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Escritos desde el páramo

Decimotercer misterio jocoso: Heterodoxos de verdad (XIII)

Viene de aquí
Una vez desveladas las brumas que ocultaban el mayor secreto que vieron los siglos pasados y esperan ver los venideros, a saber, que la santísima copa que contuvo la preciosísima sangre de nuestro salvador Jesucristo estaba en posesión de esos heterodoxos incomprendidos que fueron masacrados por la pérfida y corrupta Iglesia católica deseosa de ocultar a las masas incultas tales hechos por miedo a verse privada de su posición de privilegio... Bueno, hablando en "román paladino" y abandonando el paródico tono barroco-esotérico (por cierto, alguien tendrá que escribir algún día una tesis sobre la forma de escribir de todos estos investigadores que parecen abominar de la claridad y la sencillez), una vez que el Sr. Fernández Bueno revela que ésta es la moto que nos quiere vender ¿cómo lo justifica? Agárrense que vienen curvas:
"Los oscuros años de la Edad Media vieron como resurgía con fuerza la indescifrable cuestión de un secreto milenario: la localización del Grial. El relato, reflejado en el evangelio apócrifo de Nicodemo, asegura que la sagrada copa fue cogida por José de Arimatea después de que Jesús hiciera uso de ella para consagrar el vino durante la Última Cena, y más tarde, después de Cristo crucificado, el portador del Grial vertió unas gotas de la sangre del nazareno en su interior. De ahí su enorme valía: guardar la sangre del Hijo de Dios." (Pág. 180)
La probabilidad de que alguna de las afirmaciones que realiza D. Lorenzo corresponda a la realidad es cercana a cero patatero. En este caso tenemos una nueva prueba de ello. Tan bonita historia sobre la copa que, después de su uso en la Última Cena, recibió la sangre de Jesús no aparece reflejada por ninguna parte en el evangelio apócrifo de Nicodemo. Sí se reflejan en su texto el juicio que Pilato hace a Jesús, su condena a muerte, su crucifixión, entierro, su descenso a los infiernos, la liberación y posterior ascensión a los cielos de patriarcas y profetas... lo que hace del evangelio de Nicodemo uno de los apócrifos más bellos e interesantes, lo que el Sr. Fernández Bueno podrá comprobar por sí mismo el día que lo lea, algo que, parece, aún no ha hecho. En caso contrario resulta difícilmente explicable que asegure que en él figura la copa de la Última Cena cuando en el evangelio de Nicodemo ni siquiera aparece la escena del Cenáculo.
D. Lorenzo es capaz, no obstante, de superarse a sí mismo. En el texto anteriormente citado hace una llamada sobre el evangelio apócrifo de Nicodemo en la que nos informa de lo siguiente:
"Uno de los evangelios apócrifos hallados en Nag Hammadi." (Pág. 180, nota a pie de página)
Algún día entenderé (esto es una figura retórica, en realidad no tengo la menor esperanza de llegar a comprenderlo) el porqué hay determinadas palabras que parecen ejercer una capacidad de atracción irresistible sobre los investigadores esotéricos. Dónde menos te espera "salta la liebre" y te encuentras con "manuscritos del Mar Muerto" o con "Biblioteca de Nag Hammadi" tanto si viene a cuento como si no (y en esta ocasión es lo segundo). El descubrimiento en 1945 de la "Biblioteca de Nag Hammadi" fue importantísimo porque nos permitió conocer escritos (en su mayoría gnósticos) de los que, en ocasiones, sólo disponíamos de sus títulos citados en otras obras o de meros fragmentos. No obstante, el evangelio apócrifo de Nicodemo no figura entre ellos por una muy buena razón. La ocultación de los libros de Nag Hammadi tuvo lugar en el S IV y el evangelio de Nicodemo fue escrito en el S V. Según se asegura en el prólogo de la obra:
"Y lo he hecho bajo el imperio de Flavio Teodosio, el año decimoctavo de su reinado y bajo Valentiniano Augusto." [1] (Pág. 121)
Evidentemente, el evangelio de Nicodemo no estaba en la "Biblioteca de Nag Hammadi" (aquí pueden encontrar la relación completa de los textos que sí se encontraron en esta localidad) ni falta que hizo porque es uno de los apócrifos que se ha conservado íntegro en múltiples códices y en diversas versiones (griega, latina, copta, siríaca y armenia) y fue ampliamente usado en la Edad Media (si se han preguntado alguna vez de dónde salen los nombres de Dimas y Gestas para el buen y mal ladrón de los que habla el Evangelio de Lucas -versión que, por cierto, es contradicha por Marcos y Mateo que señalan que los dos le insultaban mientras que Juan se limita a señalar que le crucificaron con otros dos- la respuesta es que aparecen en el capítulo X de este evangelio apócrifo).
Después de esta incursión (obviamente fallida) en el campo de los apócrifos neotestamentarios, el Sr. Fernández Bueno decide entrar en los terrenos de la literatura medieval:
"En el año 1180, coincidiendo con el auge de la doctrina cátara, dio inicio la aparición sucesiva de cuatro obras que marcaron el comienzo del mito griálico: Perlesvaus y Parsifal de Wolfram von Eschembach; Estoire du Graal, de Robert de Boron; y Perceval de Chrétien de Troyes." (Pág. 180)
La cantidad de errores que se acumulan en este breve párrafo es excesiva incluso para D. Lorenzo. Por de pronto, no es ninguna coincidencia que estas narraciones aparezcan cuando el catarismo comienza a extenderse (aunque no en el sentido que le dan los esoteristas, pero esto ya lo veremos con mayor amplitud). Por lo demás no da ni una. Las obras que, por lo que sabemos, inician y popularizan el mito del Grial son:
"Li contes del graal" (El cuento del grial) de Chrétien de Troyes (escrito cc. 1180-1182) que quedó inacabada por lo que tuvo dos continuaciones inmediatas (y otras dos con posterioridad, como luego veremos) conocidas como "Continuación Gauvain", anónima (cc. 1190) y "Continuación Perceval" de Wauchier de Denain (cc. 1190).
"Joseph d´Arimathie" (José de Arimatea), "Merlin" y "Perceval" de Robert de Boron fueron escritos probablemente hacia 1200. De esta trilogía se conserva el primero y el comienzo del segundo además de versiones prosificadas del "Merlin" y el "Perceval" (conocidas como Didot-Merlin y Didot-Perceval) poco posteriores a su redacción original en verso.
"Li hauz livres du Graal" (El Alto Libro del Graal, más conocido como Perlesvaus) es anónimo y fue escrito entre 1200-1215.
"Parzival" de Wolfram von Eschenbach fue escrito cc. 1205-1210.
"Lancelot" y "Queste del Saint Graal" (La busca del Santo Grial) forman lo que se conoce como "ciclo de la Vulgata", son anónimos y fueron escritos en torno a 1220.
La "Tercera continuación A" (continuación de la "Continuación Perceval" de Wauchier de Denain que, a su vez seguía "El cuento del grial" de Chrétien de Troyes) de Gerbert se escribió en 1226-1230. La "Tercera continuación B" (ídem que la "Tercera Continuación A") de Manessier lo fue entre 1214-1227.
Son múltiples narraciones que plantean un número no menor de problemas a menudo no resueltos. Por ejemplo, ¿de dónde surge esta historia? La obras más antigua conservada es, sin duda, "El Cuento del grial" de Chrétien de Troyes, pero él mismo dice en la dedicatoria dirigida al conde Felipe de Flandes:
"Bien empleado estará, pues, el trabajo de Chrétien, que se esfuerza y se afana, por orden del conde, en rimar el mejor cuento que fue contado en corte real: es el cuento del grial, sobre el cual el conde le dio el libro." [2] (Pág. 42) Es decir, que según propia confesión, él se limita a versificar, por encargo de Felipe de Flandes, un cuento que no sólo se narró en la corte real sino que también circulaba por escrito.
El "José de Arimatea" de Robert de Boron también se basa, según el autor, en una obra precedente, un libro escrito por clérigos cristianos sobre: "los relatos y grandes secretos de lo que llamamos el Grial" [3] (Pág. 49)
Idéntica pretensión aparece en el "Didot-Perceval", prosificación de la obra original del "Perceval" de Robert de Boron:
"Aunque sobre esto, Chrétien de Troyes no habla, ni tampoco los demás autores, que han hecho composiciones para que rimen de forma agradable: pero nosotros sólo contamos lo que aparece en la historia, y cómo Merlín, maestro de Blayse, había escrito... Y vio y conoció las aventuras por las que pasó Perceval un día tras otro, y fueron escritas por Blayse para que pudieran ser comentados por hombres dignos que desearan oírlas. Ahora sabemos lo que se encuentra en los escritos que Blayse nos cuenta, tal como Merlín le ordenó que lo hiciera y registrara." [3] (Pág. 51)
Para no perder la costumbre, en el "Parzival" de Wolfram von Eschenbach encontramos lo siguiente:
"Tras estas palabras, se levantó un vasallo del rey, que se llamaba Liddamus. El propio Kyot lo llama así. Kyot se llamaba también El Encantador y su arte le llevaba a cantar y a narrar de un modo que aún hoy hace feliz a muchos. Kyot, que es un provenzal, encontró escrita en árabe esta historia de Parzival. Todo lo que él contó en francés, lo narraré yo en alemán, si no me abandona mi inteligencia." [4] (Págs. 206-207) y también
"Kyot me pidió que callara, pues la historia le ordenaba que no dijera nada hasta que la propia narración indicara que era necesario hablar de ello. Kyot, el famoso maestro, encontró en Toledo el texto originario de esta historia, olvidado en algún rincón y escrito en árabe... Un pagano, llamado Flegetanis, alcanzó gran fama por su saber. Este físico procedía de Salomón y era de la estirpe israelita, muy noble desde tiempos muy antiguos, hasta que el bautismo nos libró del fuego del infierno. Él escribió la historia del Grial." [4] (Pág. 224)
¿Más? En "El Alto Libro del Graal o Perlesvaus" el autor anónimo asegura que "Aquí termina el santísimo cuento del Graal. Josefés, por quien ha sido rememorado, concede la bendición de Nuestro Señor a todos los que lo oyen y honran. El latín del que esta historia fue traducida al romance se tomó de la ínsula de Avalón, una santa casa de religión que se encuentra al principio de los Mares Aventurosos, allí donde el rey Artús y la reina yacen, por el testimonio de los prohombres religiosos que allí viven y que conservan toda la historia verdadera desde el comienzo hasta el final." [5] (Pág. 378)
Sin embargo, ¿algo de todo ello es cierto? Recordemos que, según su propia declaración, Cervantes tampoco escribió el Quijote: "Cuenta Cide Hamete Benengeli, autor arábigo y manchego, en esta gravísima, altisonante, mínima, dulce e imaginada historia..." (comienzo del capítulo XXII de la I parte de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha"). Sin embargo, eso no supone que sea cierto.
¿Podemos desentrañar la cuestión? Para ello, primero tenemos que liar la madeja aún más. No deja de ser curioso que estos relatos que conforman los inicios del mito griálico no se pongan de acuerdo en qué es el Grial. Vamos a verlo. Chrétien de Toyes dice:
"Y mientras hablaban de diversas cosas, de una cámara llegó un paje que llevaba una lanza blanca empuñada por la mitad, y pasó entre el fuego y los que estaban sentados en el lecho. Y todos los que estaban allí veían la lanza y el hierro blanco, y una gota de sangre salía del extremo del hierro de la lanza, y hasta la mano del paje manaba aquella gota bermeja." [2] (Pág. 96)
"Una doncella, hermosa, gentil y bien ataviada, que venía con los pajes, sostenía entre sus dos manos un grial. Cuando allí hubo entrado con el grial que llevaba, se hizo una claridad tan grande, que los candelabros perdieron su brillo, como les ocurre a las estrellas cuando sale el sol, o la luna. Después de ésta vino otra que llevaba un plato de plata. El grial, que iba delante era de fino oro puro, en el grial había piedras preciosas de diferentes clases, de las más ricas y de las más caras que hay en mar y tierra; las del grial, sin duda superaban a todas las demás piedras." [2] (Págs. 96-97)
"Y el muchacho los vio pasar, y no osó en modo alguno preguntar a quién se servía con el grial,..." [2] (Pág. 97)
"El pecado te trabó la lengua cuando viste delante de ti el hierro que jamás dejó de sangrar, y no preguntaste la razón de ello. Y necio criterio fue el tuyo cuando no supiste a quién se sirve con el grial. Aquel a con quien él se sirve es mi hermano y hermana mía y suya fue tu madre; y creo que el rico Pescador es hijo del rey que se hace servir en aquel grial. Pero no os imaginéis que en él haya lucio, lamprea ni salmón; con una sola hostia, que se lleva en este grial, su vida sostiene y vigoriza: tan santa cosa es el grial, y él es tan espiritual, que para su vida no necesita nada más que la hostia que va en el grial." [2] (Pág.152)
Podemos quedarnos más o menos como estábamos puesto que Chrétien no dice en ningún momento qué es el Grial. No obstante, sí podemos extraer una serie de claves que nos permiten apuntar una respuesta. En su primera aparición ante Perceval, el poeta dice que es "un grial" (un graal en el original) no es "el Grial", un objeto particular sino uno entre tantos. Debemos pensar que, en principio, la palabra "graal" no designa algo específico sino común y tan conocido en su época que Chrétien no tiene que explicar qué es. Una doncella lo "sostenía entre sus dos manos" lo que no da una idea de su tamaño. Por otra parte tiene la función de servir a alguien con él y, más concretamente, para llevar pescado "lucio, lamprea ni salmón". Es decir, es una especie de bandeja o plato grande. En los inventarios medievales franceses aparece la palabra "gradale" para designar escudillas o fuentes que se empleaban para servir la mesa por etapas (gradus en latín que da "gradal" en catalán antiguo, "grazala" en occitano antiguo y "gradale" en francés antiguo, todas esas palabras están documentadas antes de que este mito comenzara a conocerse).
Así pues, en principio, lo que ve Perceval es una fuente, todo lo rica que se quiera, pero sólo eso. Sin embargo, no podemos quedarnos en ese punto. Al grial lo precede una lanza ensangrentada, cuando éste entra en escena viene acompañado de un gran resplandor, en él se lleva una hostia y se le califica como "tan santa cosa" algo que no es precisamente normal en las fuentes por muy de oro y pedrerías que sean. Es decir, ese grial es más de lo que aparenta. ¿Qué es en realidad? Posiblemente (dado que Chrétien murió antes de acabar su obra nunca podremos tener la seguridad absoluta sobre ello) el poeta pensaba presentar ese grial como una de las escudillas empleadas en la Última Cena. Pensamos que esto es así porque tanto la hostia como la lanza ensangrentada (la lanza de Longinos) lo conectan con la Pasión de Jesús. Se explica así tanto el que resplandezca (un mito común a muchas reliquias de la época) como también el calificativo de "santa cosa".
Un apoyo de esta explicación lo tenemos en que Perceval pierde la ocasión de preguntar a quién se sirve con el grial (lo que hubiera motivado la curación del rico Pescador) por estar en pecado. De igual forma, el ermitaño le revela el secreto del grial en Viernes Santo y Perceval, después de dos días de penitencia, comulga el Domingo de Resurrección, reincidiendo así en la relación entre Pasión y grial.
En la anónima "Continuación Gauvain" encontramos algunas diferencias:
"vio venir detrás de este paje a otra doncella delgada, erguida, bien proporcionada y bella y que iba llorando desconsoladamente. En sus manos y alzándolo llevaba el Santo Grial completamente descubierto." [2] (Pág. 252)
"Cuando el rey y todos los demás estuvieron sentados, se depositó pan en todas las mesas. Era el rico Grial quien lo servía sin que nadie lo sostuviera; muy noblemente les sirve y rápidamente va y viene delante de los caballeros. Y el botellero les sirvió después el vino en copas de plata y de oro puro. Y el Grial va y viene y el buen caballero no sabe quién lo sostiene. Les sirvió con esplendidez siete platos llenos hasta rebosar y tan pronto como se retiraba uno ya estaba preparada otra gran escudilla de plata: muy bello y gentil era aquel servicio." [2] (Pág. 312)
"Es precisamente la lanza con la cual el Hijo de Dios fue herido en el costado hasta el corazón el día que fue colgado en la cruz. El que le hirió se llamaba Longinos, pero luego se arrepintió tanto que su alma se salvó." [2] (Pág. 315)
A continuación el señor del castillo narra cómo José de Arimatea recogió la sangre de Cristo en el Grial, descolgó el cuerpo de la cruz y lo enterró, cómo fue hecho prisionero y exiliado, y cómo llevó el Grial hasta Inglaterra, en donde ha estado siempre bajo la custodia de un descendiente suyo.
En el "José de Arimatea" de Robert de Boron aparece ya lo que ha quedado como versión "definitiva" del Grial (y que es posiblemente la que Vds. conocen porque ha sido reflejada en las narraciones artúricas posteriores como "La muerte de Arturo" de Sir Thomas Malory, por no hablar de películas como "Excalibur" o "Indiana Jones y la Última Cruzada"). Según Robert de Boron, José de Arimatea había sido discípulo de Jesús en secreto, pero al conocer la crucifixión de éste se reúne con Nicodemo (un oficial romano que había contemplado la ejecución) y acuden a pedir a Pilato el cuerpo de Cristo para enterrarlo. Pilato accede y, además, les entrega la copa que Jesús empleó en la Última Cena.
Antes de sepultar el cadáver, José emplea esa misma copa para recoger en su interior unas gotas de sangre que manan de las heridas de Jesús. Esta copa empleada en la Última Cena y que además recoge la sangre de Jesús crucificado se convierte en el Santo Grial.
En el "Didot-Perceval" (prosificación del "Perceval" de Robert de Boron que, desgraciadamente, no se ha conservado) no aparecen novedades: "es el vaso -llamado Grial- en el que se guarda la sangre de Nuestro Señor" [3] (Pág. 52) y la escena en que aparece ante Perceval recuerda la descripción de Chrétien de Troyes:
"vieron aparecer a una damisela, lujosamente ataviada, con un lienzo alrededor del cuello, y saliendo de uan estancia llevaba entre sus manos dos pequeñas fuentes de plata. Y tras ella venía un joven que portaba una lanza, y cayeron tres gotas de sangre de su cabeza; y entraron en una estancia antes que Perceval. Y después vino un joven que llevaba en sus manos el recipiente que Nuestro Señor le dio a José en la prisión, y lo elevaba con las manos." [3] (Pág. 52)
Tampoco en "El Alto Libro del Graal o Perlesvaus" hay diferencias significativas:
"La historia del santísimo vaso al que llaman Graal, donde fue derramada la sangre del Salvador el día en que fue crucificado para librar al pueblo del infierno..." [5] (Pág. 135)
aunque el Grial no es la única reliquia portentosa que aparece:
"... la espada más rica que jamás fue forjada, aquella con la que San Juan fue decapitado. Sangra cada mediodía, puesto que a aquel prohombre le cortaron la cabeza a esa hora." [5] (Pág. 108).
Nos la describe así:
"... la vaina, que estaba cargada con piedras preciosas, y el tahalí era de seda con botones de oro, al igual que el arriaz, y el pomo era de una santa piedra sagrada que Evax, un alto emperador de Roma, hizo colocar. Luego el rey la desenvaina y la espada sale completamente ensangrentada, pues era mediodía, y ordena que la sostengan delante de mi señor Gauvain hasta que pasó la hora. Entonces se convirtió en una espada tan clara como una esmeralda y también igual de verde. Mi señor Gauvain la contempla maravillado y la desea más que nunca. Ve que es tan grande como cualquier otra espada, pero cuando está envainada no parece que no la vaina ni la espada tengan más de dos palmos." [5] (Pág. 108)
Así las cosas, ¿hay razones para considerar como reales las pretensiones de que esas historias proceden de distintas fuentes? Pues no. Por de pronto varios de los autores que se citan como autores de las narraciones en que se basa el ciclo griálico son claramente legendarios. Por ejemplo, el Blayse que aparece como fuente en las obras de Robert de Boron es el supuesto secretario del mago Merlín. El Josefés que aparece como fuente de "El Alto Libro del Graal o Perlesvaus" parece que se trata, ni más ni menos, que del historiador Flavio Josefo (que nunca mencionó ni palabra de esta historia por la sencilla razón de que había muerto unos cuantos siglos antes de los hechos que supuestamente narró). Es más, pese a que frecuentemente se diga que Robert de Boron modificó en gran medida la historia original de Chrétien de Troyes dándola un sentido cristiano del que carecía en un principio el Grial, me permitirán Vds. que no esté de acuerdo con esa afirmación pese a que la realicen expertos en literatura medieval.
No la acepto por dos razones (que, en mi opinión, son de peso): La primera de ellas es que todo lo relativo a la santidad del Grial así como su relación con la Pasión de Jesús ya está implícito en "El cuento del Grial" como anteriormente dije. Si esas sugerencias no llegan a plasmarse es, sencillamente, porque la historia quedó inacabada al morir el poeta. Falta la segunda visita de Perceval al castillo de su tío el Rey, padre del rico Pescador, en el que, muy posiblemente, al haber realizado la pregunta de ¿A quién se sirve con el grial? se le hubiera contado la historia de ese objeto.
La segunda razón es que si observamos la secuencia cronológica de "El cuento del Grial" de Chrétien, la "Continuación Gauvain" anónima y el "José de Arimatea" de Robert de Boron, las novedades que éste aporta no pasan de convertir la bandeja en copa. En la "Continuación Gauvain" ya aparece el calificativo de "Santo Grial", ya se dice que recibió la sangre de Jesús y se habla de su relación con José de Arimatea y todo ello como continuación y desarrollo de la historia de Chrétien. El cambio de bandeja a copa que realiza Robert de Boron es bastante lógico porque se está asimilando el Grial con el cáliz eucarístico.
No obstante, todo ello nos dice poco de si la historia del Grial procede de la exclusiva imaginación de Chrétien de Troyes o si, el sí, se basó en materiales preexistentes. Ya se ha señalado desde hace mucho que en los "Mabinogion" (es decir, en los cuentos medievales galeses de tradición celta) ya aparecen elementos cercanos a los que vemos en la obra de Chrétien como la lanza que sangra y como la propia figura de Perceval que es anticipada por el Peredur galés, en una escena muy similar a la que presentan los cuentos griálicos. Además, debemos señalar más antecedentes, uno sería una obra escrita por un ermitaño que en el 717 tuvo una visión sobre el plato en que se sirvió el cordero pascual en la Última Cena. Esta obra, según la noticia que transmite el cronista cisterciense Helinando de Froidmont, se titulaba "Gradale".
También están las noticias más o menos contemporáneas (entonces, claro) sobre el hallazgo de reliquias en Tierra Santa durante la Primera Cruzada como la Santa Lanza de Antioquía en 1098 e Il Sacro Catino genovés (que según Guillermo de Tiro fue encontrado en Cesarea en 1101 mientras que las Crónicas castellanas dicen que fue un regalo de Alfonso VII a los genoveses por su ayuda en la conquista de Almería en 1147) una fuente hexagonal de cristal verde (nada que ver con una esmeralda tallada como se asegura frecuentemente) que pronto fue convertido en una de la bandejas empleadas en la Última Cena.
¿Por qué todos estos elementos preexistentes parecen fundirse en el "best-seller" de la época? La razón es que fueron apoyados por la nobleza... como propaganda contra los cátaros. No es ninguna casualidad que su éxito coincida con la ofensiva contra los Albigenses que concluiría con la Cruzada de la que ya hablamos con anterioridad y, mucho menos, que éstas sean obras criptocátaras (chorrada muy reiterada que, supongo, será sostenida por quién nunca las ha leído). Veámoslo. Ya dijimos que Chrétien de Troyes dedicó su "Cuento del Grial" a Felipe de Flandes pero ¿quién era este personaje? Pues un "heterodoxo" de cuidado, hijo de Thierri de Flandes y de Sibila de Anjou. Su padre fue Cruzado en Tierra Santa en diferentes ocasiones y de sus "visitas" en 1150 se trajo de "souvenir" la "Fiole", un recipiente de cristal de roca tallado que supuestamente contenía sangre de Jesús y que regaló a la ciudad de Brujas donde todavía se venera en la capilla de la Santa Sangre. Su madre terminó ingresando como monja en el convento de San Lázaro en Betania en 1158. Felipe, además de ser padrino de bautismo de Felipe Augusto de Francia y de peregrinar a Santiago de Compostela en 1177, también fue Cruzado en el periodo 1177-1178 para ayudar a su primo Balduino IV "el Leproso" (con poco éxito, todo hay que decirlo). De regreso a Flandes, se convirtió en tutor de sus ahijado, Felipe Augusto y fue él quién lo armó caballero en Arrás en 1180. En esta misma época debió ser cuando encargó a su protegido Chrétien de Troyes que escribiera "El cuento del Grial", que ocultaba tanto la justificación de Felipe de Flandes por su fracaso en Tierra Santa (Perceval y el tullido el rico Pescador eran primos como Felipe de Flandes y Balduino "el Leproso". Perceval fracasa en su primera tentativa de ayudar al rico Pescador. Felipe de Flandes también en su apoyo a Balduino. Perceval debía regresar al castillo del grial dónde hubiera tenido éxito. Felipe de Flandes pensaba regresar como Cruzado a Tierra Santa -de hecho, lo hizo en 1190, tres años después de que Balduino hubiera perdido su reino de Jerusalén y murió de peste en San Juan de Acre en 1191- y esta vez pensaba mejorar su actuación precedente) como una defensa de la Eucaristia. El grial, ya lo dijimos, es un símbolo eucarístico, pero además hay una defensa clara de los dogmas católicos que estaban siendo atacados por los cátaros:
"-Madre -dijo él-, ¿qué es iglesia?
-Hijo, allí donde se hace el servicio de Dios, Aquel que hizo cielo y tierra y puso en él a hombres y mujeres." [2] (Pág. 50)
"Es verdad que fue Dios y hombre, nacido de la Virgen que concibió un hijo por el Espíritu Santo, en la que Dios recibió carne y sangre, y fue divinidad cubierta por carne humana, lo que es cosa cierta. Y quien esto no crea, no le verá la faz." [2] (Pág. 150)
La "Continuación Gauvain" supone una nueva vuelta de tuerca al incluir ya la referencia al grial como receptor de la sangre de Cristo que, según los cátaros, nunca había sido verdadero hombre sino que sólo lo aparentaba.
Robert de Boron dedica su obra a su protector Gautier de Montbeliard, otro caballero Cruzado que murió en Tierra Santa. Además de su conversión del Grial en el cáliz eucarístico, Boron intercala largos párrafos moralizantes y, también, convierte los regueros de sangre que manan de la lanza que acompaña al Grial en tres gotas, símbolo de la Trinidad.
"El Alto Libro del Graal o Perlesvaus" tampoco se queda atrás:
"El alto libro del Graal comienza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Estas tres personas son una sustancia y esa sustancia es Dios y de Dios procede el alto cuento del Graal." [5] (Pág. 35)
Con razón pudo escribir Anne Brenon:
"El Graal nunca fue, a finales del S XII y comienzos del XIII, más que un argumento de los clérigos para dirigir hacia las esperanzas celestiales la excesiva energía de los caballeros de este mundo; y para recordar a todos los creyentes que Cristo en cuerpo y alma, efectivamente, había muerto por ellos, había derramado su sangre, algo que los cátaros habrían contemplado como objeto de horror. Símbolo eucarístico, el Graal debe colocarse en el arsenal de la lucha contra la herejía." [6] (Págs. 164-165)
NOTAS:
[1] Citado en Los evangelios apócrifos. Selección y comentarios de Pierre Crépon. Traducción de M. García Viñó. Ed. EDAF S.A. Madrid, 2000.
[2] Citado en El Cuento del grial de Chrétien de Troyes y sus Continuaciones. Edición, comentarios y traducción de Martín de Riquer e Isabel de Riquer. Col. Biblioteca Medieval, Ed. Siruela. Madrid, 2000.
[3] Citado en En Busca del Santo Grial. Graham Phillips. Trad. Concha Folcrá Pagès. Ed. Edhasa. Barcelona, 1996.
[4] Citado en Parzival. Wolfram von Eschenbach. Edición, traducción y notas de Antonio Regales. Col. Biblioteca Medieval, Ed. Siruela. Madrid, 2001.
[5] Citado en Perlesvaus o El Alto Libro del Graal. Edición, Traducción y notas de Victoria Cirlot. Col. Biblioteca Medieval, Ed. Siruela. Madrid, 2000.
[6] Citado en La verdadera historia de los cátaros. Anne Brenon. Trad. Manuel Serrat Crespo. Col. Enigmas, Ed. Martínez Roca S.A. Barcelona, 1997.
BIBLIOGRAFÍA:
Para la etimología de grial, véase Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Joan Corominas. Ed. Gredos. Madrid, 1994.
-Continuará-

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