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Escritos desde el páramo

En busca del chocolate del loro: Orión y otras hierbas (VI)

Viene de aquí
Después de tan magnífico "peñazo" sobre los Textos de los Pirámides que el particular dúo formado por los Sres. Bauval y Sierra pretende esgrimir como prueba de la teoría de Orión, podemos volver al libro que nos ocupa. Tras su incursión (lamentable) por los TP, D. Javier decide hablar de los llamados Conductos estelares, nuevamente con bastante poca fortuna. Dice el escritor de temas esotéricos:
"Algo así cree Robert Bauval que, además, pronto sumó a su teoría los hallazgos realizados en 1964 por el egiptólogo Alexander Badawy y la astrónoma Virginia Trimble. Los descubrimientos de esta pareja en las pirámides se ajustaban como un guante a las nuevas ideas de Bauval." (Pág. 30)
Por supuesto, los descubrimientos de Badawy & Trimble no se ajustaban como un guante, media ni calcetín a las ideas de Bauval sino que, en todo caso, sería justo al revés (y tampoco). Los artículos titulados "Astronomical Investigation Corcerning the So-called Air-Shafts of Cheops´ Pyramid" (Virginia Trimble) y "The Stellar Destiny of Pharaoh and the So-called Air-Shafts of Cheops´ Pyramid" (Alexander Badawy) fueron publicado en Mitteilungen des Instituts für Orientforschung en 1964 (para ser más precisos, en el Vol. 10 -1964- Págs. 183-187 y 189-206) como dice el Sr. Sierra, es decir, preceden en veinticinco años a la teoría de Bauval sobre la correspondencia entre las pirámides de Giza y Orión que data de 1989 ("A Master-Plan for the Three Pyramids of Giza Based on the Configuration of the Three Stars of the Belt of Orion." Discussions in Egiptology nº 13 -1989- Págs. 7-18). Aclarado este punto, podemos centrarnos en lo realmente importante, ¿los trabajos de Trimble & Badawi apoyan las teorías posteriores de Bauval? Para obtener una respuesta a esta pregunta, como viene siendo habitual, debemos aclarar algunas cuestiones previas comenzando por ¿de qué estamos hablando al referirnos a los "conductos estelares"?
Aunque sea algo conocido, no está de más recordar que la pirámide de Jufu presenta tres cámaras, una subterránea y dos por encima del nivel del suelo conocidas como Cámara de la Reina y Cámara del Rey. En esta última es en la que aparece el sarcófago del horus Jufu. Además es la única cámara que está acabada lo que se ha venido interpretando tradicionalmente como fruto de un replanteo en las obras (básicamente, esa teoría supone que, conforme avanzaban las obras, Jufu o el príncipe Hemiunu decidieron situar la cámara sepulcral en un lugar cada vez más elevado abandonando las que estaban previstas en un primer momento que cumplieran esa función. -A título personal no comparto para nada esa hipótesis, ya iremos viendo el porqué-).
Dos de estas cámaras, la del Rey y la mal llamada de la Reina (decimos que ese nombre es incorrecto porque nunca tuvo ese destino ya que las esposas de Jufu fueron enterradas en sus respectivas pirámides situadas junto a la Gran Pirámide) presentan unas oquedades en dos de sus paredes que se comunican con sendos conductos. Para ser más precisos, los datos relativos a estos canales son los siguientes:
Cámara del Rey
Conducto norte: 21x14 cms. Pendiente de 32º 36´ 08"
Conducto sur: 18x14 cms. Pendiente de 45º 00´00"
Cámara de la Reina
Conducto norte: 21x21 cms. Pendiente de 39º 07´ 28"
Conducto sur: 22x21 cms. Pendiente de 39º 36´ 28"
Anadiremos que los conductos que partían de la Cámara de la Reina estaban taponados tanto en la propia cámara como a 63,4 metros de su inicio. De hecho, no se supo de su existencia hasta 1872 cuando fueron encontrados por W. Dixon. Por el contrario, los conductos de la Cámara del Rey comunican con el exterior de la pirámide aunque la pérdida del revestimiento de la construcción hace que no podamos saber si atravesaban éste.
El desconocimiento de su función hizo que se les conociera como "respiraderos" aunque eso es algo absurdo tanto por el hecho de que estamos hablando de una tumba (¿para qué sirve un respiradero en un lugar que no está destinado a recibir la visita de nadie vivo?) como por el hecho de que los supuestos "respiraderos" de la Cámara de la Reina estaban cegados y no comunicaban con el exterior del edificio así que mal podían servir para ese fin.
Aunque de momento se ignoraba en qué lugar y cómo estaban taponados los conductos de la Cámara de la Reina (esas preguntas no tendrían respuesta hasta 1993 para el conducto sur y 2002 para el conducto norte) Badawi buscó una explicación creíble y la encontró en las estrellas. Supuso que esos conductos apuntaban a determinadas estrellas (es decir, a las posiciones que ocupaban en torno al año 2660 A. de C.). Sus cálculos y los de Trimble señalaron las siguientes correspondencias:
Conducto norte de la Cámara del Rey: Estrella Alfa Draconis (es decir, la estrella Alfa de la constelación del Dragón)
Conducto sur de la Cámara del Rey: Orión.
Conducto norte de la Cámara de la Reina: Osa Menor.
Conducto sur de la Cámara de la Reina: Sirio.
Estas estrellas o constelaciones son viejas conocidas para los que hayan tenido el humor de leer los Textos de las Pirámides. Alfa del Dragón era entonces la estrella polar, es decir, una de las Estrellas Imperecederas. La Osa Menor es otra de las estrellas circumpolares y, por tanto, está también relacionada con el Cielo de Ra. Orión y Sirio ya los hemos encontrado en relación con la Duat. Así las cosas, parece que está claro que los trabajos de Badawi y Trimble suponen una base para la teoría de Bauval ¿no? Pues no.
Lo malo de las palabras es que pueden dar lugar a equívocos cuando se usan con falta de precisión. Hemos respetado la traducción habitual en los TP de "Orión", una palabra que, evidentemente, no fue empleada por los egipcios. El nombre que figura en los TP es S3h, literalmente "estrella del dedo del pie". Para Badawi, esa palabra no designaba a la constelación de Orión sino sólo a una de sus estrellas, la más brillante, Alfa Orionis o Betelgeuse. Sin embargo, Badawi incurrió en un error, considerar que la estrella Alfa Orionis es la estrella más brillante de esa constelación. En realidad, ese "honor" le corresponde a Beta Orionis o Rigel. Si aceptamos que Orión dibuja una figura humana, Betelgeuse correspondería a uno de los hombros, pero Rigel sería uno de los pies (recuérdese el significado exacto de S3h). Por ello (y por otras razones como son las representaciones del cielo en algunas tumbas) se viene considerando por expertos en los conocimientos astronómicos de los antiguos egipcios que S3h debe identificarse con Rigel, no con toda la constelación de Orión. Así pues, mal puede pretenderse que el trabajo de Badawi apoyaba la idea de que las pirámides de Giza dibujan en la Tierra el Cinturón de Orión cuando, en realidad, él entendía que los egipcios se referían a Betelgeuse, estrella que nada tiene que ver con el asterismo del Cinturón.
Volvamos a los canales estelares. Hemos indicado sus medidas y su pendiente, así como las estrellas a las que supuestamente apuntaron en la época en que fue construida la Gran Pirámide. Sin embargo, eso debe ser puntualizado tanto en lo que respecta a los propios conductos como a las estrellas. Por de pronto, los dos canales norte (tanto el que nace en la Cámara del Rey como el de la Cámara de la Reina) no son rectos. La razón para ello es que deben sortear la Gran Galería (por si tienen alguna duda de a qué nos referimos, en la página de Rudolf Gantenbrink podrán encontrar diagramas (hacemos la salvedad de que no incluyen información obtenida después de sus propios trabajos sobre el tema) y textos al respecto. Además, los cuatro comienzan con un tramo horizontal y los dos que nacen en la Cámara del Rey, antes de desembocar en el exterior de la pirámide, vuelven a la horizontalidad inicial. ¿Hasta qué punto, por tanto, podemos sostener que apuntan hacia una estrella (o constelación) en concreto?
Por otra parte, si bien la estrella polar permanece aparentemente estable (es decir, que ocupa un mismo lugar en el firmamento) no sucede lo mismo ni con Sirio ni con las estrellas que forman Orión cuya localización depende de la fecha y la hora en la que observemos el cielo desde un lugar determinado. Por tanto ¿a qué nos estamos refiriendo al decir que un determinado canal apunta a Sirio o a Orión cuando desconocemos a qué fecha exacta nos tenemos que ceñir? No supone esto que la teoría estelar sea descartable sin más, pero sí significa que debe ser tomada con precaución, al menos en lo que se refiere a correspondencias con estrellas concretas.
No obstante, posiblemente sí se trata de conductos estelares (la verdad es que cualquier otra función que pudiéramos proponer es difícilmente defendible) aunque estemos muy lejos de saber qué papel concreto desempeñaban en las creencias de la época más allá de que pretendían facilitar el viaje del faraón al cielo estrellado. Los interrogantes que nos plantean no están resueltos y tal vez no lo estén nunca. Aunque esto ya no tenga nada que ver con los Sres. Bauval y Sierra creo que el tema resulta interesante por sí mismo, así que añadiremos alguna información más a las ya señaladas.
Dijimos que la duplicidad de los corredores y la triplicidad de las cámaras es, para algunos, prueba de sucesivos cambios de planes en la obra. No puedo estar de acuerdo con esa interpretación puesto que, de acuerdo con los conocimientos actuales, los conductos que parten de la Cámara de la Reina se siguieron elaborando cuando ya se había construido la Cámara del Rey. Aunque, por desgracia, es frecuente encontrar en los libros sobre el tema unos planos que muestran que los canales de la Cámara de la Reina se detienen a la altura de la Cámara del Rey (algo que sólo era defendible antes de la investigación con robots de los conductos) la realidad es que el canal sur se detiene a la altura de las cámaras de descarga y el norte un poco más abajo (aunque ambos tienen la misma longitud, los rodeos del conducto norte para evitar la Gran Galería producen ese efecto). Debemos señalar que los planos que contiene la página de Gantenbrink si bien están actualizados en cuanto concierne al canal inferior sur no lo están en cuanto se relaciona con el conducto inferior norte. ¿Por qué, entonces, esa duplicidad? Lo ignoramos. Tal vez la respuesta esté en la existencia de las dos cámaras. Si bien en la Cámara del Rey se encuentra el sarcófago de Jufu, en la Cámara de la Reina es posible que lo que hubiera fuera una estatua del faraón (hay en ella un nicho que es probable que tuviera ese fin). Si esto fuera así, nos permitiría encontrar un antecedente en la pirámide escalonada de Zoser, la primera pirámide egipcia, en la que por un lado está la cámara sepulcral y por otro el serdab, una pequeña construcción adosada a la pirámide en la que se encontraba (hoy ocupa su lugar una copia, el original está en el Museo de El Cairo) una escultura del faraón. Dos pequeños orificios en la pared norte servirían, posiblemente, para que el ka del difunto pudiera contemplar las Estrellas Imperecederas, la meta de su viaje de ultratumba. Todo ello, por supuesto, debe ser planteado como mera hipótesis dado que no hay pruebas de que tal escultura existiera realmente.
No es éste el único problema que plantean los canales estelares. Ya dijimos que sólo en fechas recientes se ha adquirido información precisa sobre ellos. El proceso que llevó a su investigación es curioso. La afluencia de visitantes había producido un aumento de la humedad existente en el interior de la pirámide que estaba provocando problemas con la sal (el aumento de la humedad supone la disolución de la sal y su filtrado al interior de las piedras. La evaporación del agua deja la sal en el interior de los sillares lo que amenaza con su degradación). Para evitarlo, las autoridades egipcias pensaron en emplear los "respiraderos" como tales, instalando ventiladores en su interior. Para ello, encargaron las tareas previas al Instituto Arqueológico Alemán de El Cairo que, a su vez, recurrió a un especialista en robótica, Gantenbrink, dada la imposibilidad de que una persona pudiera trabajar en el interior de los conductos (recuerden sus dimensiones). Gantenbrink creó dos pequeños robots, el Upuaut 1 y 2. Este segundo mecanismo fue el que en 1993 descubrió en el canal inferior sur la llamada puerta de Gantenbrink. El conducto estaba cerrado por una losa que presentaba una especie de asidero metálico y señales de un segundo (que se había desprendido y estaba caído en el propio canal). Dejando aparte la cantidad de chorradas que en su día fueron pronunciadas, la realidad es que el tema degeneró en la habitual trifulca entre organismos (el Consejo Superior de Antigüedades -es decir, su mandamás Zahi Hawass- no concedió autorización para nada más al Instituto Arqueológico Alemán pretextando su poca disposición a investigar sobre este tema. El intento de Gantenbrink de proseguir a título personal fue también denegado porque el CSA no concede permisos a particulares, sólo a instituciones). Gracias a unos y otros y, posiblemente, al afán de protagonismo del egiptólogo egipcio (que es un magnífico arqueólogo pero al que le gusta ser la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto en el entierro) la puerta de Gantenbrink se quedó esperando una nueva investigación durante nueve años. Señalemos también que Upuaut 2 fue incapaz de superar los recodos del canal inferior norte que continuó tan desconocido como antes.
Todo esto dio pie (¿a que no les sorprende?) a las habituales acusaciones de ocultación, de no querer investigar lo que, sin duda, iba a demostrar la existencia de cámaras secretas en la Gran Pirámide, habitaciones que ocultaban tesoros impresionantes (piensen en el ajuar funerario de un faraón de "medio pelo" como Tut-Anj-Amón e imagínense lo que pudo ser el de Jufu), papiros que desvelarían misterios de toda clase... y, si me apuran, un par de platillos volantes o una teta disecada de Agustina de Aragón.
Finalmente en el año 2002 Zahi Hawass decidió que había que dar una solución a este tema (y esta vez, por supuesto, con él de protagonista) y recurrió a la National Geographic Society que diseñó un nuevo robot, el Pyramid Rover. Por fin, el 17 de septiembre de 2002 el robot perforó la puerta de Gantenbrink e introdujo una cámara por el orificio con la televisión como testigo. El resultado lo recuerdan todos Vds. Tras la puerta había una nueva losa esta vez sin asideros. Ni habitaciones secretas, ni tesoros ni papiros. Eso sí, en medio de la sensación de fiasco (entiéndase de fracaso para los que se creyeran esas afirmaciones) pasó casi desapercibida la noticia de que el Pyramid Rover también exploró el canal inferior norte y se encontró a 63,4 metros una puerta idéntica a la de Gantenbrink y que en este caso conservaba en su sitio los dos pasadores metálicos. Quedó así demostrado que ambos corredores eran mucho más largos de lo que se creía y que habían sido terminados de la misma forma, pero ¿qué demonios significan esas puertas?
La explicación tal vez (nuevamente, entiéndase esto como mera hipótesis) esté en los TP:
"Se abren las Puertas del Horizonte, se corren los cerrojos." (Declaración 220, Pág. 46)
"Las puertas del cielo están abiertas a ti, los grandes cerrojos están descorridos para ti,..." (Declaración 355, Pág. 100)
Serían, por tanto, una representación simbólica de las Puertas del Horizonte, con sus pasadores pero sin cerrojos, señal de que están abiertas para el horus.
Si faltaba algo más para alimentar el misterio, cuando Dixon abrió por vez primera los canales inferiores, en el canal norte encontró tres objetos, un gancho de bronce, un trozo de madera y una bola de piedra. Aunque en un principio se creyó que eran meros objetos abandonados por los constructores, hoy que sabemos el cuidado con el que se construyeron y se remataron esa explicación resulta difícilmente creíble pero ¿qué son? El hecho de que la madera continúe aún hoy perdida (aunque se cree que está entre los fondos del Marischal Museum de Aberdeen no ha podido ser localizada) no facilita la respuesta. Tal vez la bola de piedra sea parte de la maza que figura en varios de los TP como uno de los atributos del poder real en el Más Allá junto al cetro, pero ¿qué se supone que es el gancho metálico? Misterio.
Ajeno a todo ello y no viendo más que una confirmación a su teoría (¿?) Bauval se lanza a tumba abierta con la inestimable colaboración de Graham Hancock. Si hasta el momento, la hipótesis de Orión era plausible ya que no correcta, ahora entraremos en los dominios del disparate, pero eso se merece una nueva entrada.
BIBLIOGRAFÍA:
Las citas de los Textos de los Pirámides proceden de la edición y traducción realizada por Francisco López y Rosa Thode. Edición electrónica que pueden encontrar aquí.
Sobre Badawi y su identificación de la "Estrella del dedo del pie" pueden consultar el artículo Osiris and Orion de John Legon.
Sobre los conductos estelares, pueden consultar el artículo Lo más pequeño de la Gran Pirámide: Conductos de ventilación, puertas y cámaras. de Alfonso Martínez que, además de un texto muy comprensible y bien documentado, está ilustrado por magníficas fotografías.
Además, resultan interesantes las obras "Historia de las pirámides de Egipto" de José Miguel Parra. Ed. Complutense. Madrid, 1997 y para los últimos descubrimientos "Tesoros de las pirámides" de Zahi Hawass et alii. Traducción de Sonia Fernández Afuera. Ed. Círculo de Lectores por cesión de White Star S. r. l. Italia, 2003.

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