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Escritos desde el páramo

Quinto misterio jocoso: La raída sotana del tío Gilito (II)

Viene de aquí
Supongo, no obstante, que ya se habrán dado cuenta de una posibilidad que, aparentemente, se me pasó por alto al hablar de la fortuna del padre Saunière. Habíamos negado un súbito enriquecimiento del sacerdote francés basándonos en unos apuntes contables que no corresponden exactamente a la realidad. ¿Podría ser, por tanto, que esos apuntes estuvieran creados de la nada para ocultar un enriquecimiento repentino basado en el encuentro del tesoro o en el precio de ocultar el misterioso contenido de los pergaminos?
En realidad, la contestación a esa posibilidad sí la habíamos contemplado, pero su respuesta está íntimamente conectada con el tema que vamos a tratar hoy, cuál fue la auténtica razón para que el padre Berénger pasara de su condición de humilde párroco de un pueblo que no era, precisamente, la capital del mundo (y que hoy ha prosperado en parte gracias a esta historia que tanto furor causa entre los escritores pseudohistóricos) a la de persona acomodada (por cierto, y aunque esto suponga adelantar acontecimientos, tampoco tanto como se ha dicho) y eso sin acceso a fuentes de financiación conocidas.
Ya dijimos que una de las virtudes del padre Saunière fue la del orden. Así, junto a los apuntes contables que ya hemos mencionado, Berénger llevaba otros listados uno de los cuales podrán encontrar al final de esta página. ¿Qué es? Pues, sencillamente, la prueba autógrafa de que el padre Berénger era un sinvergüenza, es un listado de las misas que había cobrado por oficiar. Como no sé si son Vds. católicos, si están familiarizados con diversos procedimientos de la Iglesia Católica o no, tendré que hacerles una breve introducción al asunto. Una persona, por diversos motivos (entre el que el más habitual es el fallecimiento de un ser querido) puede encargar a un sacerdote que oficie en su memoria una misa o una serie de ellas en conmemoración, recuerdo... de esa persona. Esas misas extraordinarias (llamémoslas así para diferenciarlas de la "misa de los domingos" aunque no sean términos nada precisos) son abonadas al oficiante. En esto no hay nada de malo siempre y cuando la misa se celebre realmente pero en caso contrario se estaría engañando al contratante. Si el padre Berénger se hubiera limitado a cobrar las misas extraordinarias que oficiaba no hubiera tenido ningún problema, pero tampoco se hubiera enriquecido. Saunière vendió tantas misas que es imposible que cumpliera con sus obligaciones. Volvamos a la imagen anteriormente enlazada. En el mes de agosto (salvo que equivoque algún número) el padre Berénger vendió más de 900 misas a un precio habitual de 1 F. cada una (a veces un poco más, a 1,50 F.) Esto supone que, supuestamente, era capaz de celebrar treinta misas al día, lo que no es sólo altamente improbable por una mera cuestión de tiempo (y eso suponiendo una misa express) sino que, además, no está permitido porque el número máximo de misas está reglado en el canon 905 del Código de Derecho Canónico en una al día, dos si hubiera escasez de sacerdotes en el lugar y sólo puede ascender a tres por necesidad de la liturgia en domingos y fiestas de guardar y con autorización del ordinario del lugar. Hasta treinta misas diarias queda aún un muy largo camino.
Vamos ahora a un muy buen trabajo sobre este tema de mano de Jean-Jacques Bedu (en esta ocasión es una traducción al inglés). Como vemos, el padre Berénger se lo había "montado de fábula". Pudo ser (lo fue) un pésimo sacerdote, pero fue un muy buen empresario. Publicidad en prensa, cartas ofreciendo sus servicios, registro de clientes, rotación de la clientela para no terminarla alertando... Supongo que a estas alturas se habrán hecho una pregunta ¿cómo es posible que las personas que mandaban los encargos de decir misas a Saunière fueran, en su mayoría, sacerdotes? ¿No suena un poco absurdo? Es como si el fontanero X encargara al fontanero Y que cambiara la cisterna de su propia casa. La explicación es clara, eran curas honrados que desviaban al párroco de Rénnes las misas que ellos no podían celebrar por la limitación antes señalada.
Esto nos permite la comprobación de hasta qué punto los apuntes contables del padre Berénger son (o no) reales. Tomemos los datos que da Jean-Jacques Bedu para el mes de enero de 1896 obtenido de los registros de misas:
Escargueil 8 misas a 1.50 F = 12.50 F
Valez 51 misas a 1.00 F = 51 F
Sige 41 misas a 1.50 F = 61.50 F
Cantie 12 misas a 1.50 F = 18 F
Cathala 24 misas a 1.50 F = 36 F
Reynes 55 misas a 1.00 F = 55 F
Raynaud 10 misas a 1.50 F = 15 F
Lignon 27 misas a 1.50 F = 40.50 F
Mario 33 misas a 1.50 F = 49.50 F
y comparemos con los que da Octonovo como ingresos en ese mismo mes y año según los apuntes contables del párroco de Rénnes:
Escargueil 11,70 F (80 céntimos menos de lo señalado en los apuntes de misas)
Valez 50 F (1 franco menos de lo señalado en los apuntes de misas)
Sige 60 F (1,50 francos menos de lo señalado en los apuntes de misas)
Cantie 18 F (igual cantidad a la señalada en los apuntes de misas)
Cathala 33,65 F (2,35 francos menos de lo señalado en los apuntes de misas)
Reynes 55 F (igual cantidad a la señalada en los apuntes de misas)
Raynaud 27 F (12 francos más de lo señalado en los apuntes de misas ¿Donativo añadido?)
Lignon 40,50 F (igual cantidad a la señalada en los apuntes de misas)
Mario 50 F (50 céntimos más de lo señalado en los apuntes de misas)
Sin embargo, en los apuntes contables de enero de 1896 aparecen también cantidades que no aparecen reflejadas en los apuntes de misas. Por ejemplo
Pons 9,70 F
Degua 50 F
Canteguil 30 F
Cazal 54 F
¿Por qué? Puede que sean donativos (sabemos que también los pedía -y recibía- como ayuda para la construcción de una residencia para sacerdotes), pero esas personas aparecen como destinatarios de peticiones de misas. Además también encontramos en ese mes apuntes que corresponden explícitamente a misas:
Misas (messes en francés) 6 F
Sillas (chaises en francés) y misas 5,50 F
Sillas y misas 6,50 F
(Lo de las sillas viene a cuento porque se "alquilaban" los lugares que ocupaban los feligreses para la asistencia a misa).
Así las cosas, hay algunas conclusiones que ya podemos ir obteniendo:
A) Los apuntes contables del padre Berénger Saunière no son una invención de la nada aunque tampoco sean exactos.
B) Existen ingresos que no corresponden a los registros de misas aunque sí son producto de su venta.
C) Las atribuciones de grandes sumas a personas como Guillaume y Barthélémy Denarnaud son, posiblemente, la forma de camuflar la venta de esas misas que ni siquiera figuran en los registros de misas.
D) Las cantidades producto de esa venta masiva e ilegal de misas explican suficientemente los ingresos del padre Saunière.
En relación con este último punto, pensemos en el absurdo de que una persona que tenía (según los esoteristas) unos ingentes recursos económicos por haber encontrado un tesoro o como pago por su silencio se dedicara a cometer esta estafa que, por ser muy visible, era muy peligrosa. Lo que estaba haciendo Berénger era muy rentable, pero también era una chapuza. Era muy fácil que le terminara estallando en las manos y eso es exactamente lo que pasó. Éste será el tema de nuestra próxima entrega de la serie.
-Continuará-

Quinto misterio jocoso: La raída sotana del tío Gilito (III)

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El tinglado de la antigua farsa que había levantado a lo largo de tantos años el padre Berénger no podía durar. Era demasiado visible para ello. Además (como ya veremos) Saunière había dedicado gran parte de esos ingresos ilícitos a hacer gala de exhibiciones propias de un "nuevo rico". Sus construcciones son tan aparatosas como de mal gusto. Además, Berénger tenía problemas con su feligresía. Ya había aparecido un primer conflicto en 1891 cuando el sacerdote pidió (y obtuvo) permiso al concejo para vallar un terreno comunal y levantar allí monumentos religiosos. El párroco fue mucho más lejos de lo que le habían autorizado y edificó una casita que le servía de despacho y biblioteca. En 1895, un incendio afectó al pueblo. Todos los vecinos pusieron a disposición de los bomberos sus cisternas con una excepción, el sacerdote. En este mismo año los habitantes del pueblo se quejan de que Berénger está removiendo el cementerio sin ningún respeto por las lápidas, las cruces y las coronas que allí se encontraban.
Todo ello supone una bomba de relojería que no estalló mientras su superior, el obispo de Carcassone, fue Félix-Arsène Billard que nunca quiso saber nada de los manejos de Berénger. ¿Por qué esa protección al que, a todas luces, era un notorio sinvergüenza? Pues olvídense de manuscritos con secretos sorprendentes y chorradas similares. Sencillamente, el obispo Billard era el alma gemela del párroco de Rénnes. También Billard hizo sus pinitos restauradores (no parece que fuera casual que acompañara a Berénger en la inauguración de la iglesia de Rénnes despues de la restauración), también aprovechó su cargo eclesiástico para enriquecerse de forma inmoral (y Berénger a su lado era un pardillo porque el Sr. Obispo se dedicó a algo mucho más rentable, a las herencias. Recibió una de un 1.200.000 francos de la época que es mucho más de todo lo que ganó Saunière con su venta de misas a lo largo de los años) y también era un reaccionario en cuestiones políticas. Sin embargo, a finales de 1901 falleció Billard y en 1902 fue nombrado su sucesor, Paul-Félix Beurain de Beausejour aunque no fue entronizado hasta 1904. El obispo Beausejour no estaba dispuesto a seguir haciendo "la vista gorda" ante la riqueza que exhibía de forma infantil el sacerdote de Rénnes. Tanto es así que en 1909 Berénger dimitió como párroco seguramente con la esperanza de que no le investigaran. Sin embargo, el obispo había recibido cartas de particulares que le preguntaban si Sauniére era un sacerdote en quién poder confiar para encargarle unas misas. Es el fin.
Beausejour ordena a Saunière que comparezca ante su persona el 16 de julio de 1910. Berénger no se presenta. Se le cita nuevamente para el 23 de julio. Nuevamente no comparece. El 15 de octubre no se presenta él pero sí su abogado, el canónigo Huguet. El 5 de noviembre recae sobre él una primera condena, diez días en una casa de retiro para que se dedique a realizar ejercicios espirituales, y orden perentoria de que, en el plazo de un mes, entregue al obispo el detalle de su contabilidad.
El 30 de diciembre, habida cuenta de que no ha cumplido con lo exigido, es citado a comparecer el 9 de enero de 1911. Saunière se sabe perdido y recurre a Roma. Solicita un aplazamiento atendiendo a su delicado estado de salud que no le permite soportar emociones fuertes. La respuesta es que mande lo que le solicitó su obispo por correo. El 5 de diciembre de 1911 se dicta sentencia. El padre Berénger Sauniére es considerado culpable de dilapidación y substracción de los fondos de los que era depositario. Fue condenado, en rebeldía y sin posibilidad de apelación, a una suspensión a divinis de tres meses que se prolongaría hasta que devolviera las cantidades defraudadas. Ese mismo día, se publica en la Semana Religiosa y en el periódico l´Eclair de Montpellier un aviso público de que el padre Berénger había perdido el derecho de decir misas.
La verdad es que aunque hubiera comparecido, el resultado hubiera sido el mismo. Descadeillas nos ha dejado el recuerdo de lo que Bérenger había preparado para su defensa y es penoso. Creo que resulta interesante hacer su traducción:
a) A la petición de las sumas empeñadas por él en Rénnes da la lista siguiente:
1 Compra de terreno 1.550 F.
2 Restauración de la iglesia 16.200 F.
3 Calvario 11.200 F.
4 Villa Béthania 90.000 F.
5 Terrazas-jardín 19.000 F.
6 Torre Magdala 40.000 F.
7 Arreglo de todo 5.000 F.
8 Amueblamiento 10.000 F.
TOTAL: 193.950 F.
b) A las preguntas planteadas por el oficial se proponía responder esto:
Sobre la explicación a dar para saber de dónde procedías esas sumas de dinero enormes para esa época:
1º) Hace veinte años acogí en mi casa a una familia compuesta por el padre, la madre y dos niños. Pusimos nuestros ahorros en común. La familia se dedicaba a la industria de los sombreros, y ganaban el padre y la madre cada uno 300 Fr. al mes. Ahorramos así 5.200 Fr.
2º) Un cepillo (para las limosnas) estaba destinado a los visitantes que me remuneraban con una propina por mis explicaciones sobre Rénnes. Estos visitantes venían de Rénnes les Bains y eran muy numerosos y generosos.
3º) Jugaba a la lotería.
4º) Mi hermano como predicador que es tenía numerosas relaciones. Servía de intermediario para enviarme generosos y numerosos clientes.
5º) Hice realizar 31 postales de Rénnes. Las vendía en lotes de 31 al precio de 3,10 Fr. Apenas podía cubrir la demanda.
6º) Mi colección de sellos antiguos se cifra en 100.000. Está completa y para la venta me conformo con el precio adoptado. Los aficionados, muy felices de conseguirlos, nunca regateaban.
7º) Hice excavaciones en la zona y recuperé lozas, muebles antiguos y tejidos que revendí.
8º) Las copias, las hice realizar a los jóvenes por cuenta de periódicos y prospectos. Estaban satisfechos del precio que les ofrecía y tenía, además, una ventaja sobre ellos.
9º) En mi activo aún tengo que poner los transportes gratuitos y ¿por qué no? mi trabajo personal."
Privado de sus ganancias como vendedor de misas, la economía del padre Sauniére se tambalea. Ya en noviembre de 1911 (antes de su condena definitiva, por tanto) ve tan mal su situación que pide a su abogado, el canónigo Huguet, que le busque un lugar más modesto donde vivir previa venta de sus propiedades en Rénnes. Éste le escribe (nuevamente según la obra antes enlazada de Descadeillas): "En mi localidad natal, a 1 Km. de la estación, sé de un establecimiento que vale según la gente 60.000 Fr. pero que su propietario, un cantante que ha tenido una mala gira, dejaría en 12.000 Fr. Vd. abandonaría la jurisdicción de Carcassone y yo le recomendaría a mi obispo y usted viviría tranquilo en esa espléndida situación. Venda y veremos..." El 27 de noviembre, Berénger dirige una carta al banco Petitjean de París y solicita que envíen a uno de sus agente para tratar la venta de sus bienes. El negocio se va al traste porque el sacerdote propone al comisionado que se haga cargo él en persona del asunto prescindiendo de la intervención del banco (a cambio, claro, de una comisión en la venta).
En octubre de 1912 hace un nuevo intento. En esta ocasión pretende obtener un préstamo del Credit Foncier con la garantía de sus propiedades. La valoración que hace su perito es que los edificios y las tierras valen 18.000 Fr. con lo que le ofrecen un préstamo de 6.000 Fr. Berénger rehúsa por considerarlo insuficiente.
No puede vender sus propiedades ni recibir un préstamo suficiente sobre ellas. Empobrecido es incapaz de pagar sus deudas. Murió el 22 de enero de 1917. Su heredera, la cocinera y gobernanta Marie Denarnaud, tuvo que vender gran parte de la herencia para conseguir saldar los débitos.
Hasta aquí la historia. En la próxima entrega de la serie señalaremos qué conclusiones pueden obtenerse de ella.
-Continuará-"

Quinto misterio jocoso: La raída sotana del tío Gilito (y IV)

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De toda esta secuencia de acontecimientos que, como sucede a menudo, oscila entre el drama y la ópera bufa podemos extraer algunas consecuencias que deberían hacer reflexionar a los partidarios de diversas hipótesis esotéricas sobre el párroco de Rénnes-le-Château.
Por ejemplo, los que creen que los pergaminos supuestamente encontrados por el padre Berénger desvelaban un secreto que la Iglesia tenía interés en silenciar (por citar sólo dos de los que se han propuesto, el que María la Magdalena y Jesús fueran los felices papás, perdón, la feliz mamá y el feliz papá -no se me mosquee Ibarretxe o alguna ministra "incompetenta" de las que han sido cocineras antes que "frailas"- de una o varias tiernas criaturas; o que contenían el paradero del cuerpo de Jesús no resucitado sino muerto y bien muerto) caen en el absurdo de ignorar que Sauniére fue juzgado y condenado por la propia Iglesia. Si esa hipótesis tuviera el menor asomo de veracidad, el padre Berénger tenía en sus manos un arma que le hubiera convertido en invulnerable y más ante una acusación de "medio pelo" como la que nos ocupa. Bien, concedamos que monseñor de Beausejour podía no estar informado de los pavorosos secretos que custodiaba (supuestamente) el ex-párroco de Rénnes y por ello inició la causa contra él, pero considerando que entre el comienzo del proceso (mayo de 1910) a la sentencia definitiva (diciembre de 1911) pasan la friolera de más de 18 meses, es inexplicable que nadie moviera un pelo para protegerle, tanto más cuando bastaba que el superior del obispo le hubiera ordenado que paralizara la causa para que éste hubiera tenido que obedecer a causa de sus votos como sacerdote. Nada de esto sucedió ni Berénger (pese a que indudablemente se sintió perjudicado por la sentencia) reveló ningún secreto. La razón es que nada dijo porque nada tenía que pregonar.
También deberían reflexionar los que atribuyen a causas extraordinarias (encuentro de un tesoro fabuloso) el enriquecimiento del sacerdote. No es sólo todo lo que vimos en su momento sobre la contabilidad de Saunière (y lamento haberles tenido que largar ese rollo macabeo, pero era necesario) es que, además, basta con comprobar el impacto de la condena sobre su economía para negarlo. En 1909, antes del proceso, ingresa 10.553,65 Fr., en 1910, con el proceso iniciado, ingresa 7.632,80 Fr., en 1911, año de su condena, ingresa 5.970,70 Fr. (pueden comprobarlo en la tabla resumen de la contabilidad del padre Sauniére elaborada por Octonovo. Si sus ingresos no hubieran tenido nada que ver con la venta de misas, eso no tiene el menor sentido. No obstante, pueden Vds. (y deben hacerlo) preguntarse cómo es posible que siguiera recibiendo encargos de misas después de su condena. Vamos al detalle del año 1912 y vemos el primer mes, enero (janvier, en francés). Allí nos encontramos con entradas como
Lyon 100,00 Fr.
Lyon 60,00 Fr.
Nancy 50,00 Fr.
Paris 20,00 Fr.
Lyon 20,00 Fr.
Si vamos a un mapa de Francia podemos comprobar lo alejadas que están esas tres ciudades de Carcassone y Rénnes-le-Château (para que se hagan una idea, Carcassone y Rénnes están en el interior a la altura de Narbonne, es decir, al norte de la fontera hispano-francesa en la zona de los pirineos catalanes) que es dónde el escándalo se había producido. Seguramente, los encargos provenían de personas que no tenían ni idea de que Berénger había sido suspendido. Obviamente, a éste le importaba un bledo el no poder oficiar las misas que le pagaban. A fin de cuentas antes de la condena tampoco podía celebrarlas así que...
También los que se dedican a relacionar al padre Sauniére con organizaciones como la Masonería deberían pensar que la condena fue por motivos económicos y no por ninguna otra causa. Como vimos en la anterior entrega, la "obsesión" del obispo es que Berénger enseñara su contabilidad. Obviamente, si hubiera tenido la menor sospecha de que el párroco de Rénnes estaba relacionado con la Masonería la situación hubiera sido distinta porque desde 1738 (y hasta 1983) los católicos que entraran en o favorecieran a esta sociedad secreta incurrían en excomunión ipso facto (véase el artículo Francmasonería en La Enciclopedia Católica).
Por último, esta condena debería poner en duda la auténtica cuantía de la fortuna acumulada por el padre Berénger. Entre 1897 y 1915 (con la falta de varios meses) ingresa 213.653,76 Fr. En el periodo 1897-1910 (año en el que Sauniére deja de contabilizar sus gastos) gasta 148.135,51 Fr. Esto deja un superávit teórico de 65.518,25 Fr. (y decimos teórico porque hay cinco años de gastos no computados, con lo que el superávit real tuvo que ser mucho menor). Si observamos el saldo acumulado, el último importe (marzo de 1910) es de 7.063,95 Fr. a lo que habría que sumar 15.000 Fr. depositados en una caja de ahorros (en marzo de 1901 retira de su contabilidad 20.000 Fr. aunque después retorna 5.000 Fr. de esos 20.000) y eso en unos años en los que estaba en pleno auge de su actividad de vendedor de misas a gran escala. Es fácil comprender porqué murió en la miseria cuando le falló su principal fuente de ingresos.
De los ingresos ya hemos hablado, hora es ya de dedicar unas palabras a las gastos. Dejando aparte los gastos habituales y otros que demuestran que al párroco le gustaba la buena vida (gastos elevados en comida y en bebida -vino y ron-) la parte del león se la lleva su actividad constructora.
En 1888-1897 restauración de la iglesia.
En 1891 instalación del monumento a la Virgen de Lourdes.
También en 1891, cercado del terreno comunal (ya hablamos de ello en la anterior entrega de esta serie) y edificación de una casita en él para que le sirviera de biblioteca y despacho.
En 1897 reparación del muro del cementerio que estaba derrumbado.
También en 1897, reparación del edificio del presbiterio en el que vívía junto con Marie Denarnaud.
En 1900 adquiere los terrenos para sus grandes (y horrorosas) edificaciones posteriores.
En 1901, concluye la construcción de Villa Betania (se ruega no vomitar al ver tan "elegante" palacete. Su teclado se lo agradecerá). Supuestamente iba a ser su residencia, pero nunca llegó a habitar en ella (la verdad, no me extraña).
En 1902-1907 ajardina los terrenos adyacentes lo que le obliga a transportar toneladas de tierra para igualar un suelo muy rocoso y levanta Torre Magdala en la que ubica su despacho y biblioteca, abandonando la casita que construyó anteriormente con ese fin.
Como los edificios (por feos de solemnidad que sean) hay que construirlos, no sorprende que los grandes gastos en su contabilidad correspondan a partidas como piedra, madera, cemento... Si observamos los años de construcción, tendremos una nueva prueba de que no existió el súbito enriquecimiento que algunos atribuyen al párroco de Rénnes. Las grandes edificaciones se van haciendo de forma sucesiva, restauración de la iglesia (1882-1897), restauración del presbiterio (1897), Villa Betania (1900-1901), jardines y Torre Magdala (1902-1907). Es más, si vamos observando distintas partidas podremos comprobar que el padre Berénger era un pésimo pagador. Por ejemplo, en 1895 adquiere artículos de ferretería por valor de 937,38 Fr. Esta cantidad debía ser abonada ¡en cinco años! a partir de 06/09/1896. En 1897 adquiere seis cepillos (para limosna) y una verja. La factura no será saldada hasta 08/08/1903. En 1908 adquiere cuatro librerías para Torre Magdala por importe de 10.000 Fr. Esta factura, directamente, no será nunca terminada de pagar.
Evidentemente, el caso de Berénger Saunière no es el del hombre que partiendo de la nada llega a acumular una inmensa fortuna. Por el contrario, parece la personificación del chiste marxista (de Groucho, no de Carlos) "Partiendo de la nada, hemos llegado a escalar las más altas cimas de la miseria."
Con esto concluímos (por fin, inmensa ovación) el repaso a las cuentas del padre Sauniére. Por desgracia, quedan muchos temas que tratar, así que, como una amenaza bíblica, decimos:
-Continuará-

Sexto misterio jocoso: La cantatrice Calvé

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Dejemos algo tan prosaico como el dinero y ocupémonos de temas más elevados, l´amour, toujours l´amour, cherchez la femme... Antes de que alguien empiece a pensar que me ha dado el ramalazo nostálgico-sentimental y tema que esta historia vaya a entrar en terrenos más almibarados que una canción de Aznavour, aclaro que seguimos con las circunstancias biográficas del padre Saunière. Si hasta este momento habíamos hablado del dinero, ya es hora de que mencionemos el amor (la salud o, más bien, la muerte nos ocupará en las próximas fechas).
Por cierto, si están pensando que el tema es escabroso (los amores de un cura, nada menos) ya les voy advirtiendo que no hay tal. La verdad es que me importa poco si el párroco de Rénnes se enamoró, si consumó relaciones... con una o varias mujeres o con un tercio de la Legión (cabra incluida). Nunca he conseguido entender la afición de algunos al cotilleo sexual histórico (en realidad tampoco comprendo la afición al cotilleo sexual contemporáneo) así que correremos un tupido velo sobre estos aspectos y nos centraremos en el único que es importante para nuestra historia.
Decía D. Lorenzo: "Con Hoffet de cicerone el obnubilado Saunière entró en contacto con diferentes miembros de órdenes ocultistas. Incluso afirman los cronistas que fue durante este periplo cuando el citado acompañante presentó al prelado a la diva de la ópera Emma Calvé, una de las personalidades más célebres de su época, y a su vez miembro de honor de la "Sociedad Independiente de Estudios Esotéricos", fundada por el ocultista Papus." (Pág. 84) y "De hecho, con el paso del tiempo las visitas de la diva a Rénnes-le-Château fueron seguidas, a modo de serial interminable, por todos -que eran muchos- los que conocían de sus supuestos amoríos." (Pág. 85)
El asunto, reconozcámoslo, tiene su morbo. Un cura, una celebérrima soprano, sexo y ocultismo. ¿Hay quién dé más? Sin embargo, lamento tener que ejercer de bromuro y ducha fría porque esta historia, una vez más, no es cierta. Vayamos paso a paso.
Emma Calvé sí estaba muy interesada por el esoterismo. Aquí tienen la prueba. En este diploma honorífico concedido al Dr. Gérard-Anaclet-Vincent Encausse (más conocido como Papus) aparecen, entre otras, las firmas de conocidos ocultistas como Camille Flammarion y Stanislas de Guaita y también (rodeada con un círculo rojo para resaltarla) la de Emma Calvé. Las de los tres presentan las mismas iniciales después de la rúbrica S.I. No se quiebren la cabeza intentando descifrar a qué corresponden esas siglas porque significan Supérieur Inconnu (Superior Desconocido) el grado más alto de la Orden Martinista que el propio Papus había fundado (reorganizado según algunos de sus seguidores incapaces de asumir que un movimiento ocultista no tenga una larga y secreta historia tras de sí). Así que podemos asegurar que Emma Calvé sí estaba relacionada con el esoterismo vía Dr. Encausse. El problema no reside ahí sino en ¿qué tiene que ver Emma Calvé con el padre Berénger?
Como todo hay que decirlo, citaremos a nuestro antiguo conocido Descadeillas que asegura: "no pasaba semana sin que recibiera fastuosamente o presumiera de sus relaciones con Emma Calvet de la Ópera, oriunda del Aveyron, con Dujardin-Beaumetz diputado de Bellas Artes, consejero general de Limoux..." Esto parece cerrar la polémica a favor del Sr. Fernández Bueno, pero ¿es así? Sorprende que Descadeillas siempre tan atento a citar la documentación que avale sus informaciones no lo haga en esta ocasión. La razón es sencilla, no la cita porque no existe. Dejemos que hable Octonovo que está estudiando la correspondencia del padre Sauniére: "Par exemple, une part importante des personnages que l'on considèrent comme liés à l'affaire n'existent pas dans sa correspondance (par exemple, Emma CALVE), alors que ses proches, ceux avec qui il est réellement en relations suivies, sont pour la plupart totalement inconnus (je garde les noms pour l'instant, je travaille dessus)." ("Por ejemplo, una parte importante de los personajes que se consideran relacionados con este asunto no existen en su correspondencia (por ejemplo, Emma Calvé), mientras que sus allegados, con los que mantiene realmente relaciones frecuentes, son en su mayor parte totalmente desconocidos (reservo los nombres por el momento, trabajo sobre ello).") El mensaje original pueden encontrarlo aquí.
En una época en la que la correspondencia era la forma habitual de comunicación, esta ausencia señala que el párroco y la cantante no es sólo que no mantuvieran una relación amorosa o de simple amistad, es que ni siquiera se conocían.
Como pintan bastos para los defensores de esa hipótesis, éstos han tenido que agarrarse a lo que buenamente pueden. Así, como primera "prueba" señalan la existencia de unas fotografías de la diva encontradas en Villa Betania (en la que, por cierto, nunca llegó a vivir el padre Saunière). Lo que se les olvida añadir es que esos retratos no son personales y, ni siquiera, son las típicas fotografías con dedicatoria impresa que las estrellas de antes y ahora enviaban a los admiradores que las solicitaban. Son, por el contrario, cromos que venían de regalo en las tabletas de chocolate Guérin-Boutron. Esto me sugiere una doble reflexión, por un lado el temor a lo que algunos consideran como prueba de un hecho. Tiemblo lo que pueden considerar probado si me encontraran los cromos que tengo de mis años de niñez (también procedentes de tabletas de chocolate) entre los que figura uno de Copito de Nieve, el difunto gorila macho albino del zoo de Barcelona (de verdad que lo de necrófilo, zoófilo, homosexual y racista no va conmigo). Por otra parte, la distancia entre las diversas formas de pensar porque esos cromos me sugieren todo lo contrario. Si la única forma que tenía el padre Berénger de poseer un retrato de Emma Calvé era ésa, es porque no conocía a la diva. Si hubiera mantenido con ella una relación amistosa (o amorosa) tendría fotos más personales.
La segunda prueba a la que se agarran los defensores de tal relación es un corazón con la inscripción Calvet 1891 encontrada en Rénnes-le-Château. Sobre este asunto les dejo un enlace a un artículo de Mariano Tomatis (esta vez es en italiano, pero se entiende perfectamente) sobre esta cuestión que resulta ser una falsificación (no será la última que nos encontremos). En segundo lugar, aunque el verdadero apellido de Emma Calvé era Calvet, ésta firma usando su nombre artístico, no el real (véase el diploma de Papus antes enlazado). Por último, no hace falta ser perito grafólogo para comprender que entre la C mayúscula de su firma y la C del corazón "tallado" no hay el menor parecido.
Así las cosas ¿qué nos queda de la turbia relación entre el párroco y la soprano? Pues una vez más, nada.
-Continuará-

Séptimo misterio jocoso: Ultima necat

Viene de aquí
Pese a que el maestro Borges afirmara aquello de que: "Las pruebas de la muerte son estadísticas y nadie hay que no corra el albur de ser el primer inmortal" si hay algo de lo que podemos estar seguros es que todos recibiremos la visita de Jessica Lange (por si no lo han pillado, recuerden "All that Jazz", el magnífico musical de Bob Fosse). El padre Berénger no fue ninguna excepción a esa ley.
Si su vida, como ya hemos visto, está sujeta a todo tipo de afirmaciones por parte de los escritores esotéricos no debemos pensar que su fallecimiento iba a librarse de especulaciones. El Sr. Fernández Bueno entabla diálogo con su alter ego, el maestro Geoffrey. Entre uno y otro nos brindan unos momentos memorables:
"Otro punto: el sacerdote que acude a administrarle los únicos sacramentos finalmente no lo hace. ¡Cómo lo va a hacer si este tipo no va a morir en realidad! Además, le cuenta sus propósitos en secreto de confesión, con lo cual se garantiza el secreto del mismo.
-Por eso salió de la habitación en la que se hallaba el moribundo afirmando que había oído cosas terribles...
-Claro, es que le contaría cosas terribles que seguramente para un católico convencido le rompía sus esquemas.
-Pero le confesó realmente...
-Sí, y lo hizo bajo secreto de confesión para que el otro no soltara ni una palabra. Era muy inteligente. Y yo creo que más que morir lo que hizo fue empezar otra vida." (Pág. 132)
Pensemos en lo que están diciendo porque el asunto tiene tela. Una habitación, un moribundo y un sacerdote. ¿Cómo pueden saber Vds. o cualquier otra persona qué pasó allí dentro? Pues porque lo revelen los testigos, pero si el moribundo muere ¿quién queda? Obviamente el sacerdote. Entonces podemos suponer que la persona que narra que no se administraron los últimos sacramentos, que el padre Berénger había confesado horribles secretos... fue el cura que le asistió en sus horas finales ¿no? ¿Pero lo hizo? Pues por muchas vueltas que le quieran dar, el padre Rivière, sacerdote en Espéraza, jamás dijo nada de qué sucedió en esa habitación. ¿De dónde surge esta historia?
Escuchemos nuevamente a Descadeillas:
"Una tarde de enero de 1917 en su despacho de Torre Magdala sufrió un ataque. En seguida informó a su colega del curato de Espéraza, un viejo que no mantenía con Berénger Saunière más que unas relaciones bastante frías sube hasta Rénnes para llevar al desgraciado los últimos sacramentos. Encuentra a Berénger Saunière abatido pero lúcido y en condiciones de hablar. Recibe su confesión y algunas horas después Berénger Saunière muere (el 22/01/1917).
El párroco de Espéraza fue el único que conoció el secreto. Jamás salió de su boca una palabra que pudiera poner a un tercero en el camino de la verdad. Pero tenemos este detalle de un sacerdote:
los auxiliares y amigos del párroco de Espéraza, que a partir de aquel día, el viejo párroco no volvió a ser el mismo hombre."
Sin embargo, debemos preguntarnos cuál fue la fuente de Descadeillas para mantener esa afirmación. Nuevamente, el cronista no lo aclara. Así las cosas, podemos preguntarnos si hay forma de saber qué sucedió realmente.
Por de pronto hay que aclarar que Berénger fue enterrado en sagrado después de un funeral religioso oficiado el 24 de enero. Eso supone que el padre Rivière levantó la condena que pesaba sobre él. El cómo, después de eso, puede pretenderse el mantener que no llegó a administrarle los últimos sacramentos es algo que escapa a mi comprensión. ¿Qué hay de la historia de que el padre Rivière no volvió a ser la misma persona? Pues que queda muy impactante, es tan literaria que parece demasiado buena para ser cierta... y no lo es. Aquí pueden encontrar el desmentido de George Boyer que conoció personalmente al padre Rivière.
¿Y lo de que no murió realmente? Pues que quieren que les diga, cuando la hipótesis de Geoffrey-Fernández Bueno se sustenta en:
"Porque eso le pasa el día 17 de enero -sufre una congestión-, y muere unos días más tarde, el 22. Justo con el cambio de solsticio. Esas fechas son especialmente sagradas porque coincide con que culmina en el cielo la constelación de Orión. Orión tiene que ver son Osiris, y este con el resucitado." (Pág. 131), es decir, cuando la hipótesis parte de un error monumental de base, el situar el solsticio de invierno el 22 de enero (en vez de diciembre), no vale nada. No obstante, y por si les quedara alguna duda de la muerte real y nada simbólica del padre Berénger ¿a quién enterraron en su tumba? ¿Un ataúd vacío? Lo siento por los que crean esa posibilidad porque con motivo de una profanación de su sepultura se exhumó el cadáver y se trasladó a una nueva ubicación (14 de septiembre de 2004).
Además, el fallo lógico de lo que dice el "magistral" Geoffrey es tan evidente que casi no necesito señalarlo, pero por si acaso... Supongamos que Vds. van a fingir su muerte (no sé para qué, pero el como suponer es gratis podemos hacerlo). Bien. ¿Qué hacen? Pues llaman a un sacerdote para revelarle no se sabe qué portentosos enigmas bajo secreto de confesión. Eso sí, no se dejan administrar la extremaución porque como no van a morirse de veras... Entonces ¿para qué revela los "portentosos enigmas" aunque fuera bajo secreto de confesión algo que no tenía ninguna necesidad de hacer? Porque los secretos están mucho más seguros cuando nadie (ni siquiera un sacerdote por mucha obligación que tenga de guardar para sí lo que escuche durante la penitencia) los conoce. Si hubiera pretendido convencer a todo el mundo de que moría como un buen cristiano (si no ¿qué pinta ahí el cura?) sí hubiera aceptado los últimos sacramentos. De una forma o de otra, absurdo.
Y es que hay gente que, por desgracia, no deja ni siquiera a los muertos en paz.
-Continuará-

Intermezzo jocoso con ministra "incompetenta"

¿Alguno de Vds. conoce algún país que ofrezca facilidades para naturalizarse? Si es así, por favor, díganmelo. Cualquier cosa parece ser mejor que tener que soportar que la Cultura española esté en las manos en las que se encuentra. Les pongo en antecedentes. Sesión en el Senado. El parlamentario del PP Sr. Van-Halen Acedo interroga a la Sra. Calvo Poyato (ministra de Cultura) por unas declaraciones de ésta en las que culpaba al PP (¿cómo no?) del descenso de espectadores sufrido por el cine español. En su interpelación el Sr. Van-Halen dice lo siguiente:
"Los datos oficiales del ministerio recogen que los filmes que superaron el millón de espectadores fueron más numerosos en la etapa de gobierno del Partido Popular y escasísimos en la etapa de gobierno del Partido Socialista. Centrándonos en el período negro, Calvo «dixit», en el año 2000 dos filmes, «La comunidad» y «Año mariano», superaron cada uno de ellos el millón trescientos mil espectadores. En 2001, año negro también, Calvo «dixit», las cifras fueron de asombro --el mejor año, con mucha diferencia, del cine español--: «Los otros» consiguió 6.242.330 espectadores; «Torrente 2», 5.297.953; «Juana la loca», 1.630.645; «Lucía y el sexo», 1.258.919. El año siguiente, año negro, Calvo «dixit»: «El otro lado de la cama» consiguió 2.726.871; «Los lunes al sol», 1.602.946; «Hable con ella», 1.152.329; «El hijo de la novia», 1.255.150. El último año de gobierno del Partido Popular la cota fue también buenísima: «La gran aventura de Mortadelo y Filemón», 4.979.991; «Días de fútbol», 2.424.949; «Carmen», 1.353.848; «El oro de Moscú», 1.259.269. Voy a sumar para que no se molesten en hacerlo sus señorías. En la última legislatura del PP, los años negros de hostilidad hacia el mundo del cine, Calvo «dixit», los espectadores totales de cine español, en los cuatro años negros, repito, son los siguientes: 2001, 26.205.964; 2002, 19.018.156; 2003, 21.731.317. Me guardo algunas perlas del año 2004 para mi segunda intervención, después de oír a su señoría, porque hay cosas que a usted no le sorprenderán, pero que tienen cierta gracia."
¿Qué reponde la Sra. Calvo Poyato, ministra de Cultura? Pues esto:
"Señoría, usted para mí nunca será Van-Halen «Dixi» ni «Pixi»;"
¿No es maravilloso? La Sra. ministra de Cultura confunde la expresión latina "dixit" (dijo) con el nombre de un ratón de dibujos animados. ¿Ministra de qué? Pues sí, de Cultura. Con un par... de malditos roedores.
Como ya han surgido los típicos corifeos que niegan la autenticidad de esta anécdota tan profundamente reveladora de la incultura (y ya van unas cuantas) de este personaje, me permito colocar el enlace a las páginas correspondientes del Diario de Sesiones para que puedan comprobar por sí mismos que lo anteriormente reproducido es una copia literal. Creo que sobran más comentarios salvo recordar que el pensamiento crítico no sólo es una magnífica herramienta para encarar las afirmaciones esotéricas sino que también es perfectamente válido para las cuestiones políticas.

Intermezzo jocoso: Magneto rex

Reconozco que entre mis múltiples defectos figura el de ser un devorador de comic en general, de la Marvel en particular y de la Patrulla X en concreto. Aclaro, para las jóvenes generaciones, que la Patrulla X es lo mismo que hoy se llama X-Men, de igual forma que Dan Defensor es Daredevil o que La Masa es Hulk. Los que no estén en los 40 (o más) nos permitirán que sigamos empleando esta terminología por nostalgia de aquellos años en lo que éramos tan idiotas (algunos nunca nos curaremos de esa enfermedad) que incluso las publicaciones de Vértice nos parecían una maravilla y eso que eran en riguroso blanco y negro, tenían un formato demencial, se supone que estaban traducidas a algo parecido al castellano y el orden de las historias era algo que brillaba por su ausencia. Todo lo demás (es decir, las portadas de López Espí) estaba bien.
Sin embargo, no se preocupen que esta historia no va a ir por los caminos de la añoranza de la niñez (¿existe algún periodo más jodido?) sino por sucesos contemporáneos de los que podremos extraer alguna moraleja que, les adelanto, será políticamente incorrecta.
Verán, resulta que los guionistas y dibujantes de la Marvel tienen que trabajar para ganarse la vida (gente de medio pelo y no como en España en que los creadores tienen la obligación de trabajar por la "filosa" para que alguien les piratee mientras protesta a voz en grito contra cualquier medida que quiera poner coto a esa evidente injusticia) así que se han puesto manos a la obra (a los lápices). Fruto de su imaginación es esta serie. Hasta aquí todo bien y sin problemas ¿no? No tanto. ¿Se han fijado en esta imagen? ¿No les recuerda a alguien? Por si están un poco despistados, permítanme que les refresce la memoria.
No tengo ganas de poner emoticones, pero imagínense uno de sonrisa sardónica. Je, je... Evidentemente, el dibujante tenía delante la imagen de D. Juan Carlos y la "fusiló" para el dibujo de Magneto como rey de los mutantes (si creen en una coincidencia, fíjense en que el dibujo del fondo es idéntico al de la fotografía). La cuestión, para el que no conozca los cómics de la Patrulla X o las películas inspirados en ellos, es que Magneto es el malo (normalmente, que esto del maniqueísmo en el Universo Marvel no suele estar claro). Vamos, que ya ha habido gente que se ha indignado con este préstamo a la ficción de la imagen real (nunca mejor dicho).
Permítanme una pregunta, ¿qué piensan Vds. de que el jefe de su estado (si son Vds. españoles) inspire la imagen del malo de turno? Puede ser que les parezca una cuestión intrascendente, que les parezca divertido o que les parezca un nuevo insulto de esos malditos yanquis que no paran de jodernos desde que en 1898 nos impidieron seguir explotando a los cubanos que tan felices estaban de ser una colonia española (espero que se entienda la ironía). Incluso puestos a tener memoria histórica, pueden culpar a los yanquis (no sé que pensaran los sureños de que con este apelativo nos refiramos los españoles a los habitantes de todos los EEUU) de su pasividad primero y su colaboración después con la dictadura franquista. Es más, pueden hacerlo mientras recuerdan las pancartas del no a la guerra de Irak enarboladas por los mismos que no perdonan a los estadounidenses que no expulsaran a Franco manu militari. Pura coherencia.
Debo decir que, personalmente, no me parece ningún insulto aunque entiendo que quizás a alguno de Vds. se lo parezca, pero aunque así fuera, ¿creen que lo de Magneto rex es comparable con los insultos que recibe en España el jefe de estado de los USA? Porque por si lo han olvidado el Sr. Bush es el homólogo estadounidense de D. Juan Carlos (bueno, con la nada pequeña diferencia de que el primero lo es por elección democrática). Cuando no se respeta a los demás no tenemos derecho a esperar el respeto ajeno y es que el doble rasero, la ley del embudo o como quieran llamarlo tiene el pequeño inconveniente de que no suele contar con el placet del prójimo (salvo que éste sea más primo que el tres) porque aspira ¡iluso de él! al trato igualitario.
Ya sabemos aquello de "Ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio", pero eso no quiere decir que no caigamos todos en ese error. Pueden reflexionar sobre ello la próxima vez que un informativo español se muestre indignado porque la CNN llama a ETA grupo separatista en vez de banda terrorista para, a continuación, informar de que los insurgentes iraquíes han estrellado un coche cargado de explosivos contra un grupo de civiles.
También pueden pensar sobre ello cuando en blogs dedicados, según sus autores, a la difusión del pensamiento crítico encuentren, por ejemplo, insultos dedicados a escritores esoteristas, a personajes religiosos... y todo ello sin justificación de por qué merecen esos calificativos. Recordar que el pensamiento crítico nada tiene que ver con el insulto no está nunca de más, menos aún cuando se ha abierto recientemente la temporada de caza de Benedicto. Debo confesar que, como ateo, lo único con un nombre similar que me preocupa es un célebre licor que está como Dios (con perdón de los creyentes), pero, la verdad, causa un tanto de vergüenza ajena el leer alguna de las cosas que se han escrito estos días, comenzando por lo de carca, retrógrado, Gran Inquisidor (todo ello, por supuesto, sin haber leído ninguna de las obras escritas por esta persona, sin conocer de él más que tres noticias de prensa...) y terminando por su relación con las Juventudes Hitlerianas cuando era adolescente (el día que empecemos a pensar cuántos políticos, periodistas, intelectuales... ahora vinculados a la izquierda española militaron, en tiempos, en la Falange o dedicaron elogios al Caudillo -como muestra, un botón- podremos valorar ese dato en su justa medida).
Ya les dije que este iba a ser un post políticamente incorrecto. Ahora ya pueden empezar con las acusaciones de facha, meapilas y demás que, la verdad sea dicha, me importan un huevo. Una vez que ya me he desahogado (¿acaso un blog sirve para otra cosa?) sobre los asuntos de actualidad podemos seguir con Rénnes-le-Château y sus misterios, tema que será bastante menos polémico y que, supongo, Vds. agradecerán más.

Octavo misterio jocoso: Par le chemin des parchemins

Viene de aquí
Si hasta el momento nos hemos limitado a hablar de la vida, hechos y "milagros" del padre Berénger para comprobar que el misterioso sacerdote no pasaba de ser un pillo de siete suelas o, si lo prefieren, un pícaro en el peor sentido de la palabra, todavía quedan muchas afirmaciones esotéricas por investigar. Básicamente podemos agruparlas en tres categorías:
A) Los pergaminos que supuestamente encontró el cura y que contendrían la clave de grandes secretos.
B) La enigmática (según los esoteristas) decoración de la iglesia de Rennes.
C) La supuesta tumba de Jesús que se encontraba (fue destruida recientemente) cerca de la localidad francesa.
Todavía podríamos añadir una cuarta relacionada con los misterios sobre María Magdalena pero, como ya veremos, esto está íntimamente relacionado con las tres categorías ya relacionadas, así que, sin mayor dilación, comenzaremos, como ya habrán deducido por el título (parchemins significa pergaminos), por los pergaminos.
El Sr. Fernández Bueno repite la historia que ya contaron Gérard de Sède en "El oro de Rennes" y el trío Baigent, Leigh & Lincoln en "El enigma sagrado". Escuchemos al escritor español:
"Fue en el interior de uno de los pilares visigóticos que sostenían la mesa del altar mayor, que estaba hueco y lleno de hojas secas de helecho, donde dieron comienzo las sorpresas. Al margen de las escorias acumuladas durante siglos, tres recipientes de madera asomaban entre la maleza muerta. Al abrirlos, víctimas de unos nervios incontrolados, los albañiles y Saunière observaron el contenido con ansiedad: en un tiempo pasado alguien, sabiendo la seguridad que otorgaba aquella improvisada "caja de caudales", escondió en su interior varios pergaminos manuscritos con extraños textos." (Págs. 81-82)
El padre Berénger lleva estos pergaminos a París y allí entra en contacto con grupos esoteristas. Cuando regresa de la capital francesa solicita al obispo Billard la suma de 2.000 francos para devolver el préstamo que le había concedido el ayutamiento de Rennes para proceder a la restauración de la iglesia. Ya en el pueblo asegura al alcalde que esos 2.000 francos los había obtenido por la venta de los pergaminos "acaso para ocultar un secreto de vital importancia. Es más que probable." (Pág. 85) ¿Qué secreto era ése? "se dice que dos de los pergaminos eran genealogías, datando una de 1244 y la otra de 1644. Al parecer, los otros dos documentos los había redactado en el decenio de 1780 uno de los predece-sores (sic) de Saunière, el abate Antoine Bigou, y parecían ser textos piadosos en latín, extractos del Nuevo Testamento." (Pág. 82)
Sin embargo no para ahí el misterio. Los dos pergaminos escritos (supuestamente) por el padre Bigou ocultaban sendos textos cifrados que según Baigent, Leigh & Lincoln eran los siguientes:
"Bergère pas de tentation que Poussin Teniers gardent la clef pax DCLXXXI par la croix et ce cheval de Dieu j´acheve ce daemon de gardient à midi pommes bleues." [1]
"À Dagobert II Roi et à Sion est ce trésor et il est là mort." [1]
o lo que es lo mismo en castellano:
"Pastora ninguna tentación que Poussin y Teniers tienen la clave paz 681 por la cruz y este caballo de Dios destruyo este demonio de guardián al mediodía manzanas azules."
"A Dagoberto II Rey y a Sión pertenece este tesoro y él está allí muerto."
Si se están preguntando porqué hago la cita de la obra original en vez de incluir la que reproduce el Sr. Fernández Bueno en la Pág. 90 la explicación es sencilla, la de éste contiene errores de transcripción que la hacen ininteligible.
A lo que importa, ¿qué quiere decir ese galimatías? Los iniciados en los supuestos misterios de Rennes pueden apuntar algunas respuestas. El padre Berénger adquirió copias de dos cuadros, uno de Poussin "Los pastores de Arcadia" y otro de Teniers "San Antonio ermitaño". Ambos son las claves que permiten entender el secreto. El primero muestra un monumento con la inscripción "Et in Arcadia ego..." (Y yo en la Arcadia...) semejante a una tumba que se encontraba cerca de Rennes. Por otra parte, un texto cifrado incluido en la segunda lápida sepulcral de la dama de Blanchefort contenía (ambas lápidas fueron destruidas por el padre Berénger) ese mismo texto: "Et in Arcadia ego..." El cuadro de Teniers representa a San Antonio o San Antón en cuya festividad (17 de enero) se produce un curioso efecto óptico en la iglesia de Rennes, la luz solar que atraviesa una vidiera crea en las paredes del templo tres esferas de color azul. A esto se le conoce en la localidad como "les pommes bleues" (las manzanas azules). Por otra parte, en la misma iglesia se conserva una escultura del diablo Asmodeo al que la demonología le atribuye el papel de ser el guardián de los tesoros. Así pues, tenemos que el secreto pasa por la simbología de la iglesia y por la tumba cercana. Combinando ambas cosas tenemos que:
"para aquellos "locos" de la verdadera "historia", la última morada de Jesús de Nazaret, quien en su apresurada huida de la tierra que le vio nacer, pudo arribar a las costas francesas en compañía de su esposa, María Magdalena." (Pág. 92) Es decir, que el cuerpo de Jesús se encontraba no en el Cielo como creen los cristianos sino en una tumba cercana a Rennes (por cierto, ¿no estaba en Cachemira? Curioso ejemplo de bilocación...)
Hasta aquí, por supuesto, nos hemos limitado a reproducir las afirmaciones esotéricas, comencemos su crítica. Por de pronto, les pido que recuerden que los pergaminos supuestamente fueron escritos en la década de 1780 por el padre Bigou. Ya veremos el porqué eso tiene una importancia capital. Siguiendo nuestra tradicional pregunta ¿qué hay de cierto en ello? Pues casi nada (a estas alturas de la "película" seguro que no les sorprende lo más mínimo).
¿Encontró unos pergaminos el padre Saunière? Pues tal vez sí, pero ni siquiera eso es seguro. Nuestro viejo conocido Descadeillas dice lo siguiente:
"Parece -numerosos testigos viven aún, y son formales- que se dice que, empotrada en el entablamento, se descubrió una cavidad llena de helechos secos, en medio de ella se veía 2 o 3 rollos de madera y algunas joyas de aspecto extraño; se trata de pergaminos de los que el párroco se apodera. Dice -es un testigo el que habla- que iba a traducirlos si podía.
El alcalde, informado del hecho, pide la traducción al sacerdote; éste le confía una traducción manuscrita. El texto traducido se refería, parece ser, a la construcción de la iglesia y las herramientas. No se sabe que sucedió con este documento."
La cautela que adopta el cronista ante lo que le están diciendo los testigos está clara (parece, se dice...) aunque también señala que las personas son formales. La razón para ello, posiblemente, es que había demasiadas historias sobre qué encontró el padre Berénger. También dice:
"Una hermana de leche de la criada del párroco, que vive aún, no oculta que, cuando reparaba la iglesia, el sacerdote habría encontrado una olla llena de monedas de oro."
Aparte de la credibilidad que queramos dar o no a estos testimonios (y no hay otra cosa que sostenga la historia de los pergaminos) las restantes afirmaciones esotéricas no hay por dónde agarrarlas. Ya contamos en otra ocasión, aquí y aquí, que los pergaminos en los que basaron de Sède primero y, después, Baigent, Leigh & Lincoln eran una falsificación reconocida por sus propios autores, así que poco nos queda por añadir.
Sin embargo, hay un par de cuestiones en los artículos antedichos que deben ser corregidas porque son erróneas (también me equivoco, por si tenían dudas sobre ello). La primera concierne al pilar visigodo. Aunque fue completamente modificado en fecha reciente sí era antiguo. La segunda corrección, la primera lápida de Marie de Negre, dama de Blanchefort, también es auténtica. Aunque ambos puntos no tengan importancia para la argumentación (el que el pilar exista no quiere decir nada sobre si es cierto o no que se encontrara algo dentro; la lápida importante por contener el mensaje cifrado de "In Arcadia ego..." es la segunda) no está de más el entonar el mea culpa y rectificar los propios errores.
Si se están preguntando las razones para esta rectificación, pueden encontrarlas aquí. Les traduzco los párrafos significativos:
Destacamos aún, en otro jardincito, un pedestal de piedra que sustenta una Virgen; este pedestal, muy antiguo y de buena factura, ha sido retocado con el pretexto de darle más relieve, por el contrario, el operario ha hecho perder a la escultura toda nota artística y arrebató lo precioso de esta pieza antigua.
Una visita al cementerio nos hizo descubrir en un rincón una larga lápida, rota por la mitad, en la que se puede leer una inscripción muy groseramente labrada.
Esta lápida mide 1,30 m por 0,65 m.
El primer párrafo se refiere al pilar confirmando tanto su antigüedad como el que había sido modificado por completo y el segundo a la primera lápida de Marie de Negre cuyo texto reproduce. Por cierto, y ya que andamos con rectificaciones, no estaría mal que los escritores esotéricos tomaran nota de que en 1905 la lápida de Marie de Negre no sólo existía sino que todavía era legible. A ver si así dejan de afirmar que la destruyó el padre Saunière diez años antes para ocultar las pistas del "secreto".
El texto antedicho es importante (aparte de por arrojar luz sobre estos dos extremos) por otra cuestión. No sabemos si el padre Berénger encontró o no los famosos pergaminos (sí lo estamos de que su contenido nada tenía que ver con las afirmaciones esotéricas puesto que éstas se basan en una falsificación) pero, si lo hizo, ¿qué sucedió con ellos? La respuesta, por desgracia, es que posiblemente se perdieran dado el desinterés del padre Berénger por las antigüedades. Ya hemos visto que los excursionistas que dejaron el relato de su viaje a Rennes se indignaron por el retallado del pilar visigodo. No fue la única ocasión en que lo hicieron. También informan que la célebre losa de los caballeros carolingia se encontraba a la intemperie en un jardín en el que se usaba como peldaño de escalera. Vistos los antecedentes, es de temer por el destino de los pergaminos (si es que realmente existieron).
Volveremos sobre alguno de estos extremos con nuevas pruebas de que el contenido de los pergaminos es más falso que una moneda de siete euros cuando hablemos de la decoración de la iglesia de la Magdalena. Hasta entonces ¡Castilla entera/ se siente comunera! (Hoy es Villalar, por si se preguntan a qué viene ese pareado horroroso)

NOTA:
[1] El enigma sagrado. M. Baigent, R. Leigh & H. Lincoln. Traducción por Jordi Beltrán. Ed. Círculo de Lectores por cesión de Martínez Roca S.A. Barcelona, 2001. Pág. 28

-Continuará-