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Escritos desde el páramo

Cajón de sastre

Una buena noticia

 

 

 

 

 

Los lectores habituales (¿existen?) de esta bitácora ya se habrán percatado que el Sr. Rodríguez no es laico (iba a escribir "santo" pero no quedaría nada bien) de mi devoción. No es ningún secreto que le tengo por el Presidente más incompetente del periodo democrático en España, por debajo incluso de los Sres. Calvo-Sotelo y Aznar y a años luz de los Sres. Suárez y González. Su ¿gestión? de la crisis económica (ésa que no existía más que en los delirios calenturientos de los antipatriotas hasta que fue imposible seguir negando su existencia) o su decisión de ampliar la presencia militar española en Afganistán en una guerra que sólo nos va a traer quebraderos de cabeza y más muertos son dos meros ejemplos de su patetismo político acompañado, para más INRI, de un perfil intelectual casi plano en el que sólo destaca su capacidad de crear frases tan bonitas como hueras.

Afortunadamente, hasta los relojes parados dan correctamente la hora dos veces al día y hasta el peor escribano hace una letra sin borrones de vez en cuando. Por una vez, el Sr. Rodríguez ha tomado una decisión que me parece muy acertada en un campo que me interesa y preocupa en grado sumo, el de la Cultura. Nombrar como ministra del ramo a la Sra. Ángeles González-Sinde se me antoja tan valiente como necesario. Valiente porque la Sra. González-Sinde se había convertido en la "bestia negra" de un buen número de internautas por oponerse a las descargas "por la filosa" de películas, canciones... en la red. Necesario porque si se prolonga la actual situación de permitir las copias supuestamente privadas y sin ánimo de lucro, la cultura española morirá a corto plazo.

Antes de que los "piratas" (o sus mamporreros o sus tontos útiles o...) me aborden bajo la bandera de la cultura para todos o cualquier otra soflama políticamente correcta permítanme recordarles un par de cosas tan obvias que me produce un cierto rubor el tener que escribirlas. La Cultura no es algo muerto. No es un corpus ni un canon que repitamos como loros. Es dinámica porque es variable y acumulativa. Ello exige que en cada generación existan creadores que aporten algo (sea mucho o poco) a ese legado de igual forma que el gusto de cada generación borra o minusvalora parte de ese conjunto. En caso contrario sólo habría perdidas lo que conduciría a su desaparición.

No voy a ser yo el que diga por primera vez que "No sólo de pan vive el hombre" pero tampoco voy a descubrir América al señalar que no se puede vivir del aire. Los creadores tienen la mala costumbre de querer comer todos los días (caprichosos que son ellos). Esto deja varias posibilidades. El creador cultural tiene que buscar otro trabajo para vivir y dejar esto como una afición, puede buscar un mecenas que atienda a su subsistencia mientras él crea, puede dedicarse a esto sólo cuando su vida en el aspecto económico esté ya solucionada o puede obtener una remuneración por su trabajo como creador cultural. Veamos a qué nos conducen estas posibilidades.

El amateurismo puede parecer una opción válida y en algún caso lo es, pero si Vd. tuviera que restaurar un mueble malaparatado ¿recurriría a un ebanista o a ese vecino que es muy mañoso? Si no lo ve claro, mire al campo deportivo, cuando se enfrentan un equipo de profesionales y uno de aficionados ¿cuál suele ser el resultado? ¿Que la Cultura no es carpintería ni deporte? En efecto, pero en la creación (como en cualquier otra actividad humana) sí existen componentes de lo que podemos llamar oficio. Piensen en el que, para Vds., sea el mejor pintor que jamás haya habido. Sea cuál sea el nombre que se les haya ocurrido ¿ya de niño ejecutaba obras maestras? Hasta en los casos de sorprendente precocidad (Leonardo, Rafael...) existió un aprendizaje. Para pintar necesitamos conocer los pigmentos, los modos de aplicación, los soportes... qué ventajas tienen y qué inconvenientes. También se precisa comprender elementos de composición, de perspectiva... En esto como en otros muchos campos de la vida, la práctica hace al maestro. Si una persona tiene que estar trabajando ocho horas diarias y, además, llevar una casa ¿cuántas horas puede dedicar a su "afición"? Nos encontraríamos ante una plétora de poetas, pintores, novelistas... cuya calidad como tales sería inexistente (si creen que exagero basta con mirar en Internet las páginas literarias que perpetran estos aficionados a las Letras o darse una vuelta por las exposiciones locales de artistas plásticos amateurs para comprobarlo). Por supuesto, siempre hay excepciones, aficionados con mucho talento que, normalmente, acaban convirtiéndose en profesionales.

El creador, por muy creador que sea, tiene que pagar las facturas. El abono a la compañía eléctrica (o de gas o telefónica o...) a base de sonetos, paisajes, poemas épicos... no está contemplado. Si el artista (o el filósofo, el historiador...) no tiene otro trabajo ni obtiene remuneración alguna por sus creaciones sólo le queda el recurso a buscarse un mecenas o a dedicarse a esas actividades cuando su vida ya esté solucionada (y sólo si lo logra, claro). El mecenazgo (actividad muy respetable, por cierto) tiene una larga tradición a cuestas, tanto que Cayo Cilnio Mecenas (el nombre propio del que proviene el sustantivo mecenas) era amigo de Octavio Augusto. En esa larga tradición no faltan ejemplos de manipulaciones de la creación cultural. Siempre ha habido personas de gran fortuna que han protegido a artistas, filósofos, científicos... de forma absolutamente desinteresada, pero también ha habido quién, de forma consciente o inconsciente, pretendió lograr favores a cambio. Pongamos un ejemplo, Jean-Baptiste Poquelin (más conocido como Molière) fue protegido del rey Luis XIV. Una de sus comedias más conocidas es El ricachón en la corte o El burgués gentilhombre. No hay que ser ningún lince para ver en ella una sátira dirigida contra la clase social emergente, la burguesía, que acabaría por destruir para siempre el viejo régimen. En lo ideológico estamos ante una obra absolutamente reaccionaria, ante la ridiculización de la nueva (bueno, no lo era tanto) y cada vez más poderosa clase social en beneficio de la aristocracia cada vez más caduca. Lo más gracioso (o lo más trágico) es que el propio Molière era un burgués sin ninguna nobleza de nacimiento y que había conseguido sus logros en base a su inmenso mérito personal. Además, no era ningún partidario de la carcunda, se rio de los meapilas en Tartufo y se preocupó de la condición femenina en La escuela de las mujeres. La lista de esas "manipulaciones" sería interminable, desde Horacio que escribió como poeta Dulce et decorum est pro patria mori cuando como soldado en la batalla de Filipos había huido del combate tan rápidamente como pudo (bien por él, pero la coherencia entre los actos y el discurso es muy de agradecer), hasta Leni Riefensthal, la gran documentalista del nazismo que acabó su vida descubriendo la belleza del cuerpo (negro) de los Nuba sudaneses en fotografías tan hermosos como las que podrán encontrar en esta dirección.

Aunque al hablar de mecenazgo cultural pensemos en personas particulares o en empresas privadas, lo mismo podemos decir del mecenazgo institucional, vulgo subvenciones. En un inexistente mundo perfecto, éstas se concederían sólo atendiendo al mérito. En la realidad premian frecuentemente a aquellos creadores bienquistos por el partido político en el poder (y de esto no se libra ninguno). Casos como el reciente escándalo de los payasos vascos sin pizca de gracia no por extremos son infrecuentes. Así, la pretensión de que el mecenazgo (privado o público) sea la solución nos podría abocar a una Cultura dirigida por el capital o por la conveniencia y connivencia política. El mecenazgo es importantísimo, debe ser incentivado por los poderes públicos... pero no puede ser la única salida existente a este dilema de cómo conciliar la creación artística con las necesidades vitales.

La pretensión de que sólo se puedan dedicar a la creación cultural aquellas personas que hayan logrado tener solucionadas sus necesidades vitales por haber sido capaces de amasar una fortuna personal (o por haberla heredado) tampoco me convence. No, no es que un servidor de ustedes (mileurista para más señas) tenga ningún prejuicio contra los millonarios, categoría a la me encantaría pertenecer (la sinceridad ante todo). Sencillamente, la realidad en la que viven esas personas no es la misma en la que moramos el resto de los mortales. Si la creación cultural se convirtiera en una exclusiva de una élite económica, podríamos encontrarnos con una cultura inconexa con la mayoría de la sociedad.

¿Qué nos queda? Pues la situación que hasta la fecha venía funcionando razonablemente bien, la de la venta al público de la obra fruto del trabajo de los creadores culturales. Si les molesta que la cultura se venda como si fuera una cubertería, sean bienvenidos al mundo real porque esa situación es, precisamente, a la que aspiraron los autores. Para lograrlo formaron asociaciones como lo que hoy es la SGAE, no como un medio de tocar los cataplines al personal sino como una defensa necesaria ante los "piratas" tan presentes antaño como hogaño, editores que hacían tiradas de libros ilegales de los que el autor no veía ni un duro, imprentas que falseaban el número de ejemplares emitidos... eran entonces moneda corriente pero, al menos, la legislación protegió a los autores y persiguió a los infractores. ¿Cuál es la situación hoy?

Supongamos que Vd. se ha quedado prendado de la obra del "cantaor" Tomatito de Potes acompañado por la orquesta andalusí de Osaka (sobre gustos no hay nada escrito salvo unos cuantos millones de libros). Compra su ultimo CD titulado Estos jipíos me salen así de bien porque me han almidonado los gayumbos y se ponen a hacer copias para regalárselas a su novio, novia o novi@, al vecino de al lado, al perrito de la esquina y hasta al Sursum corda. Vale. Vd. no ha ganado ni un duro (al contrario, se ha gastado los materiales, el tiempo y la energía precisos para ello), su intención era magnífica... pero ha conseguido machacar al pobre Tomatito hasta convertirlo en Gazpachito porque todas esas copias significan, al menos en parte, ejemplares que no va a vender su discográfica lo que supone que nuestro imaginario "cantaor" no va a ver ni un p..o duro (o un euro).

Si, además, Vd. conserva en su PC el archivo de sonido generado y forma parte de la comunidad de internautas que permite el libre acceso a su disco duro, puede ser descargado lo que ocasionará el incremento del contrasentido de que nunca hemos vivido tan rodeados de música y nunca se han vendido menos discos.

Habrá quien piense (Hay gente pá tó que dijo el insigne filósofo) que los seres humanos somos bondadosos por naturaleza pero mi experiencia me dice que somos una panda de cabritos y eso sólo si nos quitamos años. Poca gente va a pagar 18 Euros por un CD que puede conseguir casi gratis por no causar un perjuicio al autor, pero si la situación actual se prolonga, al final el creador tendrá que dedicarse a escardar cebollinos para poder vivir al grito de ¡Qué inventen ellos!.

De momento la Música ha sido la gran perjudicada en este aspecto, pero la espada de Damocles pende sobre todos los campos de la Cultura. Cada vez se pueden hacer copias caseras de mayor calidad de material audiovisual como películas o series de TV lo que hace pensar que la Cinematografía sea la siguiente en sufrir esta situación y no podemos olvidar hechos tan curiosos como el sucedido con el último título de Harry Potter, traducido a algo que decían era castellano y colgado en la red meses antes de que se publicara en España por no hablar de videojuegos copiados hasta la saciedad, libros fotocopiados...

Podemos pretender que todo ello es legal mientras paguemos el célebre canon (el de Pachelbel no, el otro) y estaremos, desgraciadamente, en lo cierto. El problema es que eso es un disparate legislativo que está consiguiendo hundir la Cultura española (que no se lo merece, por más palos que tenga que darla por sus manifiestos defectos). La Sra. González-Sinde (Sindescargas, como ya se la conoce en la Red) se ha mostrado contraria a esta situación. Veremos si consigue llevar a cabo una penalización de esos comportamientos o si su nombramiento es un mero brindis al sol al que tan aficionado es el Sr. Rodríguez.

Ya pueden empezar la lapidación virtual.

 

 

 

 

 

 

 

In memoriam, Victoriano Crémer

Esta madrugada, a los 102 años de edad se calló para siempre la voz del, para mí, último gran poeta español vivo, el leonés Victoriano Crémer. Autodidacta, anarquista, fundador de la revista Espadaña en la que publicaron los poetas opuestos al régimen franquista... su vida parece fruto de la imaginación de un escritor folletinesco. Detenido durante la Guerra Civil, salvado gracias a sus buenas relaciones con algunos sacerdotes, oculto en un edificio en el que existía un burdel, en continuo conflicto con las autoridades franquista... una peripecia que recogió, en parte, en este magnífico apunte biográfico que demuestra, aparte de un magnífico sentido del humor, que era un gran prosista además de un magnífico poeta.

Como homenaje postero, permítanme hablarles con sus propias palabras:

"CANCIÓN SERENA

Un día puro, alegre, libre quiero.
Fray Luis de León

No me dejéis así:
Sorbido por la tierra
hondísima y vibrante como el clamor penúltimo;
con este olor maduro de soles y horizontes
abriéndome en el pecho un surco luminoso.

No es que el cuerpo me suene a cristal derramado
ni que diez corazones me alanceen las yemas,
ni que cielos redondos agolpen sus rebaños
a mis ojos mastines, ladradores de cimas.

Es que un mar fugitivo rinde velas y senos
y pétalos y espumas en la gozosa playa
donde el rumor se atreve a mancillar la sombra.
¡Y se me ciegan labios y gritos y pupilas!

Es que siento que el aire es de carne dulcísima
y la luz sólo luz. Que el contorno me huye
a bandadas blanquísimas de palomas y lirios
y me abandonan manos y dientes y melenas.

¡No! ¡No me dejéis así! Moriría desnudo
sin sentirme morir.

Y mi pobre vestido, con su sangre caliente,
se hundiría, esperando mi imposible retorno."

Cuando las imágenes valen más que las palabras

La máxima autoridad del ocultismo mundial habla sobre los rituales en el vudú y me ahorra el tener que comentar nada más. Pueden verlo aquí.

La Suisse, dix points

 

 

Reconozco que cada uno es libre de conferir credibilidad a un país de acuerdo con sus propios criterios. Si, por ejemplo, considera Vd. que un país es serio si deja fuera las pseudoterapias del sistema de salud, la Confederación Helvética es un monólogo del genial Gila mientras que España sería el Retrato del caballero con la mano en el pecho y con unas almorranas XXL en el... No obstante, mi criterio no va por ahí más que nada porque me importa un bledo si alguien pretende curarse de una enfermedad rezando al santo de turno, tomando agua dinamizada o convirtiéndose en un acerico humano. La libertad no acaba donde empieza la estupidez, al contrario, sólo somos libres si podemos elegir entre varias opciones incluso si alguna de ellas es absurda. En último término y contraponiendo dos célebres frases bíblicas, yo no soy (ni puedo serlo) el guardián de mi hermano, todo lo más soy una voz que clama en el desierto. ¿Y no me subleva el hecho de que esas pseudoterapias se financien con fondos públicos? No me gusta, pero los fondos públicos son de todos y, por tanto, los criterios con los que se gasten no pueden (ni deben) ser impuestos por este servidor de Vds. sino que deben nacer del acuerdo de todos (o de la mayoría, siendo realistas). Cuando hablamos de un acuerdo mayoritario, excluimos que pueda vetarse algo porque sea ilógico, inútil... porque podemos decidir subvencionar lo inútil, lo ilógico... como hicieron en Suiza mediante referéndum con el 67% de los votos emitidos a favor del mantenimiento de las pseudoterapias en la sanidad pública. Si están pensando que la Ciencia no es democrática tienen toda la razón del mundo. Lo que esos votantes acordaran no supone que esas pseudoterapias dejen de serlo (podemos seguirlas considerando así mientras no demuestran una eficacia superior al efecto placebo "como Dios manda" es decir, con ensayos rigurosos mediante procedimiento doble ciego) pero yo sí soy demócrata y cuando el pueblo decide no tengo nada más que decir (vox populi, vox Dei). Claro que no tenemos que irnos muy lejos para ver cómo la mayoría de ciudadanos puede acordar algo inútil e ilógico y que, además lo paguemos entre todos. Por si se les ha olvidado, España es una monarquía.

Pese a esta introducción, este post no va a tratar de pseudoterapias, del uso de fondos públicos o de la III República sino de un país serio como Suiza. Todos recordamos esta escena de El Tercer Hombre en la que el personaje interpretado por Orson Welles reduce la participación suiza a la cultura universal a la invención del reloj de cuco. Como gracieta vale, pero en Suiza nacieron Füssli, Angelica Kauffmann, Rousseau, Le Corbusier, Giacometti... así que algo más debemos a los suizos que el p..o reloj de cuco (invención diabólica que, por cierto, ni siquiera es suiza). Sin embargo, aunque ninguno de esos artistas, filósofos, escritores... hubiera nacido en la Confederación Helvética y sí hubieran inventado el p..o reloj de cuco (¿se han percatado de que me gustan tan poco como los "jipíos" de un "cantaor" flamenco?) la frase seguiría siendo una soplapo... una tontería.

Supongo que ninguno de Vds. tiene idea de qué es el FASS 90. Sencillamente, es el fusil de asalto del ejército suizo, un arma que los ciudadanos helvéticos al terminar su servicio militar se llevan a su casa. Por si no se han dado cuenta de lo que acaba de decirles, en muchos hogares suizos existe un arma de fuego capaz de hacer fuego automático con una gran precisión. Si esto les suena raro, el ejército puedo prestárselo a jóvenes desde que tienen 10 (diez, no es que me haya equivocado al escribirlo) años de edad para que participen en concursos de tiro. De hecho una de las grandes "movidas" de Zúrich tiene lugar cada segundo fin de semana de septiembre cuando miles de "jóvenos" y "jóvenas" (¿creían que no soy capaz de ser tan gilip... tan políticamente correcto como nuestros egregios y egregias ministros y ministras?) compiten para ser elegido rey (o reina) de los tiradores (y pese a que hablemos de Suiza, no disparan con ballestas como el legendario Guillermo Tell sino con armas modernas como la antedicha).

¿Se imaginan lo que pasaría en España si se hiciese algo de todo eso? Sí, yo también emigraría a Francia de no ser porque está demasiado cerca de España y podrían llegar las balas perdidas. Sin embargo, las calles de Zúrich no son un remedo de Tombstone el 26 de octubre de 1881. El país está plagado de armas (más de 2 millones para una población que no llega a los 8 millones de habitantes) que muchos saben manejar a la perfección y, sin embargo, hay poquísimos incidentes con ellas. La gran lección que podemos aprender de Suiza es, evidentemente, el respeto a la ley. Para la inmensa mayoría de sus habitantes es inimaginable el que emplearan esas armas para un fin diferente al previsto, sea éste deportivo o de defensa nacional. Es así de sencillo... o de complicado si observamos nuestro propio país en el que el pasarse la ley por el "arco del triunfo" es un deporte nacional.

Este rollo nos lleva, por fin, al tema que quería tratar. El Sr. Polanski fue detenido el pásado sábado en Suiza por estar fugado de la justicia norteamericana desde 1978. En el caso improbable que no sepan de qué va esa historia, no crean que el Sr. Polanski está fugado por un delito de opinión u otra nimiedad semejante. Se declaró culpable (así que voy a ahorrarme el empleo del presunto) de haber tenido relaciones sexuales en 1977 con una joven de trece años de edad (según el relato de ésta la emborrachó, la drogó y la violó, pero eso no fue aceptado por el Sr. Polanski que "sólo" confesó el acto sexual que, según él, fue consentido por la joven) pero huyó del país antes de que se leyera la sentencia así que desde entonces está en búsqueda y captura. Las autoridades suizas supieron que el Sr. Polanski iba a visitar su país para recibir un premio del festival de cine de Zúrich, Suiza tiene tratado de extradición con los EEUU e hicieron lo que tenían que hacer, detener al cineasta.

¿Dónde está el problema? Pues yo puedo prometer y prometo que no lo veo por parte alguna. En caso de que se proceda a su extradición a los EEUU el Sr. Polanski será conducido a un país en el que existen plenas garantías legales para que responsa de sus actos. Lo sorprendente es que algunos crean que existe algún problema. No tengo claro si es que consideran que los grandes directores de cine están por encima de esas pequeñas cosas como la Ley o si, sencillamente, consideran que tener relaciones sexuales con una joven de trece años es un acto que no merece ningún reproche legal. Tal vez esos señores tengan a bien aclararnos cuál de esas dos opiniones subscriben o, en caso contrario, por qué demonios piden la puesta en libertad del Sr. Polanski. Bueno, en algún caso sí lo sabemos porque lo han dicho:

"Estoy escandalizado. Los suizos hablan de una ley encaminada a combatir el tráfico de drogas, el secreto bancario o la evasión fiscal y la primera víctima que encuentran es... ¡un artista! Esto prueba dos cosas: que Polanski no tenía cuentas en Suiza y que los festivales de cine son menos seguros que las iglesias en la Edad Media".

Esa "joyita" se la debemos a Bertrand Tavernier y es una palpable demostración de que la capacidad de dirigir grandes películas no tiene nada que ver con la inteligencia. Fíjense, este señor ha necesitado que detuvieran al Sr. Polanski para descubrir que en los festivales de cine no existe el derecho de asilo que sí había en las iglesias. Fastuoso. Supongo que ahora también se habrá enterado que los cineastas no gozan de inmunidad diplomática... Por cierto, no sé si el Sr. Polanski tiene cuentas en Suiza o no, pero sí tiene un chalet en el que ha residido ocasionalmente (y el único reproche que puede hacerse al gobierno suizo es, precisamente, que no detuvieran antes al Sr. Polanski).

No quiera dar la impresión de que los cineastas (como conjunto) han aplicado aquello de que al oír el grito "¡A mí la Legión!" los caballeros legionarios debían acudir a prestar su auxilio al solicitante con independencia de que éste tuviera o no razón. La verdad es que sería divertido que alguno de los firmantes que se presentan como adalides de la progresía cayeran víctimas de un espíritu corporativo que la propia Legión desestimó hace años por obsoleto. No obstante, si ese apoyo no se debe a un corporativismo ciego, los firmantes deberían esforzarse por explicar su postura desde afirmaciones que no sean que el Sr. Polanski es un maravilloso director de cine. Eso sería un argumento para su defensa si la acusación fuera que el Sr. Polanski es tan mal director de cine como el Sr. Boll pero puesto que la acusación nada tiene que ver con su carrera como cineasta su defena no puede basarse en ella.

Así lo han entendido otros cineastas como el Sr. Cuerda que ha declarado:

""Nadie es culpable o inocente por su nombre y si la busca y captura es legal, da lo mismo que te pille en un festival que cagando en tu casa."

o la Sra. París que ha dicho:

"Si Polanski violó a una menor (una chica de 13 años que, por lo que he leído, declaró haberse negado a mantener relaciones sexuales) no veo por qué debe recibir un trato diferente. Los artistas son tan responsables de sus actos como cualquiera. Otro tema es si en la detención respeta la legalidad internacional".

(Fuente para ambas citas, este artículo).

Podemos intentar distorsionar este caso con la extraordinaria calidad como cineasta del Sr. Polanski, con su peripecia vital jalonada de tragedias... porque todo esto es mucho más sencillo. En palabras de la ministra suiza Doris Leuthard:

"Una persona sobre la que pesa una orden de arresto internacional debe ser detenida independientemente de que sea rica o pobre, célebre o desconocida".

Pero la seriedad de considerar que toda actuación debe atenerse única y exclusivamente a la Ley es patrimonio de unos pocos países... entre los que no nos contamos.

 

 

 

 

Día Internacional de... la primera parida que se me ocurra.

Hay días en los que siento que es mejor quedarse en la cama que andar por la vida llevándose disgustos. Supongo que se habrá quedado aún más cara de jilí de la habitual al enterarme, visitando otros blogs escépticos, de la noticia de que hoy se ¿celebra? algo llamado Día Internacional de la Blasfemia.

Lo primero que pensé al verlo es que no entiendo nada. ¿Se supone que hoy tengo que empezar a proferir insultos contra seres en los que no creo, algo que nunca hago? ¿Qué sentido tiene eso? Pues yo no veo que tenga ninguno. Por aquello de que soy curioso (amarillo y azul) leo de qué va esta movida (que, por cierto, tiene menos recorrido que el tren Barcelona-Mataró) y me llevo una sorpresa aún mayor. El Día Internacional de la Blasfemia pretende apoyar la crítica a las religiones. En ese momento no sabía si estaba despierto, padeciendo de una pesadilla o siendo víctima de un mal viaje de LSD (esto último un tanto difícil porque no consumo nada de eso). ¿Por qué? Veámoslo.

Por de pronto, si lo que se pretende es celebrar el Día Internacional de la Crítica a las Religiones ¿por qué carajo no se llama Día Internacional de la Crítica a las Religiones? Porque al llamarlo Día Internacional de la Blasfemia no sólo incurren en un error léxico puesto que blasfemia es:

"(Del lat. blasphemĭa, y este del gr. βλασφημία).

1. f. Palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos.

2. f. Palabra gravemente injuriosa contra alguien."

y no tiene ninguna otra acepción. Por tanto pretender que blasfemia = crítica a las religiones no tiene ninguna razón de ser. Además, aceptar esa equiparación es un disparate por dos motivos. El primero es que supone dar la razón a los integristas religiosos para los que cualquier crítica equivale a una blasfemia. El segundo que para los que creemos que el pensamiento crítico es necesario y beneficioso, pregonar que la crítica es igual a la blasfemia o, lo que es lo mismo, a la injuria es tanto como pegarnos un tiro en el pie porque la injuria no es positiva, es algo negativo. Así vamos a difundir nuestro mensaje de p..a madre y con dos c.....s (¿se nota que estoy un tanto enojado con este asunto?)

Supongamos, no obstante, que alguien hubiera tenido unas pocas luces (aunque fueran de diodos) y se hubiera dado cuenta del disparate que supone decir blasfemia cuando se quiere decir crítica a las religiones. En ese caso nos habríamos encontrado con el Día Universal de la Crítica a las Religiones lo que constituiría una mejora evidente, pero que es obviamente innecesario. No tiene ningún sentido ¿celebrar? tal cosa como tampoco la tendría el Día Universal de la Crítica a los Gobiernos Corruptos, el Día Universal de la Crítica a la Prensa del Corazón o el Día Universal de la Crítica a los Críticos. Sencillamente, el derecho a la crítica es una parte del derecho de expresión. Su ejercicio, como el de todos los demás derechos, puede ser problemático, pero eso sucede tanto con la crítica a las religiones como con las realizadas a otras instituciones o personas. Y sí, ya sé que se ha elegido este día por el asunto de las viñetas satírica sobre Mahoma. La defensa de sus autores es fundamental tanto como, por ejemplo, la del Sr. Saviano que está amenazado de muerte y no precisamente por sus críticas a religión alguna sino a la Camorra. Lo mismo podríamos decir de periodistas rusos (en algún caso como el de Anna Politkóvskaya ya es tarde para su defensa porque fue asesinada) como Yelena Tregubova, exiliados y amenazados por sus críticas políticas.

La solidaridad con todos ellos (no sólo con los que han realizado críticas a las religiones sino con todos los que estén en peligro por ejercer la libertad de crítica) no es cosa de un día sino de todos y cada uno de los 365 del año (y 366 los bisiestos), pero si se quiere incidir en estos casos extremos, el 10 de diciembre de cada año se conmemora la proclamación de la Declaración de los Derechos Humanos y el 3 de mayo el de la Libertad de Prensa. En cualquiera de ellos tendría cabida la denuncia de estas situaciones. No obstante, si se acordara que la crítica debe tener su propio día deberíamos pensar en un Día Internacional del Derecho a la Crítica, pero con la puñetera multiplicación de Días Mundiales, Internacionales... al final sólo va a tener sentido el 25 de mayo.

Aprendamos del pasado

 

 

 

Que me apasiona la Historia no es ningún secreto. Tampoco desvelo ningún conocimiento esotérico al afirmar que la Historia no es algo muerto como tampoco consiste en la acumulación de unos conocimientos enciclopédicos absolutamente inútiles. Al contrario, la Historia es la comprensión de algo tan humano y tan vivo como la sociedad. Le debemos a Aristóteles la que posiblemente sea la mejor definición del hombre, somos animales sociales. No somos los únicos pero nuestra sociedad, al contrario de las formadas por otros animales, evoluciona. No obedecemos ciegamente a un instinto gregario sino que intentamos responder en cada momento a los retos con los que nos enfrentamos. En un mundo cambiante, los sociedades no son inmutables. Conocer y comprender esas variaciones es lo que pretendemos al estudiar la Historia.

No obstante, el hablar de la sociedad en su conjunto es algo inabordable. De ahí nace la necesidad de la especialización que puede ser temática, geográfica, temporal... (y no son excluyentes). Nos encontramos así con historiadores del arte, de la ciencia, de la economía... o con historiadores de Castilla y León, de Euskadi... o con historiadores de la América colonial, del siglo XIX... sencillamente para poder profundizar en el objeto de estudio; pero nunca debemos olvidar que esa compartimentación es una entelequia, que, por ejemplo, la España visigoda no surgió de la nada cuando los "bárbaros" aparecieron en la Hispania romana como tampocó acabó en polvo y cenizas cuando los "moros" cruzaron el Estrecho de Gibraltar. A veces el fijarnos en un detalle puede hacer que perdamos de vista el conjunto e, incluso, que olvidemos que el conjunto existe. Ése es el gran peligro de la especialización excesiva que tiene su contrapartida, una generalización abusiva que olvide detalles significativos.

Vamos con un ejemplo. En este país tan políticamente correcto los historiadores militares brillan por su ausencia (excepciones hay, pero pocas). Hemos pasado de una historia concebida como una sucesión de "batallitas" (incluso magnificadas o directamente inventadas) a una historia sin conflictos bélicos. Ya sé que eso es un poco exagerado pero ¿qué significa para Vds. el nombre de Atapuerca? El yacimiento burgalés en el que han aparecido los restos humanos fósiles más antiguos de Europa etc. etc. ¿Qué les dice la batalla de Atapuerca? Sospecho que no sabrían de qué estoy hablando. Tal vez sí reconozcan los nombres de Crécy o Agincourt (o Azincourt) pero ¿sabrían explicar por qué ambos ejércitos tenían una concepción bélica diferente, por qué en ambas ocasiones los ingleses derrotaron a los franceses y qué importantísima repercusión social tuvieron esas batallas? Si son capaces, mi más cordial enhorabuena, en caso contrario ambos ejércitos reflejaban sus propias sociedades, la Francia feudal presentó un ejército basado en la nobleza y, por tanto, en su arma por excelencia, la caballería acorazada mientras que el ejército inglés se basaba en plebeyos que eran particularmente diestros en el manejo del arco largo. El resultado es que la caballería acorazada que se creía prácticamente inmune a todo lo que no fuera otro caballero fue masacrada por los arqueros ingleses y galeses puestos que las flechas arrojadas con el arco largo eran capaces de atravesar no sólo las bardas de las monturas sino también las armaduras de placas de los caballeros franceses. Por supuesto, la derrota de los caballeros a manos de los villanos supuso el inicio del fin de la nobleza como clase social todopoderosa.

Como verán, la historia bélica es algo mucho más importante que "Batalla de las Navas de Tolosa en 1212..." si consideramos que los ejércitos reflejaban la sociedad de la que nacían y que combatían de acuerdo a unos supuestos intelectuales propios de su época. Consciente de todo ello el historiador Geoffrey Regan escribió Historia de la incompetencia militar texto sobre el que debo hacer una advertencia previa, no piensen que para el Sr. Regan incompetencia militar es un pleonasmo. Él habla de militares que demostraron su incompetencia a las claras. Si piensan que estamos ante un planfleto antibelicista o un libelo contra la milicia están muy equivocados. También lo estarán si piensan lo contrario, que es un opúsculo belicista o una oda a la carrera militar. Incompetentes hay en todas partes, pero la incompetencia en un militar en caso de guerra puede suponer millares de muertos algo que no sucede en prácticamente ninguna otra profesión. Por eso sus errores son más visibles y también resultan dignos de la atención del historiador.

La obra del Sr. Regan está dividida en dos partes, en al primera teoriza sobre los errores militares, en la segunda narra los errores que se cometieron en batallas reales. Para el Sr. Regan los errores pueden dividirse en tres categorías, los errores de los mandos (cobardía, temeridad, desconocimiento...), los errores de planificación y estrategia (mala información, equipamiento inadecuado...) y los errores políticos (confusión entre objetivos políticos y militares...) que, por supuesto, pueden aparecer solos o en compañía de otros.

En la segunda parte repasa los errores cometidos en guerras varias de las que tres tienen relación con nuestro país, la expedición inglesa contra Cádiz (una narración tan absurda que de no ser por las referencias que atestiguan la realidad de los hechos estaría tentado de considerarla como una muestra de humor británico), la batalla de las Lomas de San Juan (o de cómo españoles y estadounidenses rivalizaron en cometer despropósitos) y el desastre de Annual (o de cómo la corrupción de los altos mandos acabó afectando a todo el ejército). Todo ello supone un adecuado contrapunto a cierta glorificación de la milicia que puede resultar muy peligrosa por lo que supone de enmascaramiento de una realidad brutal. Pongamos un ejemplo. Supongo que han visto Vds. la película Glory sobre la historia del Regimiento nº 54 de Voluntarios de Massachusetts (formado por soldados de color... negro) al mando del coronel Robert Gould Shaw (de color... blanco) y de cómo unos y otro murieron heroicamente al intentar tomar el Fuerte Wagner. Sospecho que nunca verán una película sobre la Batalla del Cráter (bueno, si he de ser sincero, sí aparece en Cold Mountain) y sobre cómo las USCT fueron enviadas por el general Edward Ferrero a una muerte absurda (por cierto, mientras él y el general James H. Ledlie tomaban unas copitas en lugar seguro).

Las descripciones del Sr. Regan son realistas lo que hace que sean, con frecuencia, desagradables (si conocen a alguien que piense que la guerra es algo glorioso aléjense de él por si la estupidez pudiera ser contagiosa) pero el Sr. Regan tampoco quiere caer en la utopía del pacifismo a cualquier precio porque otro de los grandes errores de los que habla en su libro fue la falta de preparación del ejército británico en las vísperas de la II Guerra Mundial, consecuencia de la política de apaciguamiento de Neville Chamberlain con la Alemania de Hitler, una política tan absurda que casi consiguió la ironía de que las teorías militares del capitán Liddell Hart sobre la guerra basada en la movilidad de los carros de combate modernos derrotaran a su propio país que no las hizo ni puñetero caso, error que no cometió un tal Heinz Guderian que tradujo sus trabajos (y los de J. F. C. Fuller) al alemán.

Sin embargo, todo esto es Historia. Ya ha pasado, pero ¿no va a volver a repetirse? En mi opinión (siéntase en libertad de discrepar) ya se está repitiendo en Afganistán. Uno de los posible errores de los que habla el Sr. Regan es la confusión entre objetivos políticos y militares. Impedir que los talibán reconquisten el poder en ese país asiático no es un objetivo militar sino político. Reconstruir un país destrozado después de años de guerra no es un objetivo militar. Crear un estado donde hoy sólo existen tribus enfrentadas no es un objetivo militar. Las fuerzas armadas tendrán que procurar protección a los que desarrollen los trabajos para lograr esos fines, pero pretender que sean los militares los que lo hagan es tan absurdo como pretender que sean las ONGs las que porporcionen apoyo armado. Ya, ya sé que en este país alguno cree que el Ejército es una ONG, pero también hay alguno que cree que El Código da Vinci es una gran novela y eso no lo convierte en una realidad.

¿Qué salida hay para el problema afgano? No lo sé, pero sí creo que seguir como hasta el momento, con todo reducido a una cuestión militar, es persistir en un monumental error, el de pretender que las Fuerzas Armadas desarrollen trabajos que escapan a sus conocimientos y experiencia.

Post Sciptum: Por una de las trágicas coincidencias de la vida, pocas horas después de escribir este artículo conocimos esta noticia. Eso me reafirma en mi convencimiento de que la presencia militar española en Afganistán en la situación actual es un inmenso error al que habría que poner fin inmediatamente. Me duele que militares de mi país estén muriendo. Me indigna que lo hagan en vano. Pido, pues, el inmediato regreso de las tropas españolas o que, en caso contrario, nos aclaren a todos nosotros qué objetivos militares son los que tienen encomendados y si éstos se reducen a sostener un gobierno corrupto como el de Karzai.

 

 

 

Discrepo (con perdón)

Sé que hay entradas que es conveniente que no escriba. También sé que la conveniencia no es algo que me importe un bledo. Sospecho que lo que estoy escribiendo va a molestar a más de un amigo mío y también a gente a la que respeto aunque no seamos amigos, pero creo que por encima de cualquier otra consideración debo decir lo que pienso. Por supuesto, puedo estar equivocado pero después de meditarlo mucho creo que no lo estoy.

Desde hace varios dias, habrán advertido que en bitácoras escépticas y/o de divulgación científica aparece un anuncio diciendo que la Ciencia no necesita tijeras en protesta por el anunciado recorte presupuestario en la partida de Investigación y Desarrollo. Por si no lo han visto, pueden encontrarlo en Magonia o en El Paleofreak por citar sólo dos de los blogs de visita más recomendable.

Ya he dicho en otras ocasiones que no soy científico, no tengo ninguna relación directa con la investigación científica... lo que puede ser tanto una desventaja (evidentemente es un mundo que no conozco) como una ventaja (puedo ser objetivo porque no tengo un interés personal). Soy una persona de la calle. Estoy rodeado de gente que lo pasa muy mal como consecuencia de la crisis económica. Cuando digo que lo pasa muy mal no me refiero a que esta año no puedan veranear en Puerto Banús sino a que a fin de mes su dieta consiste en patatas y pan, que corren el riesgo de ver cómo embargan su casa por no poder afrontar la hipoteca, que este año tendrán que encender muy poco la calefacción haga el tiempo que haga (y en mi ciudad suele haber noches de -5º)... No es que hayan tenido que eliminar gastos superfluos, es que deben economizar hasta en lo necesario.

Supongo que todos Vds. saben que no se puede gastar continuamente más de lo que se tiene. Eso es tan cierto para Vds. o yo como para el Estado. No quiero entrar en cuestiones políticas sobre si en años anteriores ha habido excesiva alegría en el gasto público (francamente, creo que no es el momento de reproches de ese tipo) pero el déficit público que se se ha creado no puede seguir creciendo porque tenemos que pagarlo entre todos más pronto o más tarde. Quedan dos opciones que no son excluyentes, aumentar los ingresos (traducido, más impuestos) y recortar los gastos (traducido, menos dinero en gastos e inversiones).

Lo primero no va a suponer ningún problema para los de siempre, pero sí para mucha de la gente con la que trabajo cada día. Si ya lo están pasando mal, pueden suponer lo que va a pasar cuando se encuentre con una subida de los precios gracias al aumento del IVA, cuando se encuentren con una revisión catastral que se va a traducir en un aumento de la Contribución, cuando vean que en el IRPF han desaparecido algunas desgravaciones...

¿Y el gasto público? ¿Podemos gastar menos en Sanidad, en Educación o en ayudas sociales? En mi opinión esas tres partidas son intocables precisamente porque estamos en una situación muy difícil. ¿Qué queda? Pues todo lo demás. ¿Qué Investigación y Desarrollo en una inversión? También lo es la partida de Infraestructuras y también se va a ver reducida, como también la partida de Cultura, un bien, en mi opinión, imprescindible pero la situación es tan mala (y a corto plazo va a a empeorar) que precisa del sacrificio de todos para remontarla y ese todos incluye a los científicos dedicados a la investigación. Pretender que ellos tengan un status especial no redundaría en un mayor aprecio de la Ciencia a nivel popular sino en la consideración de los científicos como una casta aparte, ajena a los problemas del común de los mortales. Con la que está cayendo, no es el momento de pretender edificar torres de márfil.

Eso es lo que pienso. Por ello no verán en esta bitácora el anuncio de marras. Si alguien se molesta por mis palabras, lo siento porque no es ésa mi intención, pero no puedo asentir ni callar a esta campaña a riesgo de los que quieren emplear las tijeras para cortar no sé qué...

 

 

Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer

Un cuadro:

Noctámbulos de Edward Hopper.

Dos obras musicales:

Quiet city de Aaron Copland y el Adagio para cuerdas nº 11 de Samuel Osborne Barber.

Dos poemas:

Venimos de la noche, de la sombra
polvorienta, del odio rescoldado
a fuego lento, por la lenta alfombra
de la ceniza -polvo, triturado

residuo de un pasado que se nombra
con un nombre pretérito y dejado
de Dios, y que, tendido, desescombra
la sombra de su sueño derrumbado.

Venimos de la muerte sobre un resto
de vida que aún arrastra en su caída
su dispensada voluntad sin puesto.

¡Polvo en el polvo del camino, huida
sin fin! Venimos de la muerte en esto
-polvo en el polvo- que llamamos vida.

y

Nevermore

Ala de sombra, un cuervo -que crascita
Nunca- repite su áspero graznido
a través de mi día mal vivido
y de mi noche a solas, infinita.

En su agorera convicción imita
mi doble desaliento persuadido
de que nunca la tierra que he tenido
podrá tenerme en pie, que está proscrita.

Nunca... Pico de grajo, el pensamiento
-corvo, corvino- escarba... Lo que siento
sólo puede decirse en ese nunca.

-cuervo de negra luz, empobrecida
pitanza,interminable despedida-
que tiene el nombre de mi nombre: Nunca.

ambos de Juan José Domenchina