siglo X antes de nuestra era, en Axum-Dungur", señala un comunicado de la citada universidad. La nota subraya que "en ese palacio pudo estar custodiada durante un tiempo el Arca de la Alianza", donde, según fuentes históricas y religiosas, se guardaban las tablas con los Diez Mandamientos que Moisés recibió de Dios en el monte Sinaí. Los restos de la residencia de la reina de Saba fueron hallados bajo el palacio de un rey cristiano. "Las investigaciones han revelado que el primer palacio de la reina de Saba fue trasladado poco después de su construcción y levantado de nuevo orientado hacia la estrella de Sirius", destacan los arqueólogos de la Universidad de Hamburgo. Estos presumen que Menelik I, rey de Etiopía e hijo de la reina de Saba y del rey Salomón de Jerusalén, fue quien ordenó levantar el palacio en su lugar final. Los arqueólogos alemanes destacan que en ese palacio había un altar, en el que probablemente reposó el Arca de la Alianza, que según la tradición era un cofre de madera de acacia recubierto de oro. Las numerosas ofrendas que los científicos germanos encontraron en torno al lugar donde debió de estar el altar han sido valoradas por los expertos como una clara señal de que la especial relevancia del lugar se ha transmitido a lo largo de los siglos. El equipo en torno al profesor Ziegert estudia en Axtum desde 1999 la historia de los principios del reino de Etiopía y de la iglesia ortodoxa etíope. "Los resultados actuales indican que, con el Arca de la Alianza y el judaísmo, llegó a Etiopía el culto a Sothis, que se mantuvo hasta el siglo VI de nuestra era", afirman los arqueólogos germanos. Dicho culto, relacionado con la diosa egipcia Sopdet y la estrella Sirius, traía consigo que "todos los edificios de culto se orientasen hacia el nacimiento" de esa constelación, comenta la nota universitaria. Finalmente revela que "los restos encontrados de sacrificios de reses vacunas son una característica también" del culto a Sirius practicado por los descendientes de la reina de Saba ."
Para miccionar y no echar gota, vamos. Pasemos por alto burradas como que Sirio es una constelación cuando en mi pueblo (no nos hagan mucho caso que somos un poco brutos) es una estrella (bueno, ya saben lo de Sirio A, Sirio B... tema con el que le aburrí de lo lindo en otra ocasión), esa afirmación de los sacrificios de vacuno que relacionan con la diosa Sopdet (me pregunto qué creerán que se sacrificaba -supuestamente- en el templo de Jerusalén ¿caracoles, lombrices?) o esa improbable mezcolanza de judaísmo y culto a Sopdet que además no precisa (si es que es cierto lo del culto a la diosa egipcia) de viajes de la reina de la Saba para confraternizar con su colegui Salomón porque Sopdet estaba relacionada con la crecida del Nilo río que, casualidades de la vida, nace (el Nilo Azul) en Etiopía.
No, lo que realmente me indigna es esa visión acrítica de la Historia que destila toda la noticia. Comencemos por el principio. Si son Vds. lectores de la Biblia bien porque sean creyentes judíos o cristianos bien porque gusten de las buenas historias no precisan que les diga quién era la Reina de Saba o Sabá. Si no es el caso, pueden encontrar la crónica de su supuesta visita en el Libro primero de los Reyes, 10, 1-13. ¿Qué dice? Pues que la reina de Sabá, conociendo la sabiduría de Salomón, acudió de visita a Jerusalén acompañada de una caravana de camellos para proponerle varios enigmas que, por supuesto, el sabio rey solucionó sin despeinarse. Encantada por la inteligencia de su colega en reinados, la reina de Sabá le regaló una propinilla sin importancia de 120 talentos de oro (se considera que en el AT un talento equivalía a 34 kilogramos, es decir que fueron algo más de 4 toneladas de oro) además de perfúmenes en gran cantidad (ignoro si se escondía en ello alguna alusión a la higiene personal del egregio Salomón) y unas cuantas piedras preciosas para que no se diga que lo de Sabá eran unos tacaños. Salomón (para que luego digan las malas lenguas que si los judíos...) la hizo regalos de gran valor y después la reina de Sabá se volvió a su casa. La segunda versión de la visita regia que se encuentra en el Libro segundo de las Crónicas, 9, 1-13 es igual a la de 1R. ¿Algo de todo ello es cierto? Presumiblemente, no.
Existen dudas muy fundadas de que el rey Salomón (si es que existió, que ni siquiera eso es seguro) alcanzara el grado de prosperidad que la Biblia le atribuye ni cosa que se le parezca siquiera lejanamente. En su supuesta capital, Jerusalén, y en su supuesta época (S. X a. de C.) no aparecen restos arqueológicos de grandes construcciones (incluido el famoso templo) ni señal alguna de que estemos ante una época de desbordante vitalidad económica. Que una supuesta reina de una riqueza extraordinaria acudiera a visitar a un rey poco importante y le hiciera presentes de un valor inimaginable roza la categoría de cuento chino (o judío, en este caso). Además, todo el episodio se muestra tan inconcreto que parece extraído de la crónica rosa de cualquier revista del corazón y los cataplines de nuestros días. Nada se dice del nombre de la reina, nada de dónde estaba su país, nada acerca de qué enigmas son los que planteó a Salomón, nada de las respuestas de éste, nada acerca de qué regaló Salomón a la reina (se limitan a decir que fueron acordes con su regia munificencia, es decir, que fueron la leche en verso), nada de cuánto tiempo duró la visita... parece que la única intención del cronista es apuntalar la fama de sabiduría del rey Salomón y su riqueza. Esto se acerca demasiado a la intención de presentar el reinado de Salomón como una Edad de Oro (tanto literal como metafóricamente) como para que resulte creíble.
No obstante supongamos que hay un leve fondo de verdad en toda la historia. Que si bien Salomón no fue el gran monarca que nos pinta la Biblia (y hay pocas dudas de que no lo fue) sí pudo ser visitado por una reina por algún motivo aunque su estancia en Jerusalén tampoco tendría presumiblemente demasiado parecido con la narración bíblica. Supongámoslo. ¿Encuentran algo que nos permita señalar dónde puñetas está Sabá? País rico (posiblemente muy exagerado), piedras preciosas, perfúmenes, camellos... Pues va a ser que pueden ser varios. De hecho, la mayoría de estudiosos del tema se inclinan a pensar que si hay algo de cierto en esta historia (que creo que no) un buen candidato a Sabá sería el actual Yemen. No obstante, con las maderas que tenemos podemos construir bancos distintos sin problemas.
Prescindamos de todo ello porque hoy estoy la mar de generoso (cosa de cumplir años y tal y tal). ¿Han leído Vds. algo acerca de que la reina se llevara debajo del brazo el Arca de la Alianza? ¿Quién puñetas es ese Menelik I, hijo de la reina de Saba y de Salomón? La respuesta no sé si estará en el viento, pero en la Biblia seguro que no. Pese a que la Biblia tenga a bien contarnos (al menos sugerirnos) muchas historias acerca de los reales polvos salomónicos (Cantar de los cantares incluido), el que supuestamente se liara con su majestad de Sabá no está entre las bíblicas indiscreciones sexuales. La respuesta tenemos que buscarla en el Kebra Nagast, la gloria de los reyes. ¿El qué? El Kebra Nagast es un libro etíope escrito en ge´ez (al menos en la versión que conocemos) y que se cree escrito en el S XIV (por supuesto después de Cristo), es decir, 2400 años después de los supuestos hechos. Aquí es donde encontraremos la historia del asuntillo entre Salomón y la reina de Sabá (que, por supuesto, es etíope) del que nacería (cuando la mamá ya había abandonado Jerusalén) un hijo, Menelik que, con el pasar de los años, iría a visitar a papá Salomón y que es el que se trajo de recuerdo turístico el Arca de la Alianza que, según la tradición etíope se conserva en la actualidad en la iglesia de Santa María de Sión en Aksum (o Axum) y que participa (cubierto de velos) en la fiesta del Timkat. Aparte de esa fiesta, nunca abandona el santuario y no se permite verlo a nadie (lo de estudiarlo para verificar su autenticidad -me da la risa- ni se plantea).
Si la historia bíblica de Salomón y la reina de Saba no es que merezca mucho crédito, lo del creerse el Kebra Nagast es de nota salvo que uno sea Bob Marley. La intención de ese escrito es evidente, porporcionar unos orígenes "pata negra" a la monarquía etíope con la pretensión, ni más ni menos, que presentarla como descendiente por vía directa de Salomón y, por tanto, de David algo tan creíble como que la dinastía Julio-Claudia descendía de Venus.
Pues bien, los medios españoles (tan críticos y bien informados como en ellos es habitual) no se han enterado de nada y han dado crédito a esta historia sin pararse a hacer unas preguntas básicas:
1- ¿Qué prueba que la reina de Sabá existiera?
2- ¿Qué prueba que fuera etíope?
3- ¿Qué prueba que el palacio de Aksum tuviera nada que ver con ella?
4- ¿Qué prueba que tuviera un hijo con Salomón?
5- ¿Qué prueba que el Arca de la Alianza existiera realmente?
5- ¿Qué prueba que la reina o su hijo tuvieran nada que ver con el Arca de la Alianza?
La respuesta a estas preguntas ya la conocen Vds. La Biblia y el Kebra Negast. Pues vale.
Así por obra y gracia de unos arqueólogos con bastante poco criterio y de unos medios que no se enteran de por dónde van los tiros, héte aquí que una noticia que podría ser interesante por sí misma (encuentran los restos de un palacio del S X A. de C. en Etiopía) se convierte en un disparate.
Permítanme una pregunta maliciosa: si hacen esto con una noticia que no va a cambiar la vida de nadie ¿qué pueden hacer con cuestiones realmente importantes para la vida de todos nosotros?
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