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Escritos desde el páramo

Decimotercer misterio jocoso: Heterodoxos de verdad (XVIII)

Viene de aquí
Con mi habitual optimismo, pensé que con esto nos íbamos a librar del camarada Rahn para los restos, pero eso era sólo una ilusión que no tardaría en desvanecerse. El Sr. Fernández Bueno parece empeñado en seguir los pasos del alemán (entiéndase: los pasos "literarios" e "investigadores" exclusivamente) y acaba empantanado tanto metáforica como físicamente.
Lo primero se traduce en nuevas muestras de ese peculiar estilo ¿literario? para el que propongo, por obvias razones, el nombre de cursiblog. Veámoslo:
"El astro rey coronaba la bóveda celestial, porque en este lugar lo divino y lo humano se fusionaba en una miscelánea de proporciones sagradas que iba más allá de copas crísticas, nazis curiosos y monarcas ávidos de poder. El paraje en sí era diferente, estaba revestido de la magia que los ancestros reservaron para los pilares de la Tierra, y este, al menos ese día, parecía uno de ellos..." (Pág. 193)
Zzzzzrrrrrr... ¿Qué? Ah, perdón. Decía que lo segundo conduce a nuestro osado investigador a terminar, literalmente, chapoteando en la mierda:
"El chirriante estruendo de un tren al pasar no pudo eliminar sin embargo el desagradable chapoteo de mis pies al pisar la improvisada piscina natural de barro y estiércol que copaba un amplio sector del terreno, pues aquello más que charco era embalse." (Pág. 194)
No, no voy a hacer ningún comentario sarcástico. Me lo ha puesto tan fácil que, la verdad, no obtendría ningún placer en ello. En fin, otra vez será.
Que D. Lorenzo sufra tamañas desventuras por ir a visitar la gruta de Lombrives, por aquello de que Otto Rahn creyó que allí podría estar escondido el Grial, es un esfuerzo inútil. Ni Rahn encontró el Grial ni lo hace el Sr. Fernández Bueno, entre otras cosas porque se limita a hacer el recorrido turístico por la cueva. Como la no búsqueda del no Grial que no tuvieron los cátaros no da resultado alguno, D. Lorenzo, por aquello de añadir misterio tras misterio, repite la historia de que Otto Rahn no murió en 1939 sino que su muerte fue fingida por el régimen nazi. Según estas afirmaciones, Otto Rahn se sometió a cirugía estética, cambió su nombre por el de Rudolf Rahn y murió en Madrid en 1975. El único problemilla es que ni explica el porqué ese cambio de identidad, tampoco ofrece ninguna prueba de ello y prescinde de algunos "detallitos" como el que Rudolf Rahn (que fue un diplomático alemán) publicó sus memorias y en ellas se olvidó de señalar la pequeña circunstancia de que él no era realmente él.
Con esto vamos llegando al final de capítulo dedicado a los cátaros, pero antes aún hay tiempo para añadir una última vuelta de tuerca particularmente risible, la teoría según la cual el Santo Grial sería en realidad la Sang Réal, la Sangre Real, un supuesto linaje nacido del matrimonio entre Jesús y María Magdalena según unos y, según otros, de David, rey de Israel. Si el tema ya de por sí es bastante ridículo lo es aún más cuando se involucra como custodios de tal secreto a los cátaros. Ya dijimos lo que éstos pensaban sobre el mundo material (obra diabólica y por tanto imperfecta y corrupta) y sobre la procreación (que suponía aumentar el número de almas puras encarceladas en la materia impura y que por ello era reprobable. Tanto es así, que los Perfectos estaban obligados a una estricta castidad). Si a ello unimos que consideraban que el Antiguo Testamento no tenía ninguna autoridad y su docetismo (el que creyeran que Jesús nunca fue una persona real) ¿pueden encontrar algún colectivo que tuviera menos interés en el supuesto Grial, tanto en sus modalidades de objeto material como de dinastía davídica o de descendencia de Jesús?
El reparto de papeles que realizan los escritores esotéricos es tan claro como falso, una Iglesia católica empeñada en destruir el secreto del Grial mientras la iglesia cátara hace lo posible para mantenerlo a salvo. Juguemos a aceptar hipótesis y ver sus resultados. Supongamos que esta historia del Grial como Sangre Real de la supuesta descendia de Jesús fuera cierta y se hubiera hecho pública ¿qué habría pasado? Si fuera un hecho que Jesús y María Magdalena hubieran tenido hijos, la Iglesia católica habría tenido que afrontar problemas de orden práctico. Por ejemplo, se habría quedado sin argumentos válidos para defender el celibato sacerdotal, habría tenido que ver la sexualidad de otra manera, y, tal vez, hubieran surgido dudas acerca de si la cabeza real de la Iglesia tendría que ser el Papa o el heredero de la Sangre Real, pero no hubiera tenido que cambiar ningún dogma fundamental del cristianismo. Olvidémonos de los aspectos escabrosos y escandalosos del tema, para la Iglesia Católica en Jesús se reunieron dos naturalezas distintas, la humana y la divina y ambas eran igualmente reales. Por tanto, nada impide que Jesús pudiera casarse y tener hijos que, por supuesto, sólo lo serían de su parte humana. Sin embargo, para la iglesia cátara una descendencia de Jesús hubiera mandado a hacer puñetas su docetismo. Jesús no podría seguir siendo considerado como una mera apariencia, como una especie de fantasma sin cuerpo real. De ahí se hubiera derivado que la materia no podía ser demoníaca puesto que Jesús había sido hombre realmente, es decir, que se había encarnado realmente.
Si tal caso hubiera llegado a plantearse (que no lo hizo) los católicos hubieran tenido problemas pero éstos hubieran sido perfectamente subsanables desde el punto de vista de su propia teología. Para los cátaros hubiera supuesto, por el contrario, el fin de su iglesia.
¿Y si la Sangre Real fuera realmente la pervivencia del linaje davídico? Pues esto, como mucho, hubiera creado problemas al poder civil (por el supuesto problema de la legitimidad monárquica) pero ninguno a la Iglesia católica. La iglesia cátara posiblemente no hubiera hecho ni caso a este tema.
Una vez que hemos hecho esta breve introducción general al tema (después tendremos ocasión de desarrollar alguno de sus aspectos), podemos ir a las afirmaciones particulares.
"En el año 1898 E. Weschler aseguró, ante la mirada escéptica y en ocasiones malencarada de la Iglesia hacia el mito del Grial, que "a pesar de su carácter decididamente religioso, la leyenda griálica no fue reconocida por la Iglesia ni por el clero. Ningún escritor religioso nos habla del Grial. En la literatura religiosa que ha llegado hasta nosotros, en ningún lugar hallamos, ni siquiera como recuerdo, el nombre del Grial, con excepción del cronista Elinando. Sin embargo, sus autores no pudieron ignorar el maravilloso relato del símbolo de la fe. Ellos deben haber urdido más bien en torno a la leyenda una conjura de silencio"." (Págs. 200-201)
Permítanme comenzar señalando, una vez más, las contradicciones en las que incurre D. Lorenzo ¿a qué viene esa cita si, según él, tanto Kyot como Eschenbach eran templarios? No obstante como el uno posiblemente ni existió y el otro de templario no tenía nada, pasaremos a contestar a Mr. Weschler. Evidentemente está mezclando dos cosas, el ciclo del Grial y el cáliz de la Última Cena. Sobre lo primero, la Iglesia no tenía nada que decir porque estamos hablando de novelas de caballerías que resultaban, para la mentalidad eclesiástica de entonces, poco edificantes. Basta con leer el "Parzival" para encontrar una violencia continua incluso salpicada de detalles sádicos y escabrosos (la lanzada en los cojones que padece Anfortas) además de escenas sexuales que hoy, posiblemente, no escandalican a nadie, pero que la Iglesia del S XIII tenía que considerar como pecaminosas porque Eschenbach asume que el destino natural de un hombre y una mujer que se desean es acabar en el catre. El que estén o no casados, es un pequeño detalle que no impide tan sano y "deshonesto" ejercicio. Lo que realmente sería sorprendente, por tanto, es que la Iglesia hubiera participado en la propaganda de estos poemas y novelas.
Otra cosa bien distinta es el cáliz de la Última Cena al que pronto, como ya vimos, se identificó con el Grial. Sobre esta reliquia (o estas reliquias porque hay varias para elegir) sí escribieron los autores eclesiásticos y no sólo eso, porque también fue mostrado en iglesias y catedrales para su pública veneración (Valencia, Génova, O Cebreriro...) con el visto bueno de la Iglesia que ha llegado hasta nuestros días cuando Juan Pablo II celebró la eucaristía en Valencia con el (supuesto) Santo Cáliz que se conserva en esa catedral. Así pues, la Iglesia no apoyó los relatos caballerescos (tampoco los prohibió lo que es increíble si realmente hubiera existido una conspiración de silencio) pero sí el mismo símbolo religioso en el que se basaban.
Incluso si quisiéramos ver intereses ocultos en la posición eclesiástica, había para ello una causa válida que no involucra para nada el tema de la Sangre Real. En los relatos del ciclo del Grial aparece pronto con una importancia destacada la figura de José de Arimatea. En Inglaterra existió durante algunos siglos (al menos entre los S IV-VII) la herejía del Pelagianismo. Aunque lo que Roma calificó como tal era la consideración de que la conducta moral del individuo era suficiente para la Salvación y que, por tanto, el sacrificio de Jesús no había sido necesario, el Pelagianismo tenía también afirmaciones de carácter nacionalista como el presentar a la iglesia de Inglaterra como creada por José de Arimatea. El dar el visto bueno a unos relatos que decían lo mismo (o algo parecido) ¿no podría ayudar al resurgimiento de esta herejía?
Prosigue D. Lorenzo:
"El monarca David fue el primero del linaje, y solo tenemos que echar un vistazo a la Biblia para conocer la línea sucesoria hasta llegar a la figura de Jesús, hijo de María y José." (Pág. 201)
Me permito recomendar al Sr. Fernández Bueno que eche más de un vistazo a la Biblia porque así podrá comprobar que hay dos líneas sucesorias que intentan emparentar a Jesús con David y que ambas son distintas. La primera es la de Mateo (1, 1-16) y la segunda es la de Lucas (3, 23-31) y ambas no coinciden ya desde un principio porque para Mateo desciende de David por vía de su hijo Salomón mientras para Lucas desciende de David por vía de su hijo Natán. No es sólo que sean un dechado de inventiva, es que además son inútiles porque (siempre según los relatos evangélicos) José no era padre de Jesús, así que Jesús no pertenecía realmente a la casa de David.
"Sin embargo, bien a través de la unión espiritual y carnal de Jesús y María Magdalena, bien a través de otra rama del árbol genealógico davídico, la sangre del "monarca" de Jerusalén se perpetuó en el tiempo, repartiéndose por el mundo conocido." (Pág. 201)
Ya hemos hablado de lo del supuesto matrimonio de Jesús y María Magdalena así que no es cuestión de repetirlo, pero me encanta lo de la "unión espiritual y carnal". Juraría que lo de tener descendencia viene de lo segundo, pero tal vez haya quién crea en hijos platónicos o algo semejante.
Después de tanto "marear la perdiz" (a estas alturas ya debe estar echando el buche por el pico, la pobre) por fin llegamos al meollo de la cuestión:
"En el siglo VIII después de nacimiento del "mesías" los descendientes judíos de esta familia griálica se asentaron en el país galo, y una vez allí se unieron con los miembros de la dinastía carolingia, uniendo los dos linajes y creando la dinastía davídico-carolingia, que dados sus respectivos antecedentes, gozaba de todos los privilegios y derechos divinos para sentarse en el trono del poder." (Pág. 201)
No saben lo que disfruto viendo expresiones como la del "trono del poder". Si no fuera por eso, podríamos entender que tenían el derecho divino a sentarse en el sagrario, a colocarse en lugar de los santos o a ser ángeles. Bien está la precisión de que no habla de esos tronos, sino del trono del poder. Si no es por esa aclaración lo mismo nos habíamos imaginado a Carlomagno sentado encima del sagrario de una iglesia... ¡Ay, Dios! ¡Qué dotes de escritor tiene D. Lorenzo...! En fin, pasemos a otras cuestiones más importantes. Ante esta teoría siempre me he formulado una pregunta ¿por qué suponen sus defensores que los monarcas carolingios tenían el menor interés en emparentar con la casa de David? ¿Porque eran los descendientes de David? Veamos, según la Biblia (y no hay otra fuente que los monarcas carolingios conocieran sobre el tema) Yahvé le dice a Salomón:
"Y en cuanto a ti, si marchas ante mí como lo hizo David tu padre, con corazón íntegro y recto, haciendo todo lo que te ordene y guardando mis mandatos y decretos, afianzaré el trono de tu realeza sobre Israel para siempre, como prometí a David, tu padre: "No te habrá de faltar alguno de los tuyos que se siente sobre el trono de Israel." Pero si vosotros y vuestros hijos dais la vuelta tras de mí y no guardáis los mandatos y decretos que os he dado, y vais a servir a otros dioses postrándoos ante ellos, arrancaré a Israel de la superficie de la tierra que les di; retiraré de mi presencia el templo que he consagrado a mi Nombre, e Israel se convertirá en ejemplo y escarnio entre todos los pueblos." (1 R. 9 4-7)
Es decir, que Dios promete que la casa de David reinará sobre Israel (no sobre Francia) mientras sea digna de ello, pero que si no lo es, habrá castigos terribles: el pueblo de Israel será expulsado de su tierra y el templo será destruido, dos cosas que ya habían sucedido así que la casa de David, según la consideración de la época, había sido indigna y, por tanto, su pueblo había tenido que pagar el no cumplimiento del pacto. ¿Qué tenían que ganar, entonces, los monarcas carolingios con esa unión? ¿La legitimidad para ser reyes de Israel?
Además, según la mentalidad de la época, los judíos llevaban sobre sí el estigma de las palabras:
"Su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos." (Mt. 27, 25).
Fruto de esa consideración demencial, los judíos eran ciudadanos de segunda incluso con Carlomagno que mantuvo una cierta tolerancia con ellos (fruto más bien de las ventajas que podía obtener de los judíos que de una concepción liberal). Por ejemplo, no se admitían los matrimonios mixtos, los judíos tenían que presentar mayor número de testigos cuando presentaban un cargo contra un cristiano que los que precisaban los cristianos para litigar entre sí...
Así las cosas, las pruebas deberían ser muy sólidas si se pretende que tengamos que aceptar algo que, por lo que sabemos, iría en contra de las creencias de la época, pero ¿lo son? Pues no. D. Lorenzo cita como fuente de sus imformaciones a Joaquín Javaloys en su obra "El Grial secreto de los cátaros". Éste sigue a Arthur J. Zuckerman y a su libro "A Jews Princedom in Feudal France, 768-900" y éste, a su vez, se basa en un Addendum a un manuscrito del "Sepher Ha-Kabbalah" (El Libro de la Tradición) de Abraham ibn Daud.
Vamos a seguir esta cadena a ver dónde nos lleva. El texto del Sr. Javaloys es algo insufrible desde el punto de vista político e histórico. Que en el S. XXI haya quien escriba:
"pues algunos de sus descendientes continúan reinando en ciertos Estados europeos, lo que confirma la perdurabilidad de su linaje: el de la davídica Sangre Real que, en último término, posee el derecho divino a gobernar que algunos aceptan todavía." [1] (Pág. 22)
da auténtico pavor (y conste que la primera edición es del año 2001, no del S XVI aunque lo parezca) porque pretender hoy que alguien acepta que los reyes gobiernan por derecho divino como no sea en Marruecos, Arabia Saudí u otro país de similar (sub)desarrollo político... Juraría que en las monarquías europeas los reyes ni siquiera gobiernan y lo del derecho divino se queda para el chiste aquel de "El derecho divino y el izquierdo de puta madre".
Si en política desprende un cierto olorcillo a rancio (a rancio abolengo, por supuesto) históricamente es un disparate. Este juicio no se basa en lo que defiende sino en su metodología (más bien en la ausencia de algo que se le semeje). Mezcla indiscriminadamente obras historiográficas como el libro de Zuckerman antes citado, con textos esotéricos como "Los hijos secretos del Grial" de Hopkins, Simmons y Wallace-Murphy e, incluso, con novelas como "El péndulo de Foucault" de Umberto Eco o "Los hijos del Grial" de Peter Berling.
El resultado, claro, es algo en el que se entremezclan el Priorato de Sión, con los cátaros, los templarios, D. Juan Carlos I (al que supongo que esta historia le hace desternillarse)... sin ningún respeto por la crítica de fuentes que es el único camino por el que puede discurrir la historiografía.
Lo único que parece importarle al Sr. Javaloys es poder citar párrafos que, supuestamente, apoyen su tesis... incluso cuando la opinión del autor citado es, en realidad, la contraria.
Vamos a un par de casos flagrantes. Cita así el trabajo de D. Antonio Regales Serna que sirve de prólogo a la edición del "Parzival" de Wolfram von Eschenbach:
"el problema principal de las fuentes es que Wolfram se distancia expresamente de Chrétien y cita en seis ocasiones al provenzal Kyot como fuente verdadera. Flegetanis, un investigador pagano, habría encontrado el manuscrito en árabe que Kyot habría hallado en Toledo... [1] (Pág. 39)
Esos oportunos puntos suspensivos omiten la continuación del profesor Regales:
"Ahora bien, todos los esfuerzos por encontrar un Guiot o Guizot semejante han resultado baldíos, por lo que dentro de la Filología Alemana predomina hoy la idea de que se trata de una invención de Wolfram, quizá para defenderse de la fama, que le atribuían sus contemporáneos, de poeta demasiado libre en el seguimiento de las fuentes." [2] (Págs. 11-12)
Tal vez más grave sea su afirmación relacionada con el profesor Aryeh Graboïs del que dice:
"La existencia y el contenido del Addendum a ShK son corroborados por el profesor de la Universidad de Haifa, Aryeh Graboïs..." [1] (Pág. 42) cuando los dos artículos escritos por el profesor Graboïs sobre este tema y titulados: "La dynastie des 'rois juifs' de Narbonne (IXe-XIVe siècles)," publicado en Narbonne: archéologie et histoire. Colloque ... tenue à Narbonne les 14, 15 et 16 avril 1972, 3 vols.(Montpellier, 1973), Volumen 2 Págs. 49-54 ; y "Une principauté juive dans la France du Midi à l'époque carolingienne?" Annales du Midi 85 (1973), Págs. 191-202 son sendas críticas desfavorables al trabajo de Zuckerman (ya hablaremos de ello en el próximo artículo).
Por si todo esto fuera poco, parece que D. Joaquín o no ha leído o no ha entendido o no ha querido comprender las fuentes que cita. Veamos unos pocos ejemplos de los numerosísimos que podríamos citar:
"Por su parte, Chrétien de Troyes en su Li contes del Graal, narra que José de Arimatea, un discípulo judío de Jesús de Nazareth, estaba limpiando el cuerpo de Cristo después de su crucifixión cuando unas gotas de sangre brotaron de las heridas del difunto y José las recogió en un caliz." [1] (Pág. 35)
En la obra de Chrétien no aparece tal escena.
"Por el mismo tiempo que apareció la obra de Boron, Wauchier escribió un texto de similares características al roman de Chrétien de Troyes, pero en Wauchier el Graal toma una forma diferente, la de un ser vivo." [1] (Pág. 36)
En realidad, en la obra de Wauchier de Denain conocida como Segunda continuación o Continuación Perceval (porque intenta finalizar la obra de Chrétien que quedó inconclusa a su muerte) el Grial no es un ser vivo.
"Wolfram von Eschenbach traduce el nombre de Parsifal por "corta por la mitad"." [1] (Pág. 41)
Ya vimos que el héroe de Eschenbach no se llama Parsifal sino Parzival y que tampoco es ésa la traducción que hace de su nombre.
"Allí contempla las maravillas del Castillo: ve pasar una magnífica procesión en la que llevaba los objetos sagrados. Un escudero tenía la Santa Lanza..." [1] (Pág. 47)
Muy divertido, pero en el "Parzival" (que es a la narración que se refiere) la lanza no es la Santa Lanza sino la lanza envenenada con la que pegaron el lanzazo en los mismísimos cataplines a Anfortas (si quiere considerar que por ello quedó santificada, allá él).
"...mientras la reina del Grial (Esclarmonde de Foix) portaba la piedra del Grial sobre un cojín de seda verde." [1] (Pág. 47) y
"Por su parte Feirefiz (Rodrigue de Mont-Sion) fue bautizado con agua del Grial y se casó con la doncella que portaba el Grial (Héloise de Gisors)..." [1] (Pág. 48) En realidad la reina del Grial y la doncella que portaba la piedra del Grial son la misma persona a la que Eschenbach llama Repanse de Schoye. ¡Qué lectura habrá hecho (o no habrá hecho) el Sr. Javaloys para pensar que son dos personajes distintos! Claro que así queda bien a las claras el rigor que tiene su identificación de los personajes del "Parzival" con personas reales (o algo así) que puede relacionar el mismo personaje (Repanse de Schoye) con Esclarmonde de Foix y con Héloise de Gisors. Por cierto, si se están preguntando quién demonios fueron Rodrigue de Mont-Sion y Héloïse de Gisors, el primero es supuestamente hijo de Raymond Trencavel I y la segunda es, supuestamente, su esposa. No se esfuerzen en buscar datos históricos de ellos porque no los encontrarán. Son parte de la invención del Priorato de Sión que D. Joaquín acepta como un hecho histórico con lo que está todo dicho sobre su rigor investigador.
No obstante, Zuckerman no es responsable de los disparates que se quieran añadir a su obra ni de las lecturas sesgadas de lo que él afirmó. Se impone, por tanto, continuar con la cadena y ver qué es lo que realmente escribió y si es una obra histórica o esotérica. Quede pendiente este tema para un nuevo artículo.
NOTAS:
[1] Citado en "El Grial secreto de los cátaros". Joaquín Javaloys. Ed. Edaf S.A. Madrid, 2001.
[2] Citado en "Parzival". Wolfram von Eschenbach. Edición, traducción y notas por Antonio Regales Serna. Col. Biblioteca Medieval, Ed. Siruela. Madrid, 2001.
-Continuará-

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