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Escritos desde el páramo

Decimocuarto misterio jocoso: Templarios destemplados (XII)

Viene de aquí
¿Se han repuesto ya de la impresión causada por la mención a la encomienda templaria en las Islas Canarias o no se han dado cuenta de la chorrada? Comencemos por el principio. Ya habíamos dicho que el Temple fue disuelto por papal decreto en el año 1312. La presencia continuada de europeos (la estancia del genovés Lancelotto Malocello en Lanzarote en las primeras décadas del S XIV no tuvo continuadores) comienza (tras el redescubrimiento de las islas por parte de la expedición portuguesa de 1341 al mando de Angiolino de Tegghia de Corbiz) en 1351 cuando un grupo de monjes mallorquines funda el obispado de Telde que sería confirmado por la bula "Caelestis rex regnum". Este obispado tuvo una existencia corta y convulsa porque, después de ser revitalizado por la llegada de frailes carmelitas y agustinos en 1386, acabó con la matanza de los religiosos en 1391 tal vez porque la población los relacionara con la captura de pobladores (para venderlos como esclavos) realizada por Gonzalo Pérez Martell. Es decir, hasta unos cuarenta años después de que la Orden Templaria desapareciera, no comienza el establecimiento permanente de europeos en las Islas. Así pues, mal iba a existir la supuesta encomienda templaria de la que, por supuesto, no hay la menor prueba documental ni arqueológica.
Ajeno a todo ello, D. Lorenzo se planta en Tenerife (algo que me parece muy bien porque las Canarias siempre son merecedoras de una visita -mejor si es prolongada- con independencia de que las afirmaciones esotéricas sean tan infundadas como en este caso) y más concretamente en la localidad de Adeje donde va a visitar la iglesia de Santa Úrsula, pero como llega fuera del horario de apertura, de momento se tiene que limitar a ver el exterior.
"En la parte alta, la campana era sujetada por un arco enmarcado en un friso similar a los que coronan los templos egipcios, con una salvedad: las enigmáticas cabezas redondas situadas a ambos lados del "balcón" de piedra." (Págs. 269-270)
El Sr. Fernández Bueno sigue viendo misterios donde no existen. Basta con contemplar esta fotografía del templo para comprobar que la campana está situada en una enigmática... espadaña, similar a tantas otras que coronan iglesias de cualquier época en toda la geografía española. Tampoco la presencia de una "cabeza redonda" es nada extraño y es un elemento decorativo presente en iglesias como la de San Ildefonso en Jaén. Si fuera una cabeza cúbica tendría, sin duda, algo más de enigmática...
Como D. Lorenzo no puede visitar el interior de la iglesia se va al hotel no sin antes protestar por el Tenerife turístico:
"ese atiborrado de orondos personajes capaces de destruir el patrimonio milenario a fin de dar descanso a sus cuerpos ungidos de alcohol." (Pág. 270)
Por de pronto, con alcohol no se puede ungir nada (sólo con substancias oleosas) y los turistas (orondos o delgados, que de todo hay) no suelen ser tan idiotas como para frotarse con alcohol. Si no son abstemios se lo beben, algo tanto más inteligente si es en forma de ron de Arehucas.
Al día siguiente, por intermediación de D. José Gregorio González (¿cómo no?) se reúne con D. José Antonio Hurtado (ya imaginaba yo que mezclando las Canarias con los Templarios no iba a tardar en aparecer este curioso personaje). El ingeniero aeronáutico metido a historiador (¿?) le suelta un rollo macabeo al Sr. Fernández Bueno del que entresacamos sus párrafos más significativos:
"Hasta donde me han llevado mis investigaciones puedo asegurar que desde la época de Claudio Ptolomeo, bibliotecario de la Gran Biblioteca de Alejandría allá por la segunda mital del S II, las islas de Canarias se convirtieron en el punto neurálgico de un sistema de representación gráfica basado en los principios de la proyección cenital cuyo centro de proyección calculo que estaba en la vertical de Canarias." (Pág. 271)
Pues hasta donde llegan mis investigaciones puedo asegurar que no se ha conservado ninguno de los mapas que, supuestamente, dibujó Ptolomeo así que mal podemos saber si el centro de proyección estaba en la vertical de Canarias o en la de Sebastopol. Lo que sí hizo Ptolomeo fue asignar la longitud origen a las Islas Afortunadas (Macárôn Nesôi) y más concretamente a cuatro de ellas, Aprósitos, Plouialia, Kapraria y Ningouaria porque a las dos restantes, Heros y Kanaria, le asignó la longitud +1 (es decir, se "comió" una isla y les asignó longitudes equivocadas suponiendo que estaban alineadas de Norte a Sur en vez de Este a Oeste). Olvidando ese error, ¿por qué lo hizo? Porque eran las tierras más occidentales de las conocidas. Pero el que el meridiano origen, según Ptolomeo, fuera el que pasara por las Canarias (y, por herencia de esa consideración, durante años fue aceptado como meridiano origen el que atraviesa la actual isla de Hierro hasta que, por acuerdo internacional, pasó a serlo el que pasa por Greenwich) no significa que se empleara como centro de proyección. Sobre este tema, es interesante el trabajo de Dña. Araceli Gutiérrez Llorente sobre las diversas proyecciones propuestas por Ptolomeo.
"Hay otra línea roja, en la parte superior derecha de la fotografía que nos muestra exactamente el paralelo 36º N que va desde Gibraltar hasta Rodas y que en la Antigüedad Clásica era el "eje" del Mediterráneo. Se puede apreciar cómo dicho paralelo no es "paralelo" en la foto, del mismo modo que no lo es en el mapa mencionado ni en ninguno de los portulanos primitivos de los siglos XIV y XV, tanto de la escuela veneciana como de la mallorquina." (Págs. 271-272)
Esto del paralelo que es oblicuo es de nota. El problema, claro, es que lo que él considera la representación gráfica de un paralelo no lo es. Veamos un detalle del llamado Atlas Catalán, tal vez el más conocido de los antiguos portulanos. Podemos apreciar una serie de líneas que se entrecuzan, pero éstas no son paralelos y meridianos sino líneas de rumbo generadas desde las llamadas Rosas de los Vientos. Como se distinguían treinta y dos direcciones distintas de los vientos, su desarrollo genera líneas de rumbo tanto paralelas como oblicuas. Las supuestas representaciones de los paralelos no son tales y, por tanto, todas las conclusiones que quiere extraer de esta presunta desviación del paralelo son improcedentes.
"Los portulanos son mapas que según los expertos se realizaron mediante la integración de datos reunidos por distintas personas y que los habían obtenido por triangulación magnética de los diferentes puntos costeros;" (Pág. 272)
Pues no. Los portulanos se obtenían por la integración de datos entre los que estaban la latitud obtenida por observaciones astronómicas mediante el uso del astrolabio (la longitud tardaría mucho más tiempo en poderse fijar de forma precisa mediante el uso de cronómetros), así como las distancias entre puntos estimada mediante la corredera y no por la "triangulación magnética" (¿?) Por cierto, esta unión de datos de procedencia diversa dio lugar a varias "meteduras de pata" divertidísimas como la de mezclar mapas realizados en distintas unidades de longitud con el resultado previsible (desproporción de unas zonas geográficas con relación a otras) o la repetición de accidentes geográficos (por ejemplo, en el mapa de Piri Reis aparecen dos ríos Amazonas).
"Si nos fijamos en la parte inferior izquierda -América del Sur-, la semejanza con la carta de Piri-Reis no es casual. El investigador Charles H. Hapgood en su obra Maps of the ancient sea kings proponía este tipo de proyección situada con otro centro." (Págs. 272-273)
En efecto, la semejanza entre una fotografía tomada desde satélite de América del Sur y un mapa de América del Sur no es casual (no me pregunten qué conclusiones se supone que hay que extraer de eso porque escapan a mi conocimiento), es de cajón salvo que el cartógrafo sea un incompetente de la leche en verso.
Por cierto, el Sr. Hapgood proponía que el "otro centro" que el Sr. Hurtado pretende estaba en las Canarias estaba, en realidad, cerca de El Cairo. No se preocupen en intentar saber quién de los dos tenía razón porque los dos están equivocados y por la misma razón, pretender que las líneas de rumbo eran representaciones de los meridianos y paralelos.
Sobre el mapa de Piri-Reis que tanta atención ha merecido de los "misteriólogos", véase el magnífico artículo del Dr. Javier Garrido que pone las cosas en su justo punto.
"Por último se puede ver una línea roja quebrada, también dibujada a trazos y que une Canarias con La Española. Es la representación sobre las cartas portulanas o sobre el mapa de Juan de la Cosa de la ruta que ha llegado a mis manos con el nombre de "T y D" -Teide- y por donde viajaron hasta el Caribe fenicios, griegos, romanos, árabes, caballeros y servidores de la Orden del Temple." (Pág. 274)
Memorable. Esa ruta estaba marcada en los portulanos ¿también en aquéllos en los que, por estar realizados antes de 1492, no aparece para nada el Caribe? Y si aparece después no tiene nada de misterioso. Sencillamente es la ruta que siguió Cristóbal Colón en su primer viaje. Sobre todos esos desplazamientos al Caribe, tal vez sería conveniente que presentara alguna prueba de que existieron.
"Muchas son las huellas de la presencia de la Orden en las Islas -otra cosa bien distinta es que se quieran o se sepan reconocer-, desde la tan traída y llevada Virgen de Candelaria, que a través de las navegaciones musulmanas que partieron de Lisboa puestas al descubierto por Juan Vernet podemos relacionar con la Virgen de Guadalupe mexicana,..." (Pág. 274)
¿Eh? Vamos a ver si no metemos en el ajo a gente que nada tiene que ver con estos asuntos. D. Juan Vernet, magnífico arabista e historiador, ha realizado contribuciones destacadísimas en temas muy relacionados con el de la cartografía antigua, desde el origen musulmán de los portulanos hasta el estudio de los instrumentos que la hicieron posible como el astrolabio. Además ha explicado la introducción por influencia islámica de dos avances técnicos que serían fundamentales para la exploración atlántica, la vela latina y el timón de codaste. También ha rastreado las exploraciones musulmanas en el Atlántico y determinado que, en el caso de las Canarias, mallorquines y genoveses vinieron siguiendo los descubrimientos realizados por los navegantes islámicos. Lo que no ha hecho nunca es mencionar a los templarios canarios ni relacionarlos con la Virgen de Guadalupe (que no me pregunten qué se supone que "pinta" en esta historia porque lo desconozco). De la Virgen de Candelaria ya tendremos ocasión de hablar más adelante, así que proseguimos.
"...hasta el curioso nivel de civilización que tenían los aborígenes de la Gran Canaria, isla de soporte y abastecimiento de la encomienda templaria, donde se "armaban", reparaban y posiblemente se construían las naves que aprovechaban el momento oportuno de vientos favorables para cruzar a Tenerife." (Pág. 274)
Puffff. Vamos a ver, la población original de las Canarias en el momento de la conquista castellana no conocía la navegación y, por tanto, no hubo contactos entre las distintas islas. Este aislamiento (nunca mejor dicho) dio lugar a que en cada isla surgieran rasgos culturales propios (véase este interesante artículo de D. J. F. Navarro Mederos). En el caso de Gran Canaria, hay, en efecto, una cultura diferente que se traduce en la existencia de grandes poblados a veces fortificados, graneros colectivos, pinturas murales de gran belleza (es mi opinión, pero no creo que haya voces discrepantes a este respecto)... pero tampoco ellos construían barcos (como mucho una especie de canoas) tarea un tanto difícil puesto que carecían de metales (las armas con las que se enfrentaron valientemente a los conquistadores castellanos eran de madera endurecida al fuego y piedra) algo lógico atendiendo a la ausencia de minerales metálicos en el archipiélago.
"La Figura 3 muestra inscripciones que se creen zoomorfas pero donde se puede ver una cruz rodeada rodeada siempre por lo que aparenta ser la forma de un escudo, encontradas en Tenerife en la zona de La Laguna." (Pág. 274)
¿Y? La conquista de la isla de Tenerife fue la última en completarse en 1496, pero ya había asentamientos castellanos anteriores como la Torre de Añazo (Santa Cruz) en 1464. Así que no sé que hay de extraño en que representasen en un grabado los símbolos que veían portar a los invasores. En el artículo anteriormente enlazado del Sr. Navarro Mederos hay un grabado mucho más espectacular de un barco castellano o portugués.
"La Figura 4 es una cruz templaria hallada en la pintura de una cueva del Roque de Bentayga -Tejeda- en Gran Canaria. Se observa la semejanza de la pintura de la zona superior derecha con una nave de un solo palo, con la vela recogida." (Págs. 274-275)
¿Y? Por de pronto la supuesta semejanza con el barco no existe y la supuesta cruz templaria es la cruz de la Orden de Cristo portuguesa que estaba presente en las velas de sus barcos, un símbolo con el que los pobladores de Gran Canaria estaban familiarizados puesto que comerciaban (ya antes de la conquista militar) con los navíos castellanos y portugueses.
"Pero si hay pruebas de la presencia en Canarias de la Orden,..." (Pág. 275)
¿Cuáles? Porque lo que ha presentado hasta el momento no vale como prueba de tal afirmación como hemos visto.
"...existe una magnífica explicación de por qué desapareció en dos admirables pinturas que se hallan en una gruta del Morro del Cuervo, en la zona de Agüimes, también en Gran Canaria. La Figura 5 presenta en primer plano una figura antropomorfa con sayas o sotanas que parece huir "saltando" de la propia imagen, mientras en segundo plano alguien "remangado" le persigue, quedando en el suelo una figura también ensotanada con algo en la mano izquierda." (Pág. 275)
Por de pronto no sabía que los templarios usaran sotana. La figura "perseguidora" lleva un claro tocado en la cabeza, así que no se remanga nada, es uno de los pobladores canarios. Además lo de las sotanas queda para la imaginación de cada uno. Incluso si lo fueran ¿no sería una representación de la matanza de los misioneros de Telde que fueron despeñados?
"La Figura 6 repite casi la misma escena: dos figuras corriendo hacia el primer plano mientras al fondo es perfectamente distinguible el perfil de Sudamérica, y un árbol al lado de lo que podría ser una isla. Es muy curiosa la semejanza de este con el drago, una de las plantas características de la flora canaria." (Págs. 275-276)
En realidad se trata de manchas que parecen formar parte de las piernas de la figura. El supuesto drago parece una seta.
Y con esto termina, de momento, la intervención del Sr. Hurtado al que volveremos a encontrarnos en el siguiente (y último) capítulo, pero antes debemos concluir con los Templarios y su virgen negra que tiene la cara blanca.
-Continuará-

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